FORMACIÓN DE LA ECONOMIA Y DE LA SOCIEDAD EN COSTA RICA (1821-1890). Etapas
Enviado por Kate • 20 de Noviembre de 2018 • 1.989 Palabras (8 Páginas) • 534 Visitas
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Expansión cafetalera: Efectos económicos
Al convertirse en el motor de la economía costarricense, el café tuvo múltiples efectos sobre ella. La especalizacion del Valle Central en la producción del grano produjo un proceso de vinculación económica entre las distintas regiones del país. Así, por ejemplo, gracias al café la provincia de Guanacaste se integró económicamente a Costa Rica, ya que deje de exportar su ganado a Nicaragua y empezó a enviarlo al Valle Central, en donde los pastos habían sido desplazados por la caficultura.
El auge cafetalero también fomento la colonización agrícola del Valle Central y, con ella, la ocupación humana del territorio nacional. También se amplió y se mejoró la red de caminos, por exigirlo así el transporte del café. En la década de 1840, los grandes cafetaleros crearon la Junta Itineraria, la cual habilit6 el camino de San José a Puntarenas para el tránsito de carretas. De igual manera, este puerto y su ciudad progresaron gracias a las exportaciones del grano. La especializaci6n cafetalera también permitió la formación de un incipiente mercado interno, gracias al cual crecieron algunas industrias mercantiles agrarias como los trapiches, los ingenios y los aserraderos. Por otro lado, en las ciudades crecieron las actividades artesanales y comerciales.
No obstante, el desarrollo cafetalero también tuvo evidentes efectos negativos sobre la economía nacional. La especialización cafetalera llevo al monocultivo y, de este modo, se abandonó la producción de granos básicos como el maíz, el frijol y el trigo. En consecuencia, a lo largo del siglo XIX se produjo un encarecimiento de los víveres y el país vivió algunas crisis de subsistencias. Así, un importante componente de las importaciones de Costa Rica fue aunque parezcan extraño los alimentos.
En términos generales, el monocultivo cafetalero margino o hizo desaparecer muchas actividades productivas de la economía costarricense, e imposibilito también que el país intentara industrializarse: no había ningún negocio más rentable que producir y exportar café.
Expansión cafetalera: Efectos sociales
Las clases sociales y el sistema político del siglo XIX giraron al rededor del café. Pero, a pesar de la existencia de poderosa oligarquía cafetalera, representada en sus inicios por los clanes de Juan Rafael Mora y los hermanos Montealegre, el desarrollo cafetalero costarricense no fue excluyente en términos económicos y sociales. Como hemos dicho, junto con la caficultura creció un campesinado, especializado en la producción del fruto, que logró sobrevivir y prosperar a lo largo del siglo XIX.
Ese campesinado, cuando tuvo que emigrar por razones económicas y demográficas, pudo disfrutar de una frontera agrícola abierta, donde denuncio terrenos baldíos y derribo el bosque para continuar en la tarea de producir café. Hasta 1890, la región comprendida entre Alajuela y San Ramón fue colonizada por campesinos provenientes del Valle Central.
Por otra parte, el empobrecimiento del campesinado fue lento, aunque parece que se aceleró a fines del siglo XIX. Hacia 1890, una tercera parte de la población laboral estaba formada por jornales. No obstante, en la provincia de San José y sus cercanías la cantidad de personas que dependían de un salario para sus subsistencias era mayor que la del resto del Valle Central.
En síntesis, la expansión cafetalera Costarricense vino acompañada de procesos de diferenciación social, y quedo claramente expresada en la formación de la llamada oligarquía cafetalera.
Este grupo se enriqueció gracias al café, y se amplió social y culturalmente con la llegada de extranjeros, muchos procedentes de Europa. Así, a fines del siglo XIX era frecuente encontrar apellidos extranjeros entre las familias de la oligarquía.
No obstante, la originalidad del desarrollo cafetalero costarricense fue que permitió la formación de una clase media rural que tuvo capacidad para resistir y persistir a lo largo del siglo XIX. Hay que reconocer, sin embargo, que si hubo perdedores con el auge del café en Costa Rica: las comunidades indígenas del Valle Central, que fueron despojadas de sus tierras. En fin, uno de los efectos más importantes del desarrollo cafetalero costarricense fue el aumento de la población.
El café y los conflictos sociales
En los primeros años de la época independiente, antes del auge del café los costarricenses adquirieron en Centroamérica la reputación de ser, una población pacífica y apegada al respeto de las leyes. El desarrollo de la caficultura no altero radicalmente esta situación. En efecto, a lo largo del siglo XIX no hubo en el mundo cafetalero costarricense conflictos sociales prolongados y masivos que tuvieran una dimensión sangrienta y atroz.
Durante el siglo XIX los conflictos en donde se utilizaron las armas fueron de carácter político, y en ellos se enfrentaron distintos sectores de la elite o de la clase alta. Es cierto, no obstante, que en algunos de esos conflictos afloraban preocupaciones populares, las cuales, con frecuencia, estaban relacionadas con el tema de la privatización de las tierras comunales.
Pero, en todo caso, el hecho de que el problema del localismo fuera resuelto de manera temprana, la circunstancia de que Costa Rica, por su lejanía geográfica, no se viera envuelta en las guerras de los otros países del istmo y en fin, la capacidad que tuvo el Estado para imponerse sobre los distintos clanes de la oligarquía cafetalera, fueron factores que contribuyeron a que la violencia política y social no se incrementara en la Costa Rica del siglo del café.
El hecho de que hubiese pocas manifestaciones violentas del descontento social no significa que no hubiera tensiones y conflictos en las relaciones entre los agentes económicos de la caficultura. Ya hemos señalado que desde la década de 1840, los campesinos cafetaleros mostraron disconformidad en relación con la fijación y el monto de los precios que les pagaban los beneficiadores y exportadores del grano.
Ahora bien, los campesinos usualmente canalizaban su malestar recurriendo a la ley, a los tribunales y a las instituciones estatales. En este sentido, los grupos sociales que se sintieron en algún momento lesionado por la manera de funcionar del sistema de relaciones económicas de la producción cafetalera, no se atrevieron o no consideraron necesario acudir al uso de la fuerza. Los indígenas por su parte, eran pocos y muy débiles, y tampoco recurrieron a la fuerza para hacer frente al despojo de que fueron víctimas.
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