CULTURA TECNOLOGICA EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACION
Enviado por tolero • 22 de Octubre de 2018 • 4.988 Palabras (20 Páginas) • 388 Visitas
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En este escenario, las TIC se constituyen en factor de desarrollo de diversos sectores, dada su variedad de características y bondades, pero es preciso aclarar que si bien las TIC poseen innumerables cualidades y ventajas, también implican la necesidad de una nueva formación, ya que a partir de la aplicación de estas tecnologías en el campo educativo, el dónde y el cómo se aprende, ha incorporado paulatinamente cambios significativos en los roles de docentes y alumnos, conduciendo a un proceso más centrado en el aprendizaje interactivo que en la enseñanza. Sin embargo, se puede invertir en tecnología, conectarse a la red, formar a los docentes, cambiar estructuras de aulas y escuelas, pero si no se cambia la reflexión pedagógica, la exclusión no estará resuelta. Es necesario entonces, una nueva pedagogía basada en la interactividad, la personalización y el desarrollo de la capacidad de aprender y pensar de manera autónoma.
A nivel internacional, la temática sobre el aprovechamiento educativo de las TIC, ha sido preocupación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en diversos encuentros internacionales y se ha expresado en numerosos documentos como la Declaración Mundial para la Educación Superior del Siglo XXI en 1998, la Declaración de Cochabamba en el 2001 y las Cumbres Mundiales sobre la Sociedad de la Información en 2003 y 2005, en todas ellas se plantea como necesario que los sistemas educativos aceleren su ritmo de transformaciones para no quedar rezagados respecto a los cambios que se promueven en otros ámbitos de la sociedad y se formulan acciones específicas para superar la brecha digital, minimizar la exclusión, fomentar el desarrollo de nuevas capacidades, entre otras. A pesar de este esfuerzo, la brecha digital aún no ha sido superada, pues está ligada a otros factores de índole político, económico y cultural, entre otros. Esto puede corroborarse al comparar los adelantos en materia de TIC con los que han experimentado los países de la Unión Europea, Estados Unidos y de América Latina y el Caribe.
A nivel de Latinoamérica y el Caribe, la UNESCO/IESALC emprendió, desde el año 2003, un diagnóstico comparativo sobre la situación actual y perspectivas de desarrollo de la Educación Superior mediante el uso de las TIC. Facundo Díaz (2004), autor del diagnóstico, encontró que si se comparan los niveles de desarrollo de esta región frente a otras regiones y países, los avances tanto en materia de alistamiento digital como de educación virtual, son incipientes. Aun cuando en algunos aspectos la brecha digital ha disminuido, aún es notoria la diferencia con respecto a los países que van a la vanguardia tanto en número de usuarios, conectividad pero especialmente en velocidad y uso de dichos medios. Además, la Educación Superior virtual en Latinoamérica es limitada, no sólo por el escaso número de instituciones que experimentan con ella, el bajo número de docentes involucrados y de estudiantes que cubre, sino por el uso o subutilización que se hace de las tecnologías digitales y el exiguo desarrollo de nuevas metodologías pedagógicas.
En el caso concreto de Venezuela, en el marco del diagnóstico de la UNESCO/IESALC y específicamente a nivel de Educación Superior, Curci (2003), reporta que algunas instituciones han comenzado procesos de enseñanza aprendizaje semipresencial y virtual a partir de los usos pedagógicos de las TIC, pero aún el porcentaje es muy bajo ya que en el país existen aproximadamente 167 Institutos de Educación Superior, de los cuales, para la fecha, sólo el 9,6% está desarrollando educación virtual, dato relevante para valorar la necesidad de insistir en la inversión y la formación en tecnología a este nivel.
Centrando la mirada en la Universidad formadora de formadores, como es el caso de la UPEL, se reporta que para el momento de dicha investigación no existía a nivel nacional una plataforma de campus virtual y no se habían adelantado experiencias en el desarrollo de estudios virtuales. No obstante, desde el año 2002, el Instituto Pedagógico de Barquisimeto se ha incorporado a experiencias virtuales de aprendizaje mediante la administración de tres cursos en línea a nivel de posgrado; aunque es una experiencia de pequeña cobertura, la misma puede sentar las bases para brindar otras alternativas para la formación del docente de esta casa de estudios.
En tal sentido, la revisión de los referentes empíricos y teóricos, aunados al interés de la investigadora condujeron a desarrollar el presente estudio que tuvo como objetivos: (a) Identificar los elementos que permiten estructurar una visión en torno a la cultura tecnológica de la UPEL-IPB; (b) Comprender la cultura tecnológica de la UPEL-IPB para la incorporación de las TIC en la formación docente, a partir de la interpretación de las voces de sus protagonistas; (c) Valorar las implicaciones de la cultura tecnológica de la UPEL-IPB ante el nuevo escenario generado por la incorporación de las TIC y la necesidad emergente de nuevas competencias docentes y (d) Construir una aproximación teórica sobre la cultura tecnológica de la UPEL-IPB, con el propósito de valorarla como componente de la cultura de la organización y factor relevante para el cambio y la transformación universitaria.
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CAPITULO II
- NUEVO ENTORNO, NUEVO CAPITAL Y NUEVAS COMPETENCIAS
Como señala Guzmán Cárdenas (2003), el conocimiento se convierte para las economías de finales del siglo XX y principios del XXI en la fuente principal de creación de riqueza y paulatinamente se va abriendo paso la afirmación de que es la base para generar ventajas competitivas en una empresa reside fundamentalmente en lo que sabe, en cómo usa lo que sabe y en su capacidad de aprender cosas nuevas. En concordancia con esta relevancia del conocimiento, la sociedad actual también recibe el nombre de sociedad del conocimiento.
En esta nueva sociedad, marcada por el uso intensivo de la información y el conocimiento, las TIC, generan nuevas oportunidades pero implican nuevas competencias para docentes y estudiantes, ahora teleformadores y telealumnos, como los califican Marcelo, Puente, Ballesteros y Palazón (2002). Con respecto al teleformador, estos autores señalan tres competencias básicas: (a) la tecnológica, vinculada con el dominio de destrezas técnicas básicas, interés por la renovación
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