Reforma del Estado y Redefinición del campo de las políticas Públicas

...

Hoy querer modernizar el estado implicaría analizar y rectificar el aparato publico que resulto siendo negativo para el proceso, alejándose de su filosofía inicial que le dio su fundamento, pocas sociedades seguirían con la disponibilidad de pagar las burocracias publica, a aceptar la corrupción que inevitablemente se presenta hoy en día en el poder del aparato público y al predominio de la sociedad civil. Desde siempre los gobiernos tienden aumentar el gasto público y a intervenir en la vida privada, así muchos de sus integrantes de gobierno griten a los cuatro vientos el ser neoliberales, todavía manejas el concepto de que solo pueden cumplir sus retos públicos a base del aumentando los impuestos y la hegemonía gubernamental. A pesar de la democracia popular por parte del pueblo para elegir a sus gobernantes no se ha eliminado que terminemos siendo explotados por estos.

No se trata de un modelo de relación entre el estado y el pueblo dejando aparte los muchos problemas presentados por las mayorías, si no un modelo demoliberal enfocado al libre comercio con un mínimo de intervención y participación por parte del estado como regulador, capaz de satisfacer los beneficios tanto de la acción individual como la del beneficio común.

CONCLUSION

La necesidad de reformar el aparato administrativo del Estado para volverlo más eficiente, orientado al usuario es una demanda global, sin embargo, la respuesta a esta demanda está condicionada tanto por el enfoque teórico que guía la reforma, como por las opciones políticas adoptadas y por la capacidad de los gobiernos para implementar las medidas implementadas. La experiencia internacional permite identificar diferentes enfoques teóricos, demostrando que no hay una reforma que sirva como modelo, sino principios y orientaciones que se adecuan a la capacidad política existente en la realidad nacional, sin embargo, las medidas generan nuevos riesgos y desafíos a la capacidad de gestión de la provisión de los bienes públicos.

Estamos experimentando un gran número de cambios en la gestión pública, con gran transformación de las relaciones Publico/Privadas y de las formas tradicionales de administración de la cosa pública. Podemos ahora afirmar que los procesos no indican una transformación sustancial en las relaciones entre los diferentes agentes y niveles del poder, en la medida en que el alcance de las reformas fue bastante reducido, si realizamos un balance de las iniciativas de reforma queda evidente que, en su mayoría, no fueron capaces de aumentar las capacidades del Estado para cumplir las funciones esenciales de construcción de la comunidad nacional, reducción de las diferencias y desigualdades y establecimiento de un modelo de desarrollo sostenible, al contrario muchas de las medidas reformadoras acentuaron los problemas socio-económicos preexistentes, estas características comprometen el alcance potencial de las reformas latino-americanas profundizando la problemática de la difícil gobernabilidad del país.

Se busca entonces una nueva visión y definición de lo que se conoce como el contrato social, una negociabilidad de apertura y respeto a los derechos esenciales de los ciudadanos y la libre participación de los civiles en el contrato social. Lo anterior solo se podrá hacer efectivo si establecemos uno rumbos claros de las funciones de los actores públicos y privados bajo la supervisión de un eje central.