Causas y efectos de la desnutrición en los indígenas mexicanos

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Como dice Bertrán Vilá (2001), la desnutrición “[a]fecta el crecimiento longitudinal, es decir el desarrollo intelectual y la capacidad inmunológica, por lo que la población desnutrida es más vulnerable no sólo en términos biológicos sino también en términos sociales” (p. 94). En otras palabras, la desnutrición tiene efectos negativos sobre el desarrollo cognoscitivo y motor, la inmunidad y una incidencia de enfermedades crónico degenerativas e infecciosas (Shamah Levy, Amaya Castellanos & Cuevas Nasu, 2015, p. 3).

Bertan Vilá (2001) propone como medida contra la desnutrición entre los pueblos indígenas mejorar los programas sociales para que estén enfocados en las condiciones sociales y culturales de los indígenas. Pues a pesar de que los programas de nutrición en el país han pasado por diversas modalidades: desde la distribución de alimentos a la población hasta los subsidios a los productores, pocos efectos se han visto en la reducción de la población con problemas de salud derivados de la falta de alimentos y nutrientes (pp. 101-102).

Por su parte, Shamah Levy, Amaya Castellanos y Cuevas Nasu (2015) coinciden en que es necesario que los programas de salud y de desarrollo social ofrezcan servicios de calidad acordes a la situación cultural de las comunidades, con especial énfasis en los grupos vulnerables (niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y lactantes) y que los programas se complementen con sistemas de monitoreo y con la entrega de suplementos con micronutrimentos (zinc, vitamina A, hierro) (p. 12).

Conclusión

Como ya se vio, la desnutrición en los indígenas mexicanos es resultado de múltiples factores, por lo que para resolverla se necesitan programas integrales que no únicamente se preocupen por brindar alimentos sino que contemplen componentes que actúen sobre diferentes aspectos relacionados con el mejoramiento de la calidad de vida, como lo son servicios de salud, educación y mejoramiento del entorno humano. El desarrollo del capital humano es la pieza clave para impedir que la desnutrición continúe.

De no atenderse el problema del hambre, en un futuro se tendrán adultos con graves problemas de salud que no podrán ayudar a sus familias a salir adelante, lo cual hará que la pobreza se siga manteniendo. Por lo que es fundamental proteger el crecimiento fetal y el de los niños en sus primeros años de vida pues esto no sólo mejorará su estado de salud y el de sus madres, sino que evitará la mala nutrición a lo largo de su vida y beneficiará a futuras generaciones.

Tenemos una deuda con los pueblos indígenas y es necesario que actuemos a su favor para que dejen de padecer abusos y olvido. Si trabajamos juntos en reducir las brechas que nos separan, podremos construir un mejor país donde todos sus habitantes disfruten de una vida plena y digna.

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Bibliografía

Banco Mundial (2013). Prevalencia de desnutrición (% de la población). Recuperado de http://datos.bancomundial.org/indicador/SN.ITK.DEFC.ZS

Bertrán Vilá, M. (2005). Cambio alimentario e identidad de los pueblos indígenas mexicanos. México: UNAM.

Gutiérrez, J.P. (2012). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012. Resultados Nacionales. Cuernavaca, México: Instituto Nacional de Salud Pública (MX).

Navarrete Linares, F (2008). Los pueblos indígenas de México. México: CDI.

Secretaría de Salud (2001). Programa de acción: Salud y Nutrición para los Pueblos Indígenas. Recuperado de http://salud.edomex.gob.mx/html/descarga.php?archivo=Medica/SALUD%20Y%20NUTRICION%20DE%20LOS%20PUEBLOS%20INDIGENAS.%20PROGRAMA%20DE%20ACCION.PDF.

Shamah Levy, T., Amaya Castellanos, M.A. & Cuevas Nasu, L. (2015). Desnutrición y obesidad: doble carga en México. Revista Digital Universitaria 16(5), Recuperado de http://www.revista.unam.mx/vol.16/num5/art34/art34.pdf

Unicef México (Sin fecha). Salud y nutrición. Recuperado de http://www.unicef.org/mexico/spanish/17047.htm