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EL MARXISMO Y LA REALIDAD EN GUATEMALA

Enviado por   •  2 de Marzo de 2018  •  3.313 Palabras (14 Páginas)  •  432 Visitas

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La anterior definición nos lleva al término de clases sociales, la estudiaremos desde dos puntos de vista, el de Lenin en 1961 (basado en la teoría marxista) que la define como: grupos que se diferencian entre sí por su posición en el sistema productivo, el vínculo que tienen con los medios de producción y la parte de riqueza que reciben. En esta misma línea Harnecker (1969; 16) la define como: grupos antagónicos, en que uno se apropia del trabajo del otro, en base a su posición económica. Por otra parte las teorías consideradas no marxistas, definen la clase social así: Weber (1984) concibe la clase social como grupos de personas que tienen iguales oportunidades de vida y Giddens (1994; 321) afirma que “una clase (social) es un grupo de personas que tienen una relación común con los medios de producción”.

En Guatemala históricamente se ha estratificado de dos maneras la primera es étnica: ladinos e indígenas y la segunda, económica: capitalistas y proletariado. Ambas divisiones han creado conflictos, incluso han sido causal de muchas muertes. Estudiaremos la segunda. En el contexto histórico del comunismo en Guatemala diremos que: el problema del abuso de poder, la explotación capitalista y la falta de ética en las instituciones del Estado, llevaron al pueblo de Guatemala a revelarse contra los entonces sucesivos gobiernos militares, por tener la concepción de que estos más que velar por las garantías del ciudadano común, su trabajo era (y es) mantener el poder capitalista, las personas eran despojadas de sus tierras y el abuso de poder era evidente. Por eso el 13 de noviembre de 1960 con el fallido golpe de Estado al presidente Ydígoras Fuentes, se desencadena en Guatemala una lucha de clases y de ideología que divide irremediablemente al país, esta guerra encarnizada produce en departamentos como Quiché y Huehuetenango la mayor fuerza revolucionaria y también el mayor número de decesos, ciudadanos de todo el país se unieron a la lucha y muchos perdieron sus vidas y las de sus familias. La Iglesia Católica jugó un papel importante de denuncia, nacional e internacional, lo que provoca el asesinato de líderes religiosos entre los que destaca Monseñor Gerardi, quien contribuyó, proporcionando datos para la elaboración del informe Guatemala Nunca Más (obra dividida en cuatro tomos: I Impacto de la violencia, II Los mecanismos de horror, III El entorno histórico y IV Victimas del conflicto), donde se narran historias de terribles hechos y violaciones a los derechos humanos a miles de guatemaltecos.

El conflicto armado interno, por un lado nos revela a un grupo de guatemaltecos -en su mayoría indígenas- inconformes con la injusticia social y la pérdida absoluta de sus garantías por parte de gobiernos militares, estos inician su revolución con un grupo de insurgentes denominados “El ejército guerrillero de los pobres” contra lo que ellos llamaban “el ejército de los ricos”.

Según la contabilidad que pudo establecer REMHI (Otero, 2008: 239) los resultados del informe, que no incluyen la totalidad de los casos reales, “el ejército de Guatemala, es responsable de unas 33,000 víctimas; los grupos paramilitares (casi siempre ligados al ejército por diversos caminos y métodos) son responsables de 3,424 víctimas; el ejército en combinación con grupos paramilitares como las PAC y los comisionados son responsables de unas 10,000 víctimas; la responsabilidad oficial acumulada, es de 49,812 víctimas; por otro lado, la guerrilla en sus distintas modalidades, es responsable de unas 5,117 víctimas, y hay unas 2,800 víctimas más de las que no se pudo establecer con certeza quiénes fueron los autores”.

Esta lucha dejó atrás, familias amputadas y desintegradas, lo que fortaleció la violencia de nuestros días, no necesitamos ser psicólogos o sociólogos para sostener con toda seguridad la premisa de que las personas empoderadas a través de la violencia, en nuestro país, son miembros de familias desintegradas.

La lucha de clases en Guatemala ha desencadenado una serie de problemas que al final ha afectado a la población en general; las ideas revolucionarias anticapitalistas, lejos de curar los males sociales, los agudizan, la inconformidad se evidencia en paros laborales, manifestaciones, bloqueos de rutas y con esto solo se engendra más violencia y desempleo.

La utópica idea del comunismo, el cual tampoco ha funcionado -históricamente comprobado en Cuba y Venezuela- y la eterna búsqueda de una vida mejor, nos lleva a reflexionar sobre la situación actual global haciendo énfasis en Guatemala.

La sobre explotación de las masas obreras y el desmesurado aumento del capitalismo a nivel global, la desmedida riqueza de unos y la multidudinal pobreza de otros, nos lleva a retroceder en la historia y pensar en el ideal comunista de Marx y es que mientras haya ricos y pobres, habrá también hombres y mujeres que consientes de las injusticias sociales denuncien teóricamente de las formas posibles los abusos, tal como afirma Fernández Buey, profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona: “para quienes siguen padeciendo –los esclavos, los proletarios, los humillados– Marx sigue tan vigente como Shakespeare para los amantes de la literatura”. (La teoría marxista hoy Problemas y perspectivas, 2006; 21); tal afirmación no la hace con el fin de rendir culto a Marx, sino para afirmar que Marx como pionero de la justicia social, sigue luchando indirectamente a través de su legado intelectual, a favor de los explotados. En Guatemala el capitalismo es evidente y no solo dentro del marco de la nacionalidad, pues el mismo Gobierno ha permitido que capitalistas extranjeros hagan uso de la riqueza de nuestro país.

Ejemplo de ello es la privatización de los bienes del Estado, a partir de las propuestas de los Gobiernos de Vinicio Cerezo (1986-91), Jorge Serrano Elías (1991-93) y Ramiro de León Carpio (1993-95), y del proceso de reforma llevado a cabo por el Gobierno de Álvaro Arzú (1996-2000), con la excusa de pagar la deuda externa -que ahora es diez veces mayor-es evidente que los beneficios millonarios que se obtuvieron de ventas como Guatel, Aviateca, etc. no se utilizaron para cancelar la deuda del país, estas negociaciones fueron parte activa de la ola de corrupción e impunidad que mancha la dignidad de los guatemaltecos a través de la historia, pues no solo estos gobiernos vendieron su conciencia para enriquecerse, todos en algún momento lucharon por sus propios ideales de riqueza y poder. Hablar de Marx implica adentrarnos en la cloaca histórica de la política en Guatemala, donde cada gobierno nos hunde más y más en la pobreza, cada uno contribuye descaradamente en la masacre social y natural del país, lucrando ahora también

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