Modernidad y Holocausto
Enviado por Ledesma • 13 de Noviembre de 2018 • 8.487 Palabras (34 Páginas) • 289 Visitas
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Producción social de la indiferencia moral.
Otras de las cuestiones que trata Bauman en su libro, nos lleva a la cuestión de le indiferencia moral ¿cómo es posible que personas aparentemente normales, ni sádicas, ni asesinos en potencia, formaran el engranaje perfecto pieza por pieza de la mayor organización que ha habido con el objetivo único de la muerte?
Es más, muchos de los actos de los oficiales de las SS o de los soldados de los campos que tenían un carácter sádico o de algún modo especialmente agresivo, normalmente era castigado. De este modo, se puede observar una fuerte relación entre la lealtad a la tarea con la lealtad a la organización y a la jerarquía burocrática. Muy posiblemente la rígida y sofisticada organización del Holocausto no hubiera sido posible con sanguinarios y psicópatas, en palabras de Hilberg, el cual cita Bauman en su libro.
El alemán autor de los crímenes no era un tipo especial. Sabemos que la naturaleza misma de la planificación administrativa, de la estructura competencial y del sistema presupuestario excluían los procesos específicos de selección del personal y la exigencia capacitaciones especiales. Cualquier miembro de la policía de orden podía ser guardia en un ghetto como en un tren. Se deba por sentado que cualquier abogado del Departamento principal de Seguridad del Reich podía dirigir las unidades móviles de la muerte y que cualquier experto en finanzas del Departamento principal Económico Administrativo podía ser destinado a un campo de la muerte. En otras palabras, se las operaciones que hubieran que acometer se encomendaban al personal disponible.
La cuestión por lo tanto es ¿cómo consiguieron estos alemanes normales realizar el Holocausto? Bauman nos habla de la teoría de Herbert C Kelman, el cual afirma que las inhibiciones morales frente a estos actos tan crueles disminuyen cuando se cumplen tres tipos de circunstancias que se dieron en el Holocausto. La primera de ellas, la violencia está autorizada, en este caso por los departamentos oficiales alemanes. En segundo lugar, las acciones están dentro de una rutina, donde la tarea está dividida como en una cadena de montaje y en tercer lugar se deshumaniza a las víctimas a través de la carga ideológica y el adoctrinamiento.
Producción social de la invisibilidad moral.
En el Holocausto también cabe destacar otro mecanismo social, la capacidad de involucrar a un gran número de personas que no ejecutaban a las víctimas de una manera directa, hecho que deriva en que no tengan que enfrentarse directamente a una acción que choque fuertemente en sus consciencias. Si citamos a Hilberg como lo hace Bauman en su libro para referirse a esto.
No debemos olvidar que la mayor parte de las personas que participaron en el genocidio no dispararon rifles contra niños judíos ni vertieron gas en las cámaras… Casi todos los burócratas redactaron memorándums, elaboraron anteproyectos, hablaron por teléfono y participaron en conferencias. Destruyeron a mucha gente sentados en sus escritorios.
Bauman se refiere en su libro a esto a través del concepto de la mediación de la acción, de Johns Lachs, este concepto está siempre latente en los mecanismos de la sociedad moderna. De esta manera, existe un” hombre intermedio” que lleva a cabo las acciones de uno, es decir, está entre el sujeto que hace la acción y la acción misma. De esta manera, el llamado “Hombre intermedio” esconde las consecuencias de la acción.
Por lo tanto, la distancia que esto crea proporciona una barrera en la conciencia al separar el acto de sus efectos finales queda inhibido moralmente y evita en cierta manera entrar en un conflicto moralista sobre el verdadero alcance de la acción.
Otro elemento muy relacionado con esta fue el concepto de Helen Fein sobre el universo de las obligaciones. Citando a Bauman podemos decir de este concepto.
El “universo de la obligaciones” señala los límites exteriores del territorio social dentro del cual se pueden plantear, con sentido, las cuestiones morales. Más allá de esta frontera, los preceptos morales no tienen validez y las valoraciones morales carecen de sentido. Para que la humanidad de las víctimas pase a ser invisible, lo único que hay que hacer es expulsarlas del universo de las obligaciones.
Dentro de la visión nazi del mundo, en la que predominaba el valor superior e incontestado de los derechos alemanes, el excluir a los judíos del universo de las obligaciones tan sólo requería despojarles de su derecho a pertenecer a la nación y al Estado alemanes.
Consecuencias morales del proceso civilizador.
La manera más común sociológicamente de caracterizar el proceso civilizador es la justificación de la concentración de la autoridad por medio de la violencia para garantizar de esta manera el orden y la cohesión social. Esta visión, nos desvía la atención de las posibilidades de carácter destructivo del proceso civilizador en sí.
De este modo, según Bauman la lección más importante del holocausto es la necesidad de hacer una crítica profunda, e incluir en las características del proceso civilizador su tendencia negativa y desastrosa a deslegitimizar las motivaciones éticas de la acción social.
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Modernidad, racismo y exterminio.
El holocausto para Bauman fue el final de una historia de secularización y resentimiento, tanto económico religioso cultural y nacional hacia la comunidad judía.
Sin embargo, el sociólogo aporta datos sorprendentes sobre el antisemitismo. Según numerosos historiadores, Bauman afirma que el sentimiento antisemita en Alemania era mucho menor durante la república de Weimar que en otros muchos países europeos. Es más, la visión de los judíos sobre Alemania era una visión mayoritariamente de tolerancia. A finales del siglo XX la comunidad judía de universitarios era mayor en Alemania que en Estados Unidos o Gran Bretaña.
De esta manera, Bauman nos quiere decir que el antisemitismo es una pieza clave del Holocausto, pero no lo explica en su totalidad. El antisemitismo ha sido un fenómeno de índole universal, pero el Holocausto no.
Las relaciones antisemitas surgen entre un grupo mayoritario y otro minoritario que vive en el contexto del otro, siempre con unas condiciones de debilidad que acaban por convertirlo en “el otro”. Las características del antisemitismo han estado ligadas a la diáspora de los judíos. Sin embargo, la historia de los judíos tiene características
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