Origen del Estado.
Enviado por mondoro • 1 de Julio de 2018 • 2.025 Palabras (9 Páginas) • 337 Visitas
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Para la justificación del estado, surgieron varias teorías, que pueden clasificarse en cinco grupos que son:
- Las que lo fundan en una necesidad religiosa: sus representantes son san Juan Crisóstomo y san Agustín, para quienes el estado es un mal necesario a causa de la caída del hombre en el pecado. Tendían desde sus orígenes someter al estado al poder de la iglesia. Pues con la protección de la iglesia, el estado borraba la mancha de su origen.
- Las que lo fundan en una necesidad física: concibe al estado como un orden creado por el dominio de los fuertes sobre los débiles. Esta teoría fue expuesta por los sofistas, principalmente Calicles. Para ellos el estado es una institución creada por los poderosos con el objeto de organizar la explotación social. En la época moderna, la teoría de la fuerza fue recogida por el materialismo histórico, con Marx y Engels, quienes consideran al estado como una institución destinada a conservar para la burguesía el dominio sobre los bienes de producción y la propiedad privada.
- Las que intentan fundarlo en razones jurídicas: consideran al estado como una institución creada por el derecho, se subdividen en las teorías:
- Patriarcal: que sostiene que el estado es una extensión de la familia, fue sostenida principalmente por Sir Robert Filmer, quien sostiene que los reyes son descendientes de Adán, quien a su vez fue el rey de la humanidad.
- Patrimonial: que considera al estado como una relación de derecho patrimonial, es decir considera al territorio del estado como un objeto de dominio.
- Contractual: esta sostiene que el estado se forma por un contrato social.
Las teorías jurídicas parten de un supuesto falso, pues consideran al estado como el producto de un derecho preexistente, lo cual no es posible, porque el estado es el que crea al derecho.
- Las que lo fundan en la moral: estas teorías tienen un fundamento iusnaturalista, sostienen que la causa remota del estado es un ordenamiento moral. Hegel que considera al estado como el grado máximo alcanzado por el espíritu objetivo le atribuye, según Jellinek, el valor de la realidad de la idea moral.
- Las que lo fundan en motivos psicológicos: estas teorías psicológicas sostienen que el estado se forma con los actos y es un producto del espíritu del pueblo. Esta teoría arranca de Aristóteles, cuando habla de la disposición del hombre para formar el estado, y de la escuela histórica por la relevancia que ésta concede al espíritu.
Estas teorías no son erróneas, sino incompletas pues pretenden encontrar la justificación del estado en una sola motivación, cuando es necesario explicar la justificación del estado por medio de todos y cada uno de los motivos que determinan su existencia.
Aristóteles afirma que el hombre es un animal político, sociable por naturaleza, por lo tanto su realización sólo la encuentra dentro de una sociedad, y por tanto se hace necesaria la presencia de una autoridad y del derecho para regular tales relaciones.
Para Jean Dabin, el estado es necesario en cuanto instrumento necesario de realización del bien necesario que es el bien público. Se generan relaciones de necesidad y asociación entre los hombres, las cuales no están peleadas entre sí, pues la asociación supone la unión de esfuerzos encaminados hacia un determinado fin, en donde intervienen las voluntades, de manera razonable sobre si constituir o no dichas asociaciones. Sobre esta situación, tiene su teoría Hauriou, el fundamento jurídico del estado, ese fundamento es según Hauriou, el consentimiento consuetudinario, que es donde se lanza un precedente en el medio social, que puede ser la organización de una institución o una decisión judicial, posteriormente se produce en el medio social un usus communis y al cabo de cierto tiempo ese usus communis engendra la opinio juris, es decir el carácter jurídico. Con esta concepción la formación histórica del estado es también jurídica, puesto que al mismo tiempo es también consuetudinaria. Sin embargo este análisis no nos entrega la justificación profunda del estado, pues el consentimiento puede ser rehusado o retirado, faltaría saber sobre qué se funda el consentimiento al estado. Si bien es cierto que ni los estados particulares ni el estado general podrían subsistir sin el consentimiento de los pueblos, pero tratándose de derecho, es preciso saber si hay razones que obliguen a los pueblos al consentimiento del estado.
Sostiene que es preciso contar con la idea de la cosa pública, que es el alma del estado, que es capaz de obrar sobre las inteligencias de los hombres y mantener sus voluntades. La razón profunda del estado es el bien público tomado como punto de partida necesario del sistema, al servicio del cual se encuentra la idea de la cosa pública que el alma del estado. Y el bien público, la cosa pública y el estado son fines y medios que se imponen independientemente de las voluntades de los hombres, y se precisa que los hombres los reconozcan como tales, los comprendan y los acepten, aunque su valor no depende de este reconocimiento, pues a pesar de que se han desplomado muchos estado particulares, el estado no ha muerto, sino que se reconstruye de diversas maneras, siendo esta la prueba de que más allá del consensus, y cualquiera que sea la voluntad actual de los hombres de los hombres respecto a la sociedad política, ésta se presenta como un hecho natural que responde a las necesidades de la vida humana, estimula el progreso por la creación y el mantenimiento de condiciones exteriores favorables y al mismo tiempo por la disciplina que impone a los instintos que impide volverse contra la humanidad. El vínculo del estado es un vínculo institucional, es ese consentimiento consuetudinario otorgado espontáneamente por los súbditos a las instituciones, como lo otorgan a las leyes de derecho. La fundación y la vida del estado son jurídicas con el mismo título que la fundación y la vida de toda institución incorporada.
FUENTES DE CONSULTA:
Galindo Camacho, Miguel, Teoría del Estado, 6ª edición, editorial Porrúa, México, 2006, pp. 303-310
Dabin, Jean, Doctrina general del Estado. Elementos de Filosofía Política, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2003, pp. 95-98
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