. La Educación Parvularia en el contexto internacional

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inicial existirán mayores posibilidades de avanzar en la igualdad de oportunidades para el desarrollo de las personas. Es lo que recoge la Convención de Panamá el año 2000 cuando analiza los problemas propios de la educación inicial para el siglo XXI.

En dicha convención se reafirma el valor de la educación inicial como elemento fundamental “para el desarrollo de la personalidad, el logro de una educación de calidad para todos y la construcción de la ciudadanía de los niños y niñas iberoamericanos, su capacidad de aprendizaje, de relacionarse con los demás y de realizarse como seres humanos” . Junto con ello se destaca la obligación de los estados de promover políticas públicas intersectoriales que fortalezcan la formación inicial, asignando los recursos económicos que la hacen posible, avanzando en estrategias que reconozcan la diversidad cultural incorporando a la familia y en general, propiciando reformas que favorezcan a los sectores más vulnerables de la sociedad.

2.2. La Educación Parvularia en Chile

Como se indicaba en el subcapítulo anterior, la Educación Parvularia llega a Chile durante la segunda mitad siglo XIX por influencia de las iniciativas de educación inicial que se realizaban en Europa y Estados Unidos. Surgen los llamados Kindergartens, término alemán que denomina lo que en Chile se conoce como Jardines Infantiles. En un comienzo fueron establecimientos de carácter privado hasta que en 1906 se instala el primer Kindergarten público.

En 1944 la Universidad de Chile crea la Escuela de Educadoras de Párvulos y en 1948 se formula el primer plan y programa de estudios y en 1970 se crea la Junta Nacional de Jardines infantiles a través de la Ley N° 17.301. Ello significó una mayor cobertura y el inicio de preparación de personal técnico que auxiliara el trabajo de las educadoras.

En 1990 existía un amplio consenso acerca de la necesidad de mejorar la equidad y la calidad educativa entendiendo el valor estratégico de la educación para el desarrollo económico y democrático. Se iniciaron procesos de reforma que incluyeron la educación parvularia hasta llegar hoy en día a contar con una Subsecretaría Ministerial, una Intendencia de Educación Parvularia y se ha potenciado la provisión del servicio, a cargo de JUNJI, Integra y otros prestadores acreditados. La Subsecretaría de Educación Parvularia “tiene como función modernizar la institucionalidad y entregar más calidad y seguridad a los niños y niñas que asisten a salas cunas, jardines infantiles y colegios que tienen este tipo de enseñanza” .

La Educación Parvularia en Chile se reparte en diferentes ámbitos administrativos distinguiéndose en educación pública y privada. Al mismo tiempo los espacios educativos consideran establecimientos especializados dedicados solo a la formación inicial como son los jardines infantiles y otros que se integran a la educación escolar como son aquellos que funcionan en los establecimientos escolares tanto públicos como privados. En todos ellos, se comparten las mismas bases curriculares diseñadas por el Ministerio de Educación que en sus componentes estructurales consideran tres grande ámbitos de experiencias para el aprendizaje: Formación Personal y Social; Comunicación y Relación con el Medio Natural y Cultural .

De acuerdo con las bases curriculares la Educación Parvularia busca como fin:

“Favorecer una educación de calidad, oportuna y pertinente, que propicie aprendizajes relevantes y significativos en función del bienestar, el desarrollo pleno y la trascendencia de la niña y del niño como personas. Ello, en estrecha relación y complementación con la labor educativa de la familia, propiciando a la vez su continuidad en el sistema educativo y su contribución a la sociedad, en un marco de valores nacionalmente compartidos y considerando los Derechos del Niño” .

Para efectos de esta investigación, centrada en la utilización de estrategias de enseñanza y aprendizaje que incorporan el juego, entre los objetivos que orientan la Educación Parvularia se destaca que ésta pretende promover en el niño y la niña la identificación y valoración progresiva de sus propias características; favorecer aprendizajes oportunos pertinentes y con sentido que fortalezcan su disposición por aprender de forma activa, creativa y permanente; propiciar aprendizajes de calidad que sean pertinentes y consideren la diversidad y las necesidades educativas especiales; y generar experiencias de aprendizajes que inicien al niño, junto con su familia, en la formación valórica .

Al mismo tiempo, una serie de principios pedagógicos, orientan la tarea educativa en este nivel educacional, principios de bienestar, actividad, singularidad, potenciación, relación, unidad, significado, juego. Todos ellos en conjunto colaboran para que la educación parvularia reafirme la propia identidad, la relación con los otros y el aprendizaje significativo rescatando el aspecto lúdico de la formación en que el juego se reconoce como una actividad de sentido fundamental en la vida de niños y niñas. “A través del juego, que es básicamente, un proceso en si para los párvulos y no solo un medio, se abren permanentemente posibilidades para la imaginación, lo gozoso, la creatividad y la libertad”