Los Valores. Ética, valores y aprendizaje

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los valores que no fueron inculcados en los hogares. Eso no es posible, los maestros, líderes y modelos de valores en el colegio, tienen la posibilidad de reforzar lo formado en el hogar, pero no sustituirlo. La formación de valores resulta dificultosa porque, a diferencia de las normas, los valores son principios. Son comportamientos que elegimos con gusto y nos produce satisfacción. Las normas las podemos acatar a pesar de nuestra voluntad, pero los valores tienen el respaldo de nuestro consentimiento.

Las personas que en nuestras vidas tienen un rol de liderazgo son quienes nos trasmiten más valores. Por ello, no es casualidad que esas personas sean nuestros padres, hermanos mayores, abuelos, ciertos familiares, maestros, compañeros de clases que admiramos, fejes, entre otras personas.

Motivación

La motivación funge como aquel impulso el cual nos incita a realizar alguna acción que se nos presente para dicha situación, esta empuja al individuo a la búsqueda e intento continuo de lograr dicha meta para sentir satisfacción por aquel objetivo alcanzado y para el cual se le aporta energía, esfuerzo y entusiasmo. La motivación puede presentarse en el individuo de manera extrínseca o intrínseca dependiendo de la situación y que sea lo que produce la motivación al individuo. La motivación no es más que la fuerza de voluntad de una persona en realizar un esfuerzo para alcanzar sus metas y lograr sus objetivos para satisfacer alguna necesidad en particular.

¿Qué influencia tiene la cultura en la formación de valores?

La cultura comprende a toda manifestación de la creación humana a lo largo de la historia, por lo cual se asume que deben poseer alguna influencia en el desarrollo de una sociedad. Lo que la cultura puede influir altera hasta cierto punto los valores inculcados en los individuos, ya que estos podríamos considerarlos como guías de cómo actuar, aportando a la comprensión de ciertas formas de pensar.

Con el paso del tiempo, los cambios en nuestra cultura se convierten en una evolución inevitable y aparentemente inherente de la humanidad misma, estas transformaciones no solo aplican en los medios que nos pueden rodear, sino también en la población y las relaciones interpersonales que desempeña la gente.

La relevancia de los valores recae en que sirven como sustento o un punto de inflexión para evolucionar y avanzar en la vida cotidiana, por lo cual la manera socialmente aceptada y ya

establecida de cómo educarnos frente a los valores y la moralidad en sí misma no hacen más que orientarnos en nuestro desarrollo como seres humanos.

Conclusión

Desde nuestros primeros años de vida los humanos nos vemos impulsados por valores que sedimentarían las bases de cómo desarrollar con el paso del tiempo nuestro comportamiento y estas sirven como una herramienta indispensable para poder formarnos como mejores personas en un futuro y hay muchos factores implicados en nuestra formación ya que indudablemente todos somos distintos y nuestra manera de recibir y de aprender los valores, así como de mantener una ética puede variar dependiendo de cómo la persona haya sido educada en su hogar y gracias a esas enseñanzas básicas de vida aprendemos a valorar a nuestros cercanos y a nosotros mismos, claramente influyendo en la construcción de nuestra personalidad y nuestra autoestima. Todo lo que los valores y sus allegados como la motivación, nos prepara para enfrentar la realidad y con el paso del tiempo lograr una actitud idónea para abrirnos a nuevas experiencias y oportunidades a lo largo de nuestra vida.