Cambiar el rostro es cambiar la propia existencia.

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forma evidente y se convierten en otras realidades visibles.

FOTOS DISTORCIONADAS: Después utilizando el reflejo de los espejos me di cuenta que la imagen fácilmente se distorsiona y utilice ese concepto de distorsión para hablar de los múltiples yo y la distorsión que sufre el ser según el entorno en el que éste se encuentre.

INCIDENCIA DE LA LUZ EN EL ROSTRO: todo influye en nuestra identidad, así mismo, todo afecta nuestro rostro ¿En realidad tenemos un rostro? El color de la luz y el ángulo en el cual la iluminación apunta sobre el volumen del rostro y hace que uno sea muchos, todos parecidos pero notablemente distintos. Aquí podemos ver cómo el rostro cambia con la luz. La iluminación muestra cómo fácilmente nos convertimos en otro. Cuando los efectos del ambiente se modifican nuestro rostro es la escenificación de un juego de identidades.

DEJARSE MAQUILLAR POR EL OTRO: Uno nunca se ve como la gente lo ve y los demás nunca lo ven a uno como uno se ve a sí mismo, uno es un yo y otro siempre al mismo tiempo. En esta ocasión lo que quería era evidenciar esa huella que deja el otro sobre mi propia identidad al permitir que el espectador usara las herramientas de maquillaje para plasmar algo en mi rostro. Estar al descubierto y vulnerable a la presencia del otro.

MAQUILLARSE UNO MISMO PARA PRESENTARSE COMO OTRO: Todos tenemos un Otro que uno lleva ‘dentro’, un ‘alguien’ que está adepto a nosotros, tanto mental como físicamente. La intención es hacer visibles las cosas en un momento determinado, exteriorizar el yo, experimentar vida, la que uno tal vez no puede tener en la vida real. ¿Por qué nos gusta tanto jugar a disfrazarnos? ¿Qué hay en nosotros que nos hace desear consciente o inconscientemente encarnar otro YO?, ¿Qué tan fácil podría ser jugar con la realidad para remplazarla por la ficción y viceversa?, ¿Podríamos crear una nueva persona? Tal vez ese yo que imaginamos ser y pretendemos representar, es el yo que se atreve a hacer lo que nosotros no hemos podido ser, o porque tiene las cualidades que desearíamos tener o cambiar en nosotros.

A partir de aquí empieza el GRAN JUEGO DE LA IDENTIDAD.