“La Pobreza en Latinoamérica”

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El tiempo transcurrió, la población indígena era cada vez menor, ya las razas estaban mezcladas, entre blancos, negros, aborígenes. Habían surgido las nuevas ciudades, se habían organizado de otra manera, y comenzaron las nuevas razas: los criollos, con ideas de revolución e independencia. Todas las ideas surgieron a partir de la revolución francesa en 1789, del debilitamiento de la corona española, de la inestabilidad del reino, luego llegaron las revoluciones en América y las posteriores independencias, convirtiéndose poco a poco en nuevas naciones.

América finalmente se liberaba de Europa. Comenzaban a surgir manufacturas, trabajo agrícola, la economía iba en alza. Hasta que llegaron los ingleses, quienes comenzaron a establecer el libre comercio, debilitando asi el comercio entre las provincias. Compraban las materias primas a precios baratos y luego nos vendían los productos ya elaborados más baratos que nuestros compatriotas, generando así una nueva dependencia con el imperio y debilitando la economía latinoamericana.

Una sucesión de gobiernos desde la independencia de los países hasta el día de la fecha, lograron de manera sistemática, empobrecernos, mantenernos colonizados con los grandes imperios como Europa y ahora Estados Unidos de América, la nueva potencia, manteniéndonos al pie de las decisiones de los monstruos económicos, quienes nos marcaban los pasos que debíamos dar.

A mediados del siglo XX, surgió un nuevo empoderamiento en América, empezando por Chile, que luego de encontrarse casi en quiebra, y al ver el enojo de su pueblo, porque se encontraban atravesando terribles necesidades, es que deciden no pagar la deuda externa, argumentando que ellos debían más de lo que la deuda era realmente, porque nuestro continente había sido saqueado durante siglos, para que ellos se convirtieran en las potencias que eran. El gobierno Chileno, en manos de Allende, invitó a los colegas de los países hermanos a unirse en la lucha y revolución americana. Muchos países se sumaron, entre ellos Bolivia y Argentina. Esto significó una desestabilización en los países imperialistas, ya que al cortar relaciones con américa dejarían de consumir, lo que implicaba un golpe muy duro a sus gobiernos. Parecía que américa iba a poder contra todos. Luego sucedieron gobiernos corruptos, dictaduras militares, gobiernos de factos, lo que lejos de convertir a América en un nuevo mundo, se destruyó, cayendo en los niveles más bajos de pobreza, debido a los endeudamientos y la desigualdad que estos desórdenes provocaron.

En la actualidad, las cifras de pobreza en Latinoamérica son abrumadoras, actualmente existen aproximadamente 175 millones de pobres, esto quiere decir que 1 de cada 3 personas es pobre. Actualmente, se está trabajando para combatir este demonio, y se encuentran resistencias en contra de los gobiernos corruptos, exigiendo cada vez más, que se tomen cartas en el asunto.

Para un continente, teñido con sangre inocente, donde su pueblo fue sometido, asesinado y sus riquezas fueron saqueadas hasta su última reserva; un lugar, donde los conquistadores creyeron que era el paraíso; un lugar de tierras fértiles, de habitantes con habilidades extraordinarias, civilizaciones con conocimientos invaluables; estas tierras, donde parece ser que pudieron arrancarles todo menos el espíritu, es un pueblo sin piernas pero que camina. América: pueblos con riqueza gastronómica, musical, artesanal, llena de vida y colores, es hora de que se levante, que ya no permita la intromisión de aquellos que quieren quitarle todo. Es hora de dar vuelta la página, empoderarse, no olvidar su pasado, pero solo para saber cuál es el lugar donde ya no hay que regresar, y comenzar a trabajar para que ya nadie pueda quitarle el pan para comer y sus sueños.

“Más vale encender una vela, que maldecir la oscuridad…”

Podemos decir que el panorama actual, respecto al nivel de conciencia que se está generando es alentador, una conciencia de inclusión, de combatir la desigualdad, de comprender la responsabilidad que tienen aquellos ciudadanos que tuvieron la posibilidad de acceder a oportunidades que muchos no tuvieron. Posibilidades que los ubican en un lugar de privilegio, las cuales representan una responsabilidad moral y humana de emprender una misión, sin importar cuál, que contribuya en la medida que sea, a mejorar el mundo.

Cada vez son más las personas que comprenden la responsabilidad social, que se involucran en tareas solidarias, que protestan y reclaman frente a las injusticias y exigen a las grandes corporaciones y a los gobiernos que se tomen medidas respecto al cuidado de la ecología, a procurar la distribución equitativa de las riquezas, así permitiendo el acceso a iguales posibilidades de todos los ciudadanos, mejorando la calidad de vida de manera integral a cada uno de ellos. También existen personas que se convierten en emprendedores sociales, desarrollando sus potenciales y brindándolos de manera desinteresada al mundo, en pos de mejorar la calidad de vida de muchas personas. La filantropía suma cada vez más adeptos, los nuevos y jóvenes empresarios, motivados por la conciencia social, y quizás siguiendo el ejemplo de muchos grandes, entienden que acumular riquezas quizás no es una misión trascendental en la vida, pero si lo es, poder colaborar solidariamente con causas nobles alrededor del mundo, devolver de alguna forma lo que recibieron y luchar contra la desigualdad, comprendiendo que “ayudar a otros, es ayudarse a si mismo…”