Consecuencias de la globalizacion en alemania.

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ALEMANIA Y LA ECOLOGÍA GLOBALIZADA

La visión integradora de la ecología plantea que es el estudio científico de los procesos que influencian la distribución y abundancia de los organismos, así como las interacciones entre los organismos y la transformación de los flujos de energía y materia.

Según Wikipedia, la globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.

De lo anteriormente expuesto, podemos indicar que la ecología globalizada es el proceso a gran escala de la interacción entre el medio ambiente, los flujos de energía y materia con los procesos económicos, tecnológicos, sociales y culturales efectuados por el hombre.

Este término, “ecología globalizada” ha venido ganando mayor popularidad en los últimos años, como consecuencia del tan temido calentamiento global, cuyo principal efecto es el “efecto invernadero” por el cual, ciertos gases atmosféricos, absorben parte de la energía que el suelo emite como consecuencia de haber sido calentado por la radiación solar.

Los gases que producen el efecto invernadero son: Vapor de agua (H2O); Dióxido de Carbono (CO2); Metano (CH4); Óxido de Nitrógeno (NOx); Ozono (O3); Clorofluorocarburos (artificiales); los cuales a pesar de ser en su mayoría naturales, - a excepción del Clorofluorocarburo, - se han incrementado sensiblemente debido al uso intensivo de los combustibles fósiles en las actividades industriales y de transporte, este incremento sumado a la deforestación (otra actividad económica humana), han limitado la capacidad regenerativa de la atmósfera para eliminar el dióxido de carbono, principal responsable del efecto invernadero.

Tal y como lo menciona Al Gore, las principales consecuencias de este calentamiento global son: el aumento en nivel de los mares; el deshielo de los glaciares, la aparición de huracanes más violentos y el aumento de la temperatura.

Frente a estas alarmantes consecuencias, es que el 11 de

diciembre de 1997, en la ciudad de umus – Japón, los países

industrializados suscribieron el Protocolo de umus (el cual

tiene a Al Gore como uno de sus grandes defensores y

partidarios) por el cual, se comprometían a ejecutar un

conjunto de medidas para reducir los gases de efecto

invernadero, siendo Alemania un país que firmó y

posteriormente ratificó en el 2009, su participación.

De todos los países de la Unión Europea, Alemania es el más comprometido con el cuidado del medio ambiente, tanto así que, su tecnología ambiental se encuentra entre las mejores del mundo y según lo anunciado por el Ministerio de Medio Ambiente alemán, ya alcanzó, cuatro años antes del plazo fijado, los objetivos de reducción de emisiones de CO2 que se habían fijado en umus, ya que sus emisiones de gas con efecto invernadero retrocedieron en 2007 un 22.4% con respecto a las de 1990 (que es el año base, según el Protocolo, para calcular las reducciones) y ha anunciado que planean lograr en el 2020 una reducción del 40%.

Esta reducción, obedece a las estrategias implementadas por el Gobierno Alemán y es particularmente notable en los sectores de la industria, del tránsito en las rutas, y del consumo de las familias; sin embargo, han aumentado, las emisiones en la producción de energía.

Pero el compromiso de Alemania con el medio ambiente, no sólo abarca su participación en el Tratado de umus, sino que también ha suscrito un acuerdo político en el cual prometieron presionar para que la Unión Europea reduzca sus emisiones de gases invernadero más de lo previsto en umus.

Además de contemplar los efectos de los gases invernaderos, el Protocolo de umus incluye también la creación de un Fondo de Adaptación, para ayudar a los países en desarrollo, en tareas preventivas del creciente impacto ambiental del temido recalentamiento global, para lo cual Alemania ha asumido el compromiso de colaborar con México, dotando a este país de tecnología ambiental a cambio de poder comprar las emisiones de CO2 que les falten para cumplir con sus obligaciones en México, donde la tonelada de CO2 cuesta entre 4 y 8 euros, una gran oferta comparada con los 20 euros a los que se vende en Europa. Así, cuantas más empresas poco contaminantes tenga México, más toneladas de emisiones de CO2 disponibles para las compañías alemanas habrá en el mercado. La construcción de instalaciones de energía solar, en un país que cuenta con muchas horas del sol al año, y de plantas productoras de bajo consumo, son algunos de los proyectos que los alemanes tienen pensado llevar a cabo en México.

Pero con este tipo de acuerdos de apoyo, no sólo se intercambia tecnología, sino también se afianza la conciencia de que la lucha contra el cambio climático no puede ser librada en solitario por los Estados industrializados, tal y como lo afirma Joseph Stiglitz, al mencionar que para conseguir que Estados Unidos ratifique el acuerdo, hay que incluir a los países en vías de desarrollo en un sistema justo en cuanto a la reducción de gases contaminantes.

No obstante, es preciso mencionar que como lo sustenta B. Lomborg, no todo en la teoría del “calentamiento global” es malo, precisamente, los buenos resultados obtenidos por Alemania en la reducción de los gases del efecto invernadero se deben, en gran medida, a las condiciones meteorológicas más cálidas (inviernos más suave), que han permitido reducir el consumo del fuel.

Alemania, no sólo se ha visto beneficiada por el cambio climático en este aspecto, sino también en su economía agrícola, ya que en los últimos 14 años, como consecuencia del incremento de la temperatura, ha tenido 10 excelentes cosechas de vid aumentando la producción y la calidad de la uva Spatburgunder (Pinot Noir). Hasta años recientes, este vino en Alemania era poco probable de despertar interés en los amantes del vino, ahora es un hecho. Aunado a esto, los valles alemanes del Rin y umus están ahora produciendo algunos de los mejores vinos que se han hecho en la región al punto que la región de umus ha sido calificada como un excelente lugar para invertir, ya que, al ser más cálida, podría proporcionar