El hombre analizado fenomenológicamente según sus vivencia

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Así mismo existe una contradicción de la conciencia humana que experimenta hechos reales y factibles con hechos que deberían ocurrir, obteniendo el saber, el sentido y la experiencia de lo que es “el pecado original” dándonos como ejemplo una escena bíblica utópica de Adán y Eva ubicados en el paraíso junto con Dios participando de la inmortalidad, simbolizada por el “árbol de la vida en medio del jardín” y una perfecta convivencia, pero todo esto se ve opacado en el momento en que Adán y Eva transmutan y deciden comer del fruto prohibido de dicho árbol, significando el sentido de fundar su “propia vida” y autonomía, al comer de el “abren sus ojos” y logran ver la que realidad autónoma de fondo no es aquella consistencia armónica que conocen, sino su desnudez al ser expulsados del paraíso por romper la única regla. De ahí viven una seguidilla de inconsistencias generándose así la frustración en la cual llama al hombre a actuar sin desanimarse, generándole esperanza.

En nuestro caso denominamos al pecado original, como pecado social generalizando un poco las acciones, diciendo que todos somos responsables del resultado de éstas, ya que las decisiones previas no solidaria de uno inciden en las decisiones de los demás, siendo decisiones ajenas a la fraternidad.

Comentarios:

Se desataca del texto, la capacidad única que posee el hombre de ver la vida de principio a fin mediante las coordenadas de vida, convivencia y muerte, siendo a la vez esta cualidad del ser humano uno de sus mayores problemas en comparación al resto de especies, puesto que tiene plena consciencia de que existe un termino de su vida, y una calidad de vida, que puede ser satisfactoria (auto realizarse) o insatisfactoria, al no cumplir sus expectativas y necesidades biológicas, sociales, etc., caería en un estado de frustración al salir de su estado de egocentrismo.

Mapa conceptual:

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