Examen parcial segunda unidad de aprendizaje: el debate en torno a la autonomía y al estatuto profesional y epistemológico de la docencia.
Enviado por Ledesma • 29 de Marzo de 2018 • 2.431 Palabras (10 Páginas) • 467 Visitas
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Por esto mismo Burbules & Densmore piensan que no debería de darle importancia a si el profesor es profesional o no, como se describe en las siguientes líneas:
“[…] el atractivo de la llamada a la ‘profesionalización de los enseñantes’ es comprensible, pues ofrece una perfecta ilustración de como la ideología reconcilia a la gente con situaciones de conflicto, crea una sensación de posibilidad y esperanza, y estimula la ejecución continuada de roles que de otra forma podrían ser abandonados. Pero el profesionalismo es un convenio que supone concesiones mutuas; si los profesores han de hacerse plenamente profesionales en el sentido tradicional del término esto tendrá efectos perjudiciales para los estudiantes, sus padres, otros intereses de la comunidad local y, sobre todo, para los muchos profesores que no podrían permanecer en este campo de nueva constitución” (Burbules & Densmore, 1992, p.82)
En posición contraria encontramos a Erín García y Montero, que define la profesionalización de los profesores como:
“[..] los cambio en las apreciaciones, los afectos y las acciones que hacen aumentar la efectividad de su trabajo. Más allá del conocimiento necesario y el aprendizaje de las habilidades necesarias para enseñar” (García y Montero, 2009, p.11).
Esta profesionalización estaría centrada en procesos cognitivos y emocionales donde el profesor enfatiza el control de su propio desarrollo profesional
Puede existir una autonomía en la docencia con respecto al cómo enseñar en el aula de clase, se señala que el profesor es dueño de su espacio, que solo él decide cómo enseñar sus contenidos, ya sea por métodos que le fueron enseñados o por metodologías creadas por ellos mismos, sin embargo, el docente no posee autonomía alguna de lo que se debe enseñar, ya que aquello está diseñado por terceros, es decir, estandarizado, lo cual disminuye el rol del profesor en el aula, pasando a ser un ejecutor de un área en específico, debido a que se rige por un currículum, lo cual provoca la devaluación de la autonomía y desarrollo profesional; como se verá en la siguiente referencia:
“Lo que el profesor experimenta es, más bien, un sometimiento a prescripciones del poder central, dado que en la práctica son los expertos, es decir, los profesionales ajenos a la escuela, quienes toman las decisiones, formulan las conceptualizaciones, proveen guías y explicaciones para desempeñarse en el aula. En este contexto, los profesores están supeditados a simplemente implementar estas decisiones tomadas por otros, responder a las presiones sociales” (Valenzuela, 2005, p.12)
Dentro dela historia del magisterio se cuenta con diversas concepciones acerca de la profesión docente, influidas por el contexto histórico, y por la visión que tenían de sí mismos los profesores, además del imaginario social que siempre ha influido notablemente en el ejercicio docente.
Entre estas concepciones podemos determinar una primera etapa que viene de la mano con la construcción de los Estados-naciones, en donde, a las escuelas se les asigna un rol fundamental en el proceso de socialización en la sociedad.
Es decir, el profesor en su ejercicio docente era visto como un transmisor de conocimientos prescritos y de los valores y normas que se pretendían desde el estado, en este sentido no se esperaba que el profesor fuese un sujeto crítico con su contexto socio-político, ni mucho menos critico acerca de los contenidos y de sus acciones en el aula, era más bien un agente de socialización útil para la cultura dominante (la visión civilizatoria de la escuela) y se pretendía que formara a la ciudadanía.
A partir de mediados del siglo XX, con el impulso del estado desarrollista, y la cada vez más notable influencia de la economía mundial en todas las actividades de las personas, el ejercicio docente comienza a dar un vuelco, ya no se requería que los profesores socializaran descansando solo en ciertos valores y nomas, de ahora en ,as los procesos pedagógicos se asimilan a la producción industrial, cobran muchísimas relevancia los métodos y técnicas para enseñanza diseñados por expertos, que también incorporan un currículum que se muestra como neutro (en una clara muestra del espíritu positivista de la época), en este sentido, los docentes no tienen- o no se les permite-, tener una implicancia en su trabajo, y son vistos solo como parte de una cadena de producción pedagógica, como técnicos que ejecutan lo diseñado por expertos perdiendo así la implicancia política y social en su ejercicio profesional
“Se enseña un saber cómo universal y valido, desligado de su proceso de construcción, mediante formas discursivas y con actividades que favorecen aprendizajes mecánicos, dependientes y poco significativos. Esta formación técnica no incorpora con suficiente peso los saberes pedagógicos que implican comprender la profesión docente como practica social” (Opech, 2009, p.102)
El profesorado tiene como compromiso ir modificando su situación e ir superándose según los problemas que se le presenten en el aula, teniendo así, más de una opción para lograr una buena práctica pedagógica. Dentro de su transcurso como profesor es inevitable que surjan momentos en los cuales el docente deba tomar sus propias decisiones en relación a sus alumnos, por cuales debe asumir que cada opción que tome tendrá una influencia, lo que conllevará a asumir un compromiso con las prácticas educativas realizadas, las cuales necesitan un juicio profesional continuo pero no repetitivo, ya que aquellos juicios son cambiados ya sea por las situaciones u por el alumno, ya que estos también varían con el tiempo. Las necesidades de dar distintas soluciones, y de adaptarse a las diferentes situaciones para mejorar los valores educativos nos lleva a dejar en la práctica profesional docente, dentro de los valores profesionales. El docente debe tener un buen desempeño educativo por medio de responsabilidades y la toma de decisiones, por medio de su trabajo su compromiso social debe ser amplio tomando el control en el aula, la autonomía y responsabilidad de su capacitación son valores que debe presentar la profesión docente, demostrando así su interés por la docencia, como se muestra en las siguientes líneas:
“Una segunda dimensión de la profesionalidad docente se deriva de la relación con la comunidad social en la que los enseñantes deben realizar su práctica profesional. La obligación moral de profesorado, la ética de sus actuaciones, podría asociarse a una imagen de enseñantes como profesionales aislados” (Contreras, 1997, p.54)
La profesionalización
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