El bullying por Maici Aguilar
Enviado por Stella • 27 de Diciembre de 2018 • 4.543 Palabras (19 Páginas) • 282 Visitas
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y potencia su fortaleza, su capacidad de autoafirmación. Todo ello no es de extrañar que provoque otras consecuencias: las víctimas les ven como malvados y duros (en el fondo esto refuerza al alumno bully), es normal su temprana participación en otros comportamientos antisociales ajenos a la agresión concretada sobre una o varias víctimas.
Todo ello les hace poco soportados por el resto de alumnos, aunque su popularidad puede ser variable.
El perfil de un agresor o víctima activa suele ser el siguiente:
• Es frecuente que sean repetidores y de edad superior a la media de la clase.
• Su rendimiento escolar es bajo.
• Muestran una actitud negativa hacia la escuela.
• Suelen ser más fuertes físicamente que sus víctimas.
• Muestran poca empatía hacia las víctimas.
• Presentan altos niveles de impulsividad.
• Sienten la necesidad de dominar a otros mediante el poder y la amenaza.
• Toleran mal las frustraciones.
• Les cuesta aceptar las normas sociales.
• Presentan una actitud hostil y desafiante con padres y profesores.
• Perciben escaso apoyo y supervisión parental.
• Informan de frecuentes conflictos familiares, de autoritarismo y hostilidad.
• No acatan las normas sociales.
• Tienen una opinión relativamente positiva de sí mismos: presentan una autoestima media o incluso alta.
• Tienen un grupo pequeño de amigos (dos o tres) que les apoyan.
• Son más populares entre sus compañeros que las víctimas.
Además, el agresor suele presentar cuatro necesidades básicas que se resumen en el siguiente esquema (Rodríguez, 2004):
• Necesidad de protagonismo: El agresor suele tener la necesidad de ser visto y aceptado, de que le presten atención.
• Necesidad de sentirse superior: La mayoría de los agresores sienten un enorme deseo de ser más fuertes y poderosos que los demás.
• Necesidad de sentirse diferente: Los agresores suelen crearse una reputación y una identidad particular en el grupo de iguales que les rodea; pretenden ser diferentes y rechazan todo aquello que no es igual o similar a la imagen que han creado.
• Necesidad de llenar un vacío emocional: Los agresores no son capaces de emocionarse o reaccionar con afecto ante los estímulos diarios; por el contrario, persiguen constantemente nuevas vivencias y sensaciones que muchas veces logran únicamente cuando crean su propio “espectáculo”.
Los comportamientos y actitudes con los que hemos caracterizado al agresor hacen que su personalidad tenga las siguientes características:
• Agresivo y fuerte impulsividad.
• Ausencia de empatía.
• Poco control de la ira.
• Percepción errónea de la intencionalidad de los demás: siempre de conflicto y agresión hacia él.
• Autosuficiente
• Capacidad exculpatoria.(Sin sentimiento de culpabilidad)
• Bajo nivel de resistencia a la frustración.
• Escasamente reflexivo o hiperactivo.
• Incapacidad para aceptar normas y convenciones negociadas.
• Déficit en habilidades sociales y resolución de conflictos
• Su evolución en el futuro puede derivar si no se trata hacia la delincuencia o la agresión familiar.
Agredido o victima pasiva.
Habitualmente, son niños que no disponen de recursos o habilidades para reaccionar, son poco sociables, sensibles y frágiles, son los esclavos del grupo, y no saben responder por vergüenza o por conformismo, siendo muy perjudicados por la amenazas y agresiones.
La personalidad del agredido, más difícil de precisar y que no justifica que sea objeto de humillaciones, suele ser la de un niño identificado como víctima, débil, inseguro y con bajos niveles de autoestima. Se caracterizan por falta de competencia social, la cual se refleja en una carencia de asertividad; es decir, dificultad para saber comunicar sus necesidades. Posiblemente sea un niño sobreprotegido en el ámbito familiar.
El perfil de un agredido o víctima pasiva suele ser el siguiente:
• En su apariencia física suelen presentar algún tipo de desventaja (complexión débil, obesidad…).
• Su rendimiento académico es superior al de los agresores y no tiene por qué ser peor al del resto de los compañeros.
• Muestran poca asertividad, mucha timidez, inseguridad y ansiedad.
• Se sienten sobreprotegidos por sus padres y con escasa independencia.
• Suelen ser ignorados o rechazados por sus compañeros en clase.
• Tienen dificultades para imponerse y ser escuchados en el grupo de compañeros.
El niño agredido vive normalmente en una situación social de aislamiento (con frecuencia no tiene ni un solo amigo entre los compañeros); en relación a lo cual cabe considerar su escasa asertividad y dificultad de comunicación, así como su baja popularidad, que según algunos estudios llega a ser incluso inferior a la de los agresores. Para explicarlo, conviene tener en cuenta que la falta de amigos puede originar el inicio de la victimización, y que ésta puede hacer que disminuya aún más la popularidad de quien la sufre.
Estos niños suelen tener una conducta muy pasiva, miedo ante la violencia y manifestación de vulnerabilidad (de no poder defenderse ante la intimidación), alta ansiedad (a veces incluso miedo al contacto físico y a la actividad deportiva), inseguridad y baja autoestima; características que cabe relacionar con la tendencia observada en algunas investigaciones en las víctimas
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