MINISTERIO DEL PODE POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGIA.
Enviado por Helena • 13 de Marzo de 2018 • 2.008 Palabras (9 Páginas) • 510 Visitas
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de decisiones unilaterales del Gobierno. Ello es tan obvio, que a pesar de que las reservas internacionales se recuperaron de forma importante desde 2005 hasta 2010, ha seguido imperando el control de cambio.
Por su parte, con el control de precios el Estado pasó a incidir sobre el crecimiento, expansión y viabilidad financiera de las empresas, toda vez que afectaba la rentabilidad de las mismas. Sobre la base de lo adelantado en materia de control sobre las actividades económicas privadas, a finales de septiembre de 2007, el gobierno lanzó el Primer Plan Socialista de la Nación, conocido como el “Proyecto Nacional Simón Bolívar”, el cual se estructuró en cinco ejes fundamentales: la nueva ética socialista, la suprema felicidad social, la democracia protagónica y revolucionaria, el modelo productivo socialista y la nueva geopolítica nacional. Usando la fraseología marxista-leninista, ya común en los documentos oficiales a partir de 2007, lo relativo al modelo productivo socialista se enuncia de la siguiente manera: “Con el fin de lograr trabajo con significado, se buscará la eliminación de su división social, de su estructura jerárquica y de la disyuntiva entre la satisfacción de las necesidades humanas y la producción de riqueza subordinada a la reproducción del capital”.
De esta manera, entre los objetivos fundamentales de ese modelo estaban la eliminación de la división social del trabajo y su consustancial estructura jerárquica. A un nivel menos abstracto, ese paradigma económico se encaminaría a la satisfacción de las necesidades humanas antes que a la reproducción del capital. Es clara la vocación estatista del modelo cuando se afirma que “El Estado conservará todas las actividades que sean de valor estratégico para el desarrollo del país”. Un asunto no menor en este tipo de enunciado es el relativo a qué entiende el gobierno por “actividades que sean de valor estratégico”. Aunque se abre espacio a la acción del sector privado, en realidad el énfasis fundamental reside en la acentuación del papel del Estado en la economía, tanto en su rol de productor como de regulador. Ello es así porque todo el discurso del Primer Plan Socialista se conforma sobre la base de una filosofía anti empresarial, acorde con la mejor tradición marxista-leninista.
La iniciativa privada es un acompañante inevitable del socialismo, un socio incómodo pero del cual no es fácil prescindir, ello porque aún con todo el peso del Estado en la economía, inclusive en 2012, casi dos tercios de la fuerza de trabajo laboraba en el sector privado. En ese plan se conservan el anclaje del tipo de cambio y el consiguiente sesgo anti exportador que tradicionalmente ha tenido la política económica en Venezuela, al afirmar que la creación de oferta exportable no petrolera será 3 posible solamente cuando se hayan satisfecho las necesidades internas. Ese postulado liquida en los hechos cualquier política de diversificación de las exportaciones porque condena a los países a exportar exclusivamente los excedentes y ningún país conquista mercados abasteciendo a sus clientes con lo que le sobra una vez que ha consumido localmente. La expresión política del Proyecto Nacional Simón Bolívar fue la propuesta de reforma constitucional promovida desde mediados de 2007, con la cual se procuró darle sustento legal e institucional al modelo económico cuando ya Chávez había decidido instaurar un sistema socialista en Venezuela. En particular, en el artículo 112 del citado proyecto se planteaba que: “El Estado promoverá el desarrollo de un modelo económico productivo, intermedio, diversificado e independiente, fundado en los valores humanísticos de la cooperación y la preponderancia de los intereses comunes sobre los individuales…”, todo ello con el objeto de crear “las mejores condiciones para la construcción de una economía socialista”. Ese cambio de modelo alteraría la estructura de la propiedad y eso fue lo que se propuso el artículo 115 del citado proyecto donde se establecían distintas modalidades de propiedad, a saber: la propiedad pública, perteneciente a los entes del Estado, la propiedad social, que nominalmente reposaría en manos del pueblo y la propiedad mixta conformada por el Estado en conjunción con cualquier particular o entidad colectiva. En lo concerniente al manejo macroeconómico, mediante el artículo 156, numeral 12, se pretendía autorizar al Presidente de la República para “La regulación de la banca central, del sistema monetario, del régimen cambiario, del sistema financiero y del mercado de capitales; la emisión y acuñación de moneda” y en el artículo 236, numeral 13, se incorporó que entre las atribuciones y obligaciones del Presidente de la República la de “Administrar la Hacienda Pública Nacional, así como el establecimiento y regulación de la política monetaria”. Con el artículo 321 se le otorgaba al Presidente de la República la facultad de manejar las reservas internacionales. De esta manera, se derogarían postulados básicos de buen manejo económico que habían sido establecidos en la etapa pre-socialista de la revolución bolivariana.
Uno de los resultados del modelo ha sido un mediocre desempeño de la economía en términos de crecimiento e inflación. Medido en términos del PIB real por habitante, entre 1999 y 2013 el ingreso real de los venezolanos apenas aumentó 0,85% promedio anual, no obstante haber disfrutado Venezuela de una renta petrolera considerablemente superior a cualquier período previo a 1999. Todavía más, se trata igualmente de un comportamiento de la economía inferior al de otros países de América Latina que sin ser beneficiarios del petróleo, tuvieron un crecimiento cualitativa y cuantitativamente superior al de Venezuela.
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