Ciencia política de guido
Enviado por Jillian • 21 de Noviembre de 2018 • 1.832 Palabras (8 Páginas) • 304 Visitas
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La filosofía política constituye una forma de ver los fenómenos políticos, y el modo de ver estos fenómenos depende del lugar donde se sitúa el observador (el teórico describe lo que ve). Por otra parte, la imaginación es utilizada por los teóricos políticos para ilustrar o describir una situación. Dicha imaginación no prueba ni refuta, solo permite ver cosas que de otro modo no se advierten. No obstante, es una herramienta utilizada en la teorización.
Finalmente, una teoría política consiste en una serie de conceptos ligados por una especie de principio de representación, y cualquier alteración a este principio dará como resultado una teoría diferente.
Para un filósofo político, el pasado nunca es totalmente sustituido, sino que se lo recupera constantemente.
1.4. Técnica política.
La palabra griega de la cual deriva nuestro vocablo "técnica" es (tékhne). Esta última, como se sabe, no tiene un equivalente exacto en nuestras lenguas modernas. Comprendemos lo que el concepto en general designaba si unimos los significados de los términos “arte", “oficio", "habilidad" y “técnica”, tal como, en forma amplia, los entendemos hoy día. Inversamente, si pensamos "técnica" como un conjunto de procedimientos o reglas que llevan a obtener ciertos resultados, y donde, al pensar, acentuamos que esos resultados o productos se vuelven el único factor importante, y donde, además, los procedimientos y los mecanismos empleados, por obra de la repetición y de la rutina, se desvinculan totalmente de los principios directrices de la teoría.
Entonces, la palabra que tanto Platón como Aristóteles emplearían sería seguramente tribé, que es naturalmente, en sentido estricto, algo más que simple, rutina o hábito.
En Aristóteles el término tékhne tiene un uso más restringido y más preciso que el que le da Platón. Aunque conserva numerosos rasgos platónicos, según se verá, el término es usado en general, 1) en un sentido amplio, equivaliendo a lo que Aristóteles llama ciencia, disciplina, o saber; o 2) en un sentido más limitado como hacer.
Aristóteles sostiene que tékhne es: “hábito productivo acompañado de razón verdadera”. Hábito, héxis, porque es una posesión o disposición permanente de una forma inteligible y que sirve para informar, para hacer o producir, en el momento en que se requiera y con la habilidad que sea indispensable, algo a partir de una determinada materia (que suele ser, generalmente, de índole sensible).
De la definición se desprende en primer término que la técnica no consiste en la simple producción, (póiesis), en el hacer las cosas, sino en el saber hacer las cosas. “La héxis es una habilidad intelectual y no consiste en una mera habilidad técnica”.
De manera que la es fundamentalmente una forma de saber, que podrá resultar más rudimentaria y elemental que otras, pero que de todos modos, constituirá un nivel dentro de una posible escala de formas de saber.
1.5. Poder y política.
En primer término pensar en la vinculación o desvinculación entre Filosofía moral y Filosofía política y la "difusa" frontera que separa a ambas en algunas corrientes de pensamiento. Para algunos pensadores la ética y la política están unidas, resultan inseparables, ya sea porque se ocupan de la consecución del Bien Común, o están subordinadas a un pensamiento universal que las abarca y compromete desde la singularidad de cada caso o cada individuo. Para otros pensadores son esferas bien diferenciadas y separadas entre sí, ética y política se ocupan entonces de cuestiones diferentes y diferenciables.
¿Desde qué espacio disciplinar ubicamos ciertos problemas como el de la igualdad y la justicia? Encontramos entonces a quienes sostienen que la justicia es un problema ético, mientras que para otros es una cuestión política. Lo mismo ocurre con el problema de la libertad.
Es en este punto donde aparece indefectiblemente la postura antropológica que sostiene a las teorías que se dedican al respecto. La naturaleza humana, por una parte, y el estado de naturaleza, por otra. Los seres humanos son libres e iguales por naturaleza (antropología); los hombres viven en completa igualdad y libertad en el estado de naturaleza (política).
Otra cuestión a desarrollar es la del poder; ligada a la lucha de intereses, el conflicto y la resolución del mismo. Bien sabemos que en diferentes escuelas filosóficas el poder es considerado desde la perspectiva de la economía política o desde el estudio crítico de las organizaciones sociales. Aquí haría referencia a la postura epistemológica que sustenta el estudio de los grupos humanos, ya sea de neto corte positivista o crítico de la autocomprensión positivista de la ciencia.
Ambas cuestiones, la relación o vinculación entre ética y política y, la cuestión del poder; hacen referencia al carácter social de los seres humanos. Como animal social, el hombre necesita de los otros, es conviviente, puede autocomprenderse en la medida que es considerado por otro que lo afirma o niega en su existencia, que lo incluye o lo excluye del grupo o la institución en la que debe desarrollarse y vivir. Aquí aparece la cuestión del conflicto, que puede leerse en términos de la distinción entre "nosotros y ellos".
Podemos tomar dos líneas que devienen de la etimología de la palabra política, "polis" que hace referencia a poder vivir conjuntamente y "pólemos" que refiere al antagonismo y al conflicto. En el sentido de la polis, deberíamos abordar el problema en términos de organización, de la forma en que como grupo podemos o debemos convivir. En el sentido del pólemos, podemos distinguir entre dos figuras que hacen a la cuestión del conflicto: el enemigo y el adversario.
El antagonismo es la rivalidad tenaz que se sostiene ante otro que se considera enemigo, en la esfera política puede plantearse la misma como la resolución de conflictos en términos de amigo/enemigo para evitar el choque, el enfrentamiento; el "borde" de la política y su fin o fracaso está en la guerra. En la esfera propiamente
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