¿Que hemos cambiando en estos 524 años de historia?

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Es momento de cambiar nuestra mirada, como sostiene Gudynas: “La categoría de Naturaleza es una creación social, distinta en cada momento histórico, cambiante de acuerdo a cómo los hombres se vinculan con su entorno” (Gudynas, 2004, p 26).Cambiar nuestra mirada de la naturaleza, donde no sea únicamente una fuente de recursos, sino que sea una parte responsable de todos, exista su conservación, se la reconozca como nuestro hogar, para así alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.

Es necesario promover la armonía con la naturaleza, debido a que desde allí se podrá unir las diferencias, transformar la ideología impuesta por el modelo del dominador y dominado, distribuir correctamente los recursos para que más personas obtengan una mejor calidad de vida, evitar guerras y conflictos donde la causa del enemigo silencioso es el ambiente, buscando una solución cooperativa donde el beneficiado sea imperativamente la naturaleza. Al modificar nuestra mirada al ambiente, rompemos con los principios que hemos adquirido, transformamos nuestra manera de pensar, consideramos otros valores que involucran al respeto, el compromiso y la participación, por lo que modificamos nuestra sociedad y conciencia colectiva encaminándola al bien común.

Es decir, que es posible aplicar el concepto de desarrollo sustentable desde el pilar ambiental hacia el social, y económico, y cumplir con lo que propone: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades del futuro para atender sus propias necesidades” y llevarlo a la acción mediante otro concepto, el de economía verde que plantea un conjunto de modelos de producción integral e incluyente, que toma en consideración variables ambientales y sociales, como lo es la baja de emisiones de carbono. Debemos tomar como ejemplo el concepto de biodiversidad para relacionarnos de forma cooperativa, tolerables, amables entre nosotros y con el ambiente. Permitiendo la producción, la obtención de la calidad digna de vida y estableciendo en una sociedad, aquellos valores que nos identifican como persona, y que vinculan al ambiente con su correspondiente respeto y cuidado. Promover una cooperación que reúna a estados de manera honesta, sin propios intereses, con el fin de bridarle al ambiente sus derechos fundamentales e implementar la ciudadanía ambiental.

Las acciones detonantes que se pueden llevar a cabo como comunidad es tener como principio devolver al mundo, al menos un equivalente de lo que ha tomado de él. A través de huertas comunitarias y sistemas hidropónicos, la reforestación de zonas erosionadas o desmontadas, la colaboración para desarrollar tecnología aplicada a la energía sostenible por medio del conocimiento, implementar compartir asientos vacíos en los vehículos que realicen similar trayecto con el fin de reducir la emisión de gases y colaborar en la distribución del tránsito, clasificar residuos domésticos, participar de centros comunitarios, asilos, merenderos con el fin de brindar alegría, apoyo social y didáctico en distintos barrios de la ciudad conociendo distintas realidades, reciclar elementos que puedan volver a tener otro destino, optimizar el uso de agua, educar a la población y compartir las ideas innovadoras para que otros también concienticen en dejar de únicamente consumir y comenzar a implementar acciones para el ambiente y para todo el cambio que desencadena.

Es por esto que debemos crear un mundo mejor, desde nuestro lugar, con ideas creativas, vinculantes, solidarias, participando y creando en todo aquello que aporte al bien común de la comunidad a la que tenemos alcance. Y en el marco de Latinoamérica, se deben unir los pueblos latinoamericanos y concebir soluciones para poder sostener el ambiente sin permitir que caiga en los principios del modelo de explotación, donde, para concretar una era de estabilidad mundial, de bienestar y prosperidad para todos, es mediante un trabajo cooperativo a través del respeto de nuestras diferencias, dejando de lado los intereses, logrando así, la preservación y uso responsable de los recursos naturales utilizados para construir la paz soberana de Latinoamérica y del resto de los países.

Entonces, ¿Deseamos continuar 524 años más en un modelo que se apropie del ambiente, nos destruya como sociedad, nos divida como mundo y haga olvidar nuestros valores?

La solución para unir lo fragmentado es mediante el pilar ambiental, transformando así el modelo. Desde este lugar, se podrá encaminar a la sociedad a sus valores fundamentales, la economía a su mirada de los recursos y la política a la conciencia y debate de la legislación de la ciudadanía ambiental.

Abramos las puertas hacia un mundo unido para lograr construir desde nuestro lugar el mejor posible, colaborar para dar más vida, bienestar y equilibrio, al planeta y a las generaciones venideras.