Ensayo sobre la concepción de la historia de Marx

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Son las fuerzas productivas condicionadas por el desarrollo tecnológico humano y los medios de producción. Las fuerzas productivas son determinadas por el desarrollo histórico al mostrar como el hombre crea su realidad por el medio en el cual se encuentra. Marx propone: “Desde hace varias décadas, la historia de la industria y del comercio no es más que la historia de las modernas fuerzas productivas que se rebelan contra el régimen vigente de producción, contra el régimen de la propiedad, donde residen las condiciones de vida y de predominio político de la burguesía.”. Pero ya habiendo asumido la responsabilidad de la industria y el comercio en el desarrollo del hombre y su implicación en la lucha de clases como motor histórico, las fuerzas productivas utilizadas por el hombre para cumplir éste propósito tienen una dependencia vital: el trabajo social.

La importancia del trabajo recae desde el principio de la historia humana misma. Para Marx “el primer hecho histórico es, por consiguiente, la producción de los medios indispensables para la satisfacción de estas necesidades, es decir, la producción de la vida material misma”.

Es el mismo trabajo desarrollado por el hombre para transformar su mundo el que da origen al motor de la historia. En su manera más primitiva, el trabajo empezó a definir la realidad del hombre, y a la vez, la conciencia de tal. Con el desarrollo del trabajo (y con este, el desarrollo de nuevas fuerzas productivas) se desarrolló también la construcción de la sociedad, con la cual vino la división del trabajo. Dice: “Toda nueva fuerza productiva, cuando no se trata de una simple extensión cuantitativa de fuerzas productivas ya conocidas con anterioridad trae como consecuencia un nuevo desarrollo de la división del trabajo.”.

Es la misma división del trabajo, consecuencia de la implementación de nuevas fuerzas productivas, la que genera un cambio en la producción y por este, en la misma estructura de la sociedad. Esta misma separa el trabajo industrial, comercial y agrícola, creando de esta manera, las clases sociales.

Son entonces las clases sociales (y la lucha de estas) una consecuencia directa del trabajo social del hombre y su desarrollo histórico, el cual, a medida que se ha venido envolviendo en diferentes condiciones de desarrollo tecnológico y de las fuerzas productivas, cambia la estructura, pero no su naturaleza: el choque entre las clases sociales dominantes con las oprimidas son el hecho histórico que mueve el mundo.

Es, entonces, la historia, una historia de trabajo social, que desde el primer instante del desarrollo del trabajo humano, presupone el desencadenamiento de un proceso de desarrollo de las mismas fuerzas productivas, tanto de los medios de producción como del ser humano mismo, y a su vez, el desarrollo de la estructura social que se conoce a través de la historia: la constante lucha de clases.