Fernand Braudel Exclusion social

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Este modelo, rápidamente se impuso por su eficacia expansiva, fácilmente multiplicaba capitales y abastecía ciudades, lo que les permitió gozar también de un fuerte aliado, el mundo político. Los beneficios de ignorar la competencia fueron tales, que permitieron considerables acumulaciones de capital y el mercado privado se transformó en un nicho donde solo algunos lograban participar.

Y desde aquí, podemos fácilmente entender uno de los motivos por los cuales el Capitalismo sigue perpetuando los procesos de exclusión. El capitalismo no es para todos, es un privilegio de una minoría donde solo los grandes capitales pueden sostenerse, cuando la producción está lejos de los consumidores una inversión puede tomar meses o años para que el dinero invertido pueda dejar algún beneficio, y los únicos que pueden esperar y arriesgarse a largo plazo son los comerciantes de grandes capitales.

Las idas y venidas de los puntos álgidos del capitalismo son juegos ajenos al común de los mortales, donde la modernización del mercado llevo a la especialización de la producción y del oficio, desde el campesino hasta el vendedor de telas. Los participantes comunes deben concentrar sus recursos y esfuerzos en el desarrollo de una actividad específica, así mejorar su producción, calidad del producto, aseso al público, en definitiva, para mejorar sus posibilidades de competencia.

Por el contrario, no ocurre lo mismo en lo alto de la pirámide, ya que, a lo largo de la historia, el gran mercader no se limita, a una sola actividad: Es comerciante de distintos rublos, prestamista, inversionista, entre otros, ya que tiene los recursos para jugar sus cartas en diferentes negocios, para que la perdida de uno se pueda sostener con la ganancia de otro.

No es que se niegue la existencia de un capitalismo a micro escala, donde un actor pueda utilizar los mismos recursos de… para mejorar su ganancia y sacar provecho de su condición de intermediario, sin embargo este capitalismo no está cerca de representar ni rozar la fuerza que los grandes capitalistas, que inherentemente implican un privilegio de unos pocos.

En palabras simples, el capitalismo mantiene las dinámicas de exclusión porque la esfera del Capitalismo es en sí misma discriminatoria. El capitalino vive en el mundo del intercambio dominante y oculto, lejos del intercambio competitivo y transparente del mercado público.

Es difícil pensar en que el Capitalismo pueda (por si solo) ser un recurso para la superación de la exclusión, como lo explica Braudel “El Capitalismo es impensable sin la complicidad activa de la sociedad. Constituye forzosamente una realidad de orden social, una realidad de orden político e incluso una realidad de civilización. Porque hace falta, en cierto modo, que la sociedad entera acepte, más o menos conscientemente, sus valores. Pero no siempre es éste el caso”

Es decir, este juego de inserción que solo busca el beneficio de unos pocos, difícilmente permitirá generar una integración social ya que necesita que la sociedad mantenga su posición privilegiada, alejando a los posibles competidores, concentrando aún más su capacidad de acumular y afianzando más su fuerza.