Ensayo: “Drogas, Jóvenes y Trabajo Social
Enviado por Kate • 23 de Abril de 2018 • 2.572 Palabras (11 Páginas) • 657 Visitas
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La adicción, entonces, se da “cuando alguien siente o cree que no puede vivir sin una sustancia, y la utiliza en forma permanente y de manera compulsiva, sufre una adicción. Tienen adicción las personas que no pueden parar de consumir, que viven por y para las drogas. Existe drogadicción cuando se tiene la necesidad inevitable de consumir alguna sustancia y se depende física y/o psíquicamente de ella”[4]. Hay que tener en cuenta que se puede tener adicción tanto a drogas ilegales como legales.
De acuerdo a lo visto hasta ahora, se puede decir que todos somos consumidores de sustancias pero solo algunos de estos consumos nos pueden llevar a situaciones problemáticas.
El problema de la adicción en jóvenes
Ya focalizándome en el problema de la adicción en jóvenes, se puede afirmar que esta problemática, como cualquier tipo de adicción en general, es posible que se produzca por una diversidad de conflictos, sociales, familiares o de tipo personal. Según el trabajo citado, existen “factores predisponentes y factores desencadenantes”. Tampoco se puede hablar de un motivo único, ya que pueden incidir variados factores de riesgo. Pero en particular, lo que me interesa destacar aquí es que, independientemente de cuál sean esos factores de riesgo o “desencadenantes” o las problemáticas familiares o sociales que pueden llevar a una adicción, los más jóvenes y adolescentes son los que siempre están más en riesgo.
De esta manera, como bien apuntan las autoras, es necesario tomar conciencia de que “la adicción es la expresión de una conjunción de factores. Tenemos que poder entenderla como el síntoma visible que apunta a otra problemática”. [5]
Llegando a este punto y tratando de acercarme a uno de mis interrogantes, se puede decir que los jóvenes excluidos de los barrios de población más humilde o en situación de riesgo están atravesados por una serie de dificultades, como es la falta de oportunidad para la inserción laboral, el vivir en un contexto de precariedad, la falta de proyección futura, la falta de contención familiar, un mal desempeño escolar, la violencia familiar y otros factores que, incluso, pueden interrelacionarse entre sí. Son jóvenes vulnerables socialmente y muchas veces recaen en el uso y abuso de drogas, en los que los clasifican socialmente como la “delincuencia juvenil” o en las redes del narcotráfico, como lo demuestran los innumerables casos de la crónica cotidiana. En este sentido los medios de comunicación de masas, tienen hoy en día un rol central en la promoción de conductas dañinas para la salud, los mismos medios audiovisuales como la televisión, pueden fomentar que el uso de sustancias químicas sea en forma directa (a través de avisos promocionales) o indirecta (al mostrar a sus héroes, cantantes o actores famosos consumiendo alcohol o tabaco, y sugerir que son modelos dignos de ser imitados).
Por consiguiente, se debe tener en cuenta que los factores de riesgo presentes en dichas poblaciones pueden ser contrarrestados por factores preventivos. Unos de los más importantes de ellos los constituyen la familia y también la comunidad. Las autoras hacen bien en concluir que la familia “sirve de modelo para el aprendizaje de conductas, actitudes y valores; orienta y apoya el proceso de desarrollo de la infancia, favoreciendo el proceso de crecimiento y maduración; y coopera en las estructuras de participación para mejorar los recursos e intentar solucionar los problemas que surjan en la comunidad”[6]. La comunicación familiar es la clave que hay que tener en cuenta. “La capacidad de escuchar; la expresión libre de opiniones y sentimientos; y el respeto al punto de vista del otro”[7] son aspectos elementales y muy importantes para prevenir las adicciones en adolescentes en situaciones de riesgo. De la misma forma, muchas veces el grupo familiar y en la propia comunidad en donde se generan las condiciones para recaer en dicha problemática.
A pesar de ello se pudo ver como la perspectiva que sustenta tanto el hospital como el Servicio Social es una integración de aquella mirada médica con la mirada social, por este motivo en la atención de la problemática se involucra tanto a la persona con su familia, haciendo especial hincapié en la integración en todos los ámbitos de la vida de un sujeto. Sujeto al que se trata de hacer consiente y responsable de sus actos, es por ello que es deber del sistema de salud presentarle opciones, aun cuando el sujeto no pueda elegir. Así es posible ver la concepción como sujeto de derecho lo que implica favorecer su participación activa, es decir que se trata de construir junto al adolescente estrategias posibles de tratamiento y no de definirlas previamente, aplicándoselas sin su consentimiento.
Para finalizar me parece de vital importancia, analizar cuál es el lugar de la profesión (Trabajo Social), en función de la problemática expuesta. Si bien el Trabajo Social tradicionalmente se ha visto posicionado entre las necesidades de la población a la cual asiste y la satisfacción de las mismas. Desde los distintos niveles de inserción (micro, mezzo o macro)[8] ha operado en diferentes niveles de abordaje: familia, grupo, institución y comunidad, dado que la problemática es compleja, se hace dificultoso abordarla e ineficaz desde un nivel específico es necesario realizar, para su abordaje, un trabajo interdisciplinario con el fin de dar una respuesta más adecuada. Dicho abordaje no sólo debe incluir al sujeto, y a los profesionales sino también a su familia como ya he mencionado.
En el caso de la práctica llevada adelante en el Hospital General de agudos Bernardino Rivadavia, con referencia al servicio social, su intervención se ha ubicado en el plano operativo, actuando como nexo entre las personas con adicción, embarazo adolescente, situación de calle, subsidios habitacionales, entre otras, con sus familias particularmente en este caso, el Trabajador Social desarrolla tareas de: gestión, planificación, ejecución, orientación y supervisión entre otras; en particular con el “sujeto”, generando un “diagnostico[9]”, término que hacer referencia autores como Maria Jose Aguilar Idanez- Ezequiel Ander Egg, que representa una fase inicial y fundamentalmente en el proceso de intervención social que implica conocer y comprender las problemáticas según el contexto, para una correcta derivación. Se presenta como una construcción metodología y teorías para llevar a cabo una estrategia y abordar asi la problemática en cuestión (adicciones).
Del mismo modo, compartiendo con Susana Cazaniga[10] en cuanto a la intervención social “Transformar la situación del sujeto, promoviendo su participación
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