La democracía y la sociedad actual
Enviado por Ledesma • 10 de Noviembre de 2018 • 1.015 Palabras (5 Páginas) • 392 Visitas
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De esta manera se va generando un clima de incertidumbre y de escepticismo, que explican en cierta forma la situación que vive el país, creando en la población, sin que ella quizás pueda explicarlo y expresarlo de manera conceptual, una sensación de impotencia en medio del funcionamiento de un modelo socio-económico absolutamente distorsionado y ajeno a las exigencias de lo que la ciudadanía espera de una democracia moderna. No es una casualidad que en los tiempos actuales, tengan lugar diferentes manifestaciones en nuestro país que adquieren las características de movimientos sociales con nuevos actores en escena (estudiantes, trabajadores, defensores de los derechos de la salud, movimientos en contra de las AFP, etc.), así como también que surgen diversos líderes de comunidades y localidades que reivindican y movilizan a los ciudadanos en función de diversas causas y banderas a lo cual el sistema democrático y las elites, en especial, la clase política no han sido capaces de hacer frente e interpretar.
Ahora bien, según Micco y Saffirio (2011), la valorización de los partidos políticos y del congreso, tanto en Chile como en el mundo, se encuentran entre las instituciones más desvalorizadas y poco creíbles, y los movimientos sociales, que luchan levantando banderas de demandas sociales, ven de forma muy negativa que sea en el congreso y por medio de los partidos políticos que son los que tienen representación allí, sea el espacio donde se discutan y se negocien estas trasformaciones.
Micco y Saffirio (2011), al contrario de lo que piensan los movimientos sociales, recalcan la importancia de instituciones como el congreso y los partidos políticos debido a que sin ellas es imposible que se den cambios en las políticas públicas, que se den cambios legales ni mucho menos cambios constitucionales a menos que se apueste por un revolución donde se destruyan las instituciones, lo cual pareciera ser muy difícil que se dé, por lo menos, en el contexto chileno. Aquí es donde estos autores plantean que la única solución a este fenómeno contemporáneo que, sin ningún lugar a dudas, no nos abandonará y que cambiará la forma de hacer política para siempre es que se enfrente la situación actual de ilegitimidad de las instituciones y sus decisiones con realismo, donde los partidos de conviertan en organizaciones que trabajen en colaboración con los movimientos sociales, donde los partidos interpreten la voz de los movimientos, traten de ser portadores de las necesidades transformadores de estos con realismo, sin populismo, para así poder avanzar el logro de los ideales de la ciudadanía.
Para poder avanzar hacia el logro de cambios revolucionarios como una reforma educacional de calidad, se debe lograr la cooperación entre los distintos actores sociales, el parlamento y los partidos políticos para poder lograr la transformación en base a la legitimidad de la institucionalidad para que sean cambios duraderos y concretos y no meras ilusiones como tantas veces ha sucedido en el pasado con tantas promesas incumplidas.
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