SECCIÓN II ENSAYO

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Para 1813 Monteverde y Boves desaparecen el estado de derecho con el decreto de Guerra a Muerte, rompiendo con las elementales normas de convivencia y respeto que se habían mantenido, en el territorio.

Al a la etapa donde Venezuela pasa a pertenecer a la Gran Colombia, se vuelve a perder el concepto al adaptarse y replegarse a autoridades desconocidas anula el aprendizaje y crea una reacción de inconformidad de pertenencia, al tener que afrontar un estado con nuevas políticas, como la creación de la monedas, impuestos, tribunales, entre otros.

Luego vendría el peso del militarismo donde los héroes de la guerra y soldados exigen los privilegios sociales y económicos como recompensa por sus acciones en la guerra y reclaman a la nación el pago de sus esfuerzos.

El paso a la profundización del capitalismo se ve acentuado por la radicalización de la usura y el comercio, de donde emerge una nueva generación de privilegiados que atropellan los derechos de los deudores, asolapados en la indolencia de las autoridades eclesiásticas y gubernamentales.

La aparición del hombre de negocios compite con el parasitismo social y el concepto de libre competencia y la prosperidad pública donde combina la prosperidad de la república con la suerte de los particulares en las transacciones económicas.

El presidente de la república José Tadeo Monagas elimina las leyes del laiseer faire atacan junto con la iglesia y los militares las ideas sobre competencia y actitud individual y convierten al estado en árbitro supremo de la vida. M

Todas estas circunstancias han creado en Venezuela el predominio abrumador de las actitudes parasitarias frente al proceso de creación y distribución de la riqueza, mostrando en la actualidad que la sociedad este pendiente de unos señores llamados notables, que son una especie de padres de familia, una sociedad que acude a la iglesia cada vez que se enreda en asuntos profanos, que espera por "las llaves del kino" y que encuentra en los militares la tabla de salvación, nos equiparan a los mismos preceptos de tiempos pasados como titula el autor: “Caballeros, clérigos y hombres de armas”.

Todas estas etapas narradas por el historiador Pino Iturrieta, han vulnerado constantemente, en concepto de ciudadanía del venezolano.

El decreto de garantías en 1863, promulgado por Juan Crisóstomo Falcón, nos otorga por ley los derechos de vida, libertad, propiedad y pertenencia que nos convertirían en ciudadanos venezolanos.