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Como se da La problemática de los semáforos intermitentes

Enviado por   •  1 de Noviembre de 2018  •  3.964 Palabras (16 Páginas)  •  292 Visitas

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Por ende volvemos a recalcar la relevancia de la problemática expuesta en el presente trabajo (semáforos fuera de servicio, en horarios nocturnos situados en diferentes puntos de Salta-capital, zona céntrica y sus respectivas consecuencias, teniendo en cuenta la reacción de los diferentes tipos de conductores.), lo que provoca un gran número de accidentes diarios, si bien sabemos que es un factor sumamente determinante no debemos olvidar la responsabilidad de los mismos conductores teniendo en cuenta que, el hecho de que no esté la señalización adecuada, no los libra de sensatez o prudencia, es decir esto no le permite llevarse todo lo que tenga por delante dejando a la deriva su seguridad como la de los otros conductores o peatones, este hecho debe ser una reflexión para conducir con el debido cuidado y responsabilidad disminuyendo la velocidad o realizando lo que todo automovilista, debe hacer en función de una regla fundamental para el tránsito en la vía pública, esto es mantenerse siempre dueño del control del vehículo, adaptando su marcha a las circunstancias de los acontecimientos que se presenten.

Lo más común es que al no haber semáforos, ciertos conductores se prestan al exceso de velocidad, lo que deja al conductor expuesto al riesgo de la pérdida del control del vehículo, una reducción del campo visual, así como una posibilidad de vuelco entre otras posibles consecuencias.

La falta de semáforos nos lleva a plantearnos una segunda problemática que puede concluir en un accidente y es la reacción de un conductor que presenta un cuadro de ansiedad cuando surge este hecho. Según ha explicado el director de investigación de Attitudes y catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Miquel Malagelada, el conductor ansioso, además de "pasarlo peor" cada vez que se pone al volante, "es más propenso a cometer errores y fallos de atención" y se "cansa más", por lo que, aunque no se puede comprobar, "se tiene la sospecha" de que están implicados en más accidentes que una persona que conduzca relajada.

Con esto, podemos mencionar que para una persona con ansiedad conducir en condiciones climáticas adversas o en situación de tráfico sumada a la falta de semáforos sería un hecho arriesgado e inferimos que “la regla de la prioridad” seguramente se vería afectada y no mantendría el nivel normal de diligencia que corresponde, si un conductor ansioso de manera autónoma decide dejar de conducir, sería una decisión acertada.

Para la continuación de la problemática expuesta, es fundamental recalcar que este no funcionamiento de los semáforos, se evidencia en el horario nocturno, en contraposición frente a condiciones normales y durante el día, donde el conductor recibe al menos el 90% de la información del tráfico, por medio del sentido de la vista, que es el factor más importante a tener en cuenta con respecto a conducir. Además de este, existen tres más que son fundamentales a la hora de circular por las calles en un vehículo, la primera es la sensación luminosa, la segunda es la agudeza visual y por último la capacidad de reconocer los colores.

Pero al caer la noche los mismos se reducen, porque la visión debe hacer un mayor esfuerzo por la poca luminosidad que se presenta, perdiendo de este modo, su visión periférica, ya que su atención solamente se focaliza en el campo central, por lo tanto el conductor tiene mayores probabilidades de protagonizar un accidente de tránsito. No se debe olvidar el hecho de que la atención requiere un esfuerzo activo que no puede ser mantenido por largos periodos de tiempo, cuando más es el esfuerzo en prestar atención, menos dura, y antes aparece la fatiga.

Sin embargo algunos conductores, prefieren manejar por la noche, ya que lo encuentran como un horario beneficioso, y las razones para considerarlo como tal son las siguientes (a modo de ejemplo), la posibilidad de transitar con menos vehículos alrededor, no sufrir de calores diurnos, poder manejar a una velocidad más alta, es decir, estas razones son más bien para comodidad del conductor, pero la conducción en horarios nocturnos no solo tiene beneficios para quien conduce, sino que también posee sus peligros.

Uno de los peligros que corre el conductor es que por la noche, se suele sentir más fatiga y los reflejos se reducen más, durante las 4 y 6 de la madrugada, imposibilitando la atención completa a la ruta, el ajuste de la velocidad se vuelve ocasional y las correcciones de dirección mediante un movimiento del volante, se vuelven menos frecuentes. El estado de atención y la capacidad de mantener la concentración disminuyen, ya que la conducción consciente se presenta desplazada a segundo término, por lo tanto es más preponderante la conducción subconsciente, la cual consiste en manejar sin conciencia plena, atenta y reflexiva a lo que sucede durante la circulación, de forma que el acto de conducir pasa a ser automático, sobre todo cuando se circula con frecuencia por los mismos itinerarios y se producen los mismos hábitos en la conducción.

Quizás lo más peligroso de la misma, no sea el hecho de conducir prestando una atención reducida, sino precisamente de no ser consciente de que está conduciendo de esa manera

Además de esto, el conductor es propenso a tener una ceguera por inatención debido a la sumatoria de los factores ya mencionados, cabe indicar que no vemos exactamente lo que está delante de nosotros, sino que observamos lo que las redes atencionales nos preparan. Con todo lo mencionado se suma a ello, el hecho de que no se encuentran en un funcionamiento correcto los semáforos siendo este un regulador de transito por excelencia, conllevando a posibles accidentes, sin embargo, esto no quiere decir que conducir de noche necesariamente ocasionará accidentes, mientras que el conductor sea precavido, se encuentre descansado y en un buen estado físico, puede que esos peligros no estén presentes al momento de transitar.

Para una buena conducción por la noche, se debe tener en cuenta además lo siguiente:

• Respetar límites de velocidad

• Mantener distancia de seguridad.

• Ajustar los espejos y prestar atención a los mismos.

• Realizar paradas: se recomienda descansar por lo menos cada dos horas, para despejar la mente y así evitar la hipnosis de la ruta.

• Las luces deben estar encendidas: para poder obtener así la máxima luminosidad y un campo correcto de visión.

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