¿Cómo me identifico yo con el mundo?

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Siguiendo en esta línea, pero visto desde un punto más personal, la identidad está en constante transformación como lo está una flor. Podemos cambiar los pétalos y crear nuevos, reemplazarlos por otros, al igual que sucede con nuestra identidad que se transforma a medida que nosotros como individuos transformamos nuestros pensamientos y nuestro ser.

Pero ¿cómo se crea la identidad? ¿Cómo se forma dentro de nosotros? Dentro de lo expuesto por García, se hace referencia a dos modelos que tienen consecuencias teóricas importantes y también prácticas. El primer modelo establece que existe un contenido intrínseco y esencial para cada identidad, un contenido irrevocable de nuestro ser que nos identifica desde siempre, que son puras y esenciales. Este modelo parece demasiado objetivo en su planteamiento, puesto que ve las identidades como puras y firmes. Esto podría pasar como algo antinatural, porque el ser humano es demasiado subjetivo. No posee algo puro e intangible, por el contrario es siempre una mezcla, un conjunto de un todo que nos vuelve diversos.

El segundo modelo es más flexible. Plantea a las identidades como relacionales e incompletas, se encuentra en un contante proceso de formación producto de experiencias universalmente compartidas. También nos habla del concepto de diferencia, diciendo que toda identidad se basa en esa posibilidad de poder establecerse en relación al otro, una coexistencia, una correspondencia del otro extremo para que el otro exista. Ejemplificado claramente en la dinámica del amo y el esclavo de García.

La identidad es algo que nos identifica como únicos, pero también como iguales con los demás de un grupo, no podemos dejar de lado el anterior concepto de diferencia. Una relación de yin y yang. Las identidades son plurales y no necesariamente deben borrar la importancia de las demás, pueden coexistir unas con otras sin ser una la principal y la que nos defina en totalidad. El hombre es claramente un ser social por lo que “identificarse con los demás de distintas maneras puede ser muy importante para vivir en sociedad”[3]. Dentro del grupo puede relacionar su identidad individual con la de los demás y crear así su identidad grupal, siendo otro vinculo.

Claramente estas solo son teorías, ninguna dada como correcta o incorrecta. Solo pueden ser vistas como punto para seguir indagando, formulando, creando y creyendo más teorías que se adapten a nuestro ser. Alguien dijo que nunca debemos temer al examen de la verdad, porque entre más pronto el error sea descubierto, más pronto podremos descartarlo y seguir.

Teniendo claro esto, desde una perspectiva personal, podría decirse que la identidad se construye, constantemente la estamos construyendo, pero es una obra que nunca podremos concluir. Es el resultado de diversos e incontables factores intrínsecos y extrínsecos que constantemente bombardean nuestro ser. Producto del carácter, de la sociedad, de los hábitos, de la cultura, del idioma, de la religión, de los valores, de la filosofía, de los pensamientos propios y ajenos, de lo dicho y lo que no, de lo inconsciente y lo consciente.

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