Reporte educativo
Enviado por Ledesma • 4 de Marzo de 2018 • 8.889 Palabras (36 Páginas) • 283 Visitas
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Estadio 3.- Aparece la cooperación naciente. Alrededor de los conservar los valores. Cuando la voluntad ha evolucionado es capaz de regular los conflictos entre los impulsos afectivos. La autonomía: tiene la capacidad de gobernarse a sí mismo y no ser gobernado por otros. Su papel es razonar con el conjunto de normas que ponderan los valores preestablecidos por otros y no los acepta automáticamente. La autonomía es la autorregulación, la autonomía afectiva y cognoscitiva es fruto de los esfuerzos del niño por autorregularse, el acto de elaborar conocimientos, asimilación y ajuste es una autorregulación y una autonomía en acción.
¿Cómo se realiza el adolescente en el campo de los valores a partir de los rasgos afectivos que le caracterizan? Actualmente nos encontramos con una nueva realidad escolar, debido a factores que han ido cambiando como la motivación, la disciplina y el clima del aula. También han aparecidos nuevos aspectos como la mayor diversidad y heterogeneidad del alumnado, el desinterés por el estudio y el facilismo con que consiguen las cosas. Esta situación me llevó a mí a un replanteamiento en mi acción como docente dirigida a mis alumnos en el que se contemplen todos los niveles de avance en el aprendizaje, procurando un modo diferente de trabajo para afrontar esta nueva problemática y darle solución. La falta de motivación en los alumnos de séptimo grado y el desinterés por el generalizado tanto de ellos como de sus familiares son variables que en la actualidad funcionan como una constante en mi escuela. La adolescencia no se caracteriza por ser una etapa sencilla. Es un momento de cambios en el que los niños deben adaptarse, tanto a las transformaciones en su cuerpo como a las capacidades intelectuales y cognitivas: a esto se suma la actual crisis de valores en medio de la que viven.
¿Qué es lo que lo diferencia de otros estadios? La diferencia que puedo establecer con los demás estadio es que en esta etapa de la adolescencia es donde el niño ya cuenta con más capacidad de poder comprender y razonar en la situación en la que se encuentra, comprendiendo que en la sociedad se tienen que manejar reglas las cuales debemos de respetar y tomar en cuenta, sobre todo en el acto de la mentira ya sabe que al decir esta está expuesto a una sanción otorgada por la persona mayor.
¿Cuál es el papel del individuo y cuál el de los otros en este desarrollo? El papel del individuo es que él, a base de la experiencia que va adquiriendo en el paso de su desarrollo va tomando conciencia de sí mismo, como vimos anteriormente cuando se es demasiado pequeño el niño es indefenso, no tiene autoridad, posteriormente se va dando cuenta de las cosas y se va formando dentro de su sociedad. Al integrarse a ella adquiere una serie de normas y reglas por que se deberá regir. Cuando el adolecente se esfuerza por entrar al mundo de los adultos y trabajar en un empleo real, se alcanza el equilibrio final, enfrentándose a la opinión de otros que han adoptado su razonamiento a un mundo que no siempre sigue un orden tan sencillo como lo imagina el adolecente.
[pic 1]Materia:
Hacia la innovación
Asesor:
Profesor Gonzalo Gómez Loyde
Trabajo:
Unidad III
Tantoyuca, Ver.
Junio 2015
INTRODUCCIÓN
No hemos encontrado ningún argumento a favor de la neutralidad capaz de avalar indiscriminadamente tal opción. Aunque parezca una paradoja, en cierto modo es justo este estado de indeterminación teórica, lo que creemos que puede ponernos en una posición constructiva ante este viejo problema.
La posición que vamos a sostener es bastante simple. La podemos expresar diciendo que la pregunta sobre si los profesores deben o no actuar neutralmente creemos que no puede tener una respuesta unilateral; mejor dicho, que la única respuesta sensata y posible es depende: a veces será conveniente que el profesor actúe neutralmente y, en otras ocasiones, será del todo indeseable que así lo haga.
A tratar de llenar de contenido esta indeterminación inicial es a lo que está dedicado este artículo. Nuestra intención es, pues, proponer una suerte de modelo normativo que pueda orientar la intervención del profesor ante las cuestiones socialmente controvertidas. Sin embargo, antes de entrar en ello será necesario establecer algunas estipulaciones conceptuales.
Luego, entrando ya en el terreno normativo, esquematizaremos algunas de las diferentes formas que puede adoptar la intervención, para ver si es posible simplificar el problema a base de eliminar, ya de entrada, aquellas que por razones éticas o educativas puedan considerarse indeseables.
En tercer lugar, puesto que creemos que la opción por la neutralidad o por la no neutralidad ha de depender, entre otras cosas, de la clase de valores que entren en juego en cada caso, propondremos una clasificación de valores que permita orientar selectivamente la conducta del agente educativo.
Por otro lado, es obvio que la decisión procedimental del profesor debe partir de una previa definición teleológica: ¿en función de qué finalidades del profesor o de la escuela adoptan la neutralidad o no? En este sentido será menester hacer también por nuestra parte una opción teleológica: definir y justificar los objetivos a los que debería dirigirse la acción de la institución escolar y del profesor.
Finalmente, teniendo presente todo lo anterior, la decisión final de optar por la neutralidad o por la no neutralidad creemos que depende de una serie de factores contingentes. A partir de la elucidación de estos factores podremos formular ciertos criterios que configuren el modelo normativo cuya elaboración constituye el objetivo final del trabajo.
CLASES DE VALORES Y CUESTIONES CONTROVERTIDAS
Valores compartidos y valores no compartidos
La discusión sobre la neutralidad y la beligerancia carece de sentido si no se clarifica el objeto de las mismas; es decir, si no se especifica en torno a qué el profesor o la institución educativa deben ejercer de una u otra forma.
No es lo mismo, por ejemplo, plantearse si el profesor o la institución escolar deben ser neutrales o beligerantes frente a los Derechos Humanos que frente a los programas de los distintos partidos políticos ante unas elecciones. No hacer ningún tipo de discriminación
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