La Delincuencia infantil.

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Los adolescentes están inmersos en una sociedad con alta volatilidad de valores y de preceptos de la normalidad y la anormalidad. Primero, se requiere que los adolescentes sean honestos, verdaderos y hombres de bien; están rodeados de toda formación de este tipo con la escuela, los discursos familiares, etc., sin embargo el adolescente se ve imbuido en toda una serie de relaciones inmorales tales como: la deshonestidad practicada con mucha facilidad, incluso dentro d la familia, pues los padres mienten exigiéndole al muchacho que él no lo haga; así como toda una serie de instituciones y de funcionarios perfectamente reconocidos en su corrupción (…) donde la dimensión de la moral, de los valores sociales y culturales, se fracturan. [4]

Hoy en día nuestra sociedad, los elementos ya mencionados contribuyen a que el adolescente tome cierto tipo de conductas, que lo lleven al acto de delinquir. Más adelante se explicarán los factores criminógenos más relevantes para poder llegar a una mejor comprensión del texto.

2.1.- Estructura familiar

En la mayoría de los casos cuando se habla de la delincuencia juvenil el primer factor que se señala es el familiar, ya que la familia tiene mucho peso sobre un individuo. Es fácil señalar como principal causa de inducción a la delincuencia una estructura familiar deficiente ya que “En el caso de los hogares cuyo ambiente es moral o socialmente inadecuado, la propia familia necesita ser rehabilitada “[5]

Existe un tipo de familia que le llamaremos “familia criminógena” en la cual se observan distintas características; abandono por falta de algún padre, violencia intrafamiliar, adicciones, etc., en las cuales existe una mayor probabilidad de que el menor cometa un acto delictivo. El menor que sale de estas familias está en desventaja, ya que existe una mayor peligrosidad y es difícil que obtenga algún tratamiento.

En el adolescente una problemática familiar grave conducirá en su mayoría de los casos a distintos problemas, falta de personalidad, fallo de adaptación social, conflictos con algunas instituciones, marginación, actos delictivos, drogadicción, etc. Una estructura familiar deficiente llevará a la complicación de varios elementos claves para un buen desarrollo social de las personas. No todos los delincuentes tuvieron un déficit en su situación familiar, pero es importante mencionar que cuando existe, se está inmediatamente en desequilibrio. [6]

Como ya se mencionó anteriormente la familia es muy importante para el buen desarrollo de los jóvenes, debe de tomarse en cuenta que su papel es fundamental para su futuro, por lo que en donde exista un núcleo familiar estable, el menor estará más seguro y será menos probable que delinca, aunque no es imposible que lo haga.

2.2.- Medio escolar y socioeconómico

La responsabilidad de la educación a los 5 años de vida reside completamente en los padres. A partir de esa edad el niño entra en una nueva etapa, la edad escolar, en la que la escuela comparte con la familia la responsabilidad de educarlo.

El aumento de la criminalidad de menores refleja un fracaso en la educación, la crisis educacional no solo abarca la carencia de aulas y maestros, sino también en cuanto a métodos y sistemas de enseñanza, que es necesario modificar y modernizar.

El papel social de la escuela debe convertirse en factor de influencia sobre la comunidad y el hogar, ya que se obliga a elevar el nivel cultural y social. Es decir, extender su influencia al resto de la comunidad en todas formas (talleres, conferencias, etc.) [7]

La educación es el segundo factor más importante después de la familia. La escuela es el lugar donde convives bastante tiempo con otras personas, además de que hay se aprenden e inculcan los valores, por lo cual es importante que se mantenga en constantes actualizaciones para así poder moldear mejor a los jóvenes y dejar huella sobre ellos.

En cuanto al ámbito socioeconómico tenemos que “En materia de delincuencia de menores nos encontramos con que, son los países con mayor adelanto y desarrollo y con más alto nivel de vida, los que tienen los peores problemas de delincuencia juvenil” [8] lo cual nos hace creer que el factor económico tiene suma importancia, pero no son determinantes como podría pensarse. “Uno de los fenómenos que ha desconcertado a los investigadores es que, la mayoría de los menores internados en los Tribunales o Consejos para menores, pertenecen a las clases socioeconómicas más bajas”[9] por lo que se ocasiona una confusión con el punto mencionado anteriormente, pero simplemente la explicación es que por que los menores que pertenecen a clases altas no suelen ser internados, a excepción de que cometan delitos, sim embargo en la clase baja, la familia abarcara la opción de internarlo como una de las principales.

2.3.- Drogadicción y urbanismo

Persiste y se acrecienta en la sociedad una fuerte tendencia a asociar delincuencia y drogas como fenómenos gemelos e inseparables. Sin embargo, la reacción defensiva que usa de forma similar las etiquetas de ‘delincuente’ y ‘drogadicción’ altera gravemente la realidad. Es lógica la reacción en la medida en que se unifican las manifestaciones ‘desviadas’ de una juventud temida por los adultos. Pero se altera la realidad al concluir, en contra de todos los estudios, que el consumo de cualquier doga lleva a la delincuencia.[10]

Hablar de drogas nos induce a pensar en sentido figurado en la delincuencia, sin embargo no tomamos en cuenta que detrás de este aspecto ya se encuentran otros más, como el medio socioeconómico o la estructura familiar. El que una persona una sustancias nocivas para su salud implica que tendrá por obvias razones efectos secundarios, por lo que esto es un lazo entre las drogas-delincuencia, ya que el menor al estar bajo algún efecto es posible que delinca.

“… la manera de ser; la falta de construcción de un yo coherente y estable. Son simplemente la expresión juvenil de las tensiones anómicas de nuestra sociedad. El consumo de drogas tiene, entre ellos, un carácter marcadamente diferente del que tiene en el joven contracultural. Constituye una especie de ‘toxicomanía social’ destinada a mejorar la visión que la cruel vida diaria proporciona “ [11]

3.- Justicia para menores

Anteriormente cuando un niño o un adolescente eran culpables por algún tipo de delincuencia inmediatamente eran mandados a la cárcel, lo cual significa que convivan en total libertad con los adultos criminales.