FACTORES POR LOS CUALES NO SE IMPLEMENTA LA DOMÓTICA E INMÓTICA EN CIUDAD JUÁREZ

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Gracias a la innovación de dichas tecnologías, la integración en la vivienda de elementos que permiten controlarla ha pasado de ser solo imaginación para convertirse en realidad, respuesta a las exigencias de los usuarios en los diversos ámbitos (Álvarez, Holguín y Serrano, 2007). Se puede decir entonces que la función de una vivienda esta mutando considerablemente, lo cual plantea desafíos tales como las relaciones sociales, la interacción entre las familias, la estructura en las ciudades y por último la vida cotidiana (Herrera, 2005).

La implementación de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en la sociedad y el territorio tiene sus raíces en el nuevo proceso de concentración tecnológica el cual se facilita en gran medida gracias a la estandarización de casas y edificios. Con la domesticación de las tecnologías, las viviendas ya no serán las mismas, especialmente porque se está presentando un cambio en su estructura y su función, generando una nueva perspectiva de la vida en un hogar, basada en la idea de hacerlo más cómodo y seguro.

“Las tendencias actuales en el tema de confort, seguridad, telecomunicaciones y ahorro energético aplicadas a las viviendas, edificios, oficinas y centros comerciales, han propiciado el desarrollo de nuevas áreas de conocimiento como son la domótica e inmótica.” (Zamora, Santa y Gómez, 2010, p. 66).

Los primeros pasos de la domótica pertenecen a los años 80 a nivel comercial, pero cuando realmente empezó a utilizarse en el ámbito domestico fue en los años 90, cuando empezaron a realizarse pequeñas prestaciones, coincidiendo con la evolución y el despliegue del internet. En los países donde comenzó a implementarse fue en Japón, Estados Unidos y algunos países del norte de Europa (De la Plaza, 2013).

La primera referencia de la domótica se presenta en el año 1978 cuando salió al mercado el sistema X-10 por los ingenieros de Pico Electronics Ltd, en Glenrothes, Scontland. X-10 surgió de una familia de chips denominada los proyectos X, el cual fue considerado el primer sistema domótico. Años más tarde, en 1984 en los Estados Unidos surgió un proyecto llamado “Smart House” a cargo de la empresa National Association of Home Builders, buscaba integrar diferentes sistemas de electricidad e informática para integrarlos en una vivienda dando paso a un hogar digital y la domótica (De la Plaza, 2013).

El término domótica proviene de la unión de las palabras: domus (del latín casa) y del sufijo tica (de automática, en griego) y que literalmente significa “casa automática” (Álvarez et al., 2007).

Las casas inteligentes se caracterizan por tener la flexibilidad para poder asumir modificaciones de una manera conveniente y económica. Éstas sugieren la presencia de sistemas previamente programados basados en técnicas de sistemas distribuidos, de inteligencia artificial y capaces de tomar decisiones en un caso de emergencia, predecir las fallas que pudieran ocurrir dentro de la casa y tomar acciones para resolver fallas en momento adecuado (Álvarez et al. 2007).

Hoy en día se están desarrollando mejoras, innovaciones y avances en la construcción que incorpora y centra diversas facetas en lo que cabe es el proceso constructivo , sin embargo, no todos los avances implican la introducción en la arquitectura de tecnologías que hasta hoy no eran propias de ésta. La domótica a pesar de contar con más de 30 años de antigüedad no se ha logrado definir a sí misma. La domótica, además de ser un avance más en la tecnología arquitectónica ha proporcionado tecnología automatizada y de gran utilidad que era ajena a ella hasta hoy en día (Millán, García, Jiménez e Higuera, 2014).

Un hogar digital se diferencia de uno tradicional porque en él coinciden, además de las redes telefónicas y de televisión, una serie de infraestructuras capaces de proporcionar el control y monitorización de los equipos de la vivienda, la regulación de los mismos desde el exterior y la compartición de servicios digitales en cualquier dependencia del domicilio (Morales, 2003).

Se entiende por domótica al conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación, y que pueden estar integrados por redes tanto interiores como exteriores de comunicación, cableadas o inalámbricas cuyo beneficio es estar presente en varias partes al mismo tiempo (Constantino, 2011).

También puede definirse como la adopción, integración y aplicación de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en las viviendas. Se utiliza para denominar parte de la tecnología que integra el control y supervisión de los elementos existentes en un edificio de oficinas o en uno de viviendas (Chaparro, 2003).

“La domótica es un área relativamente nueva, (…) Incorpora nuevas tecnologías en los edificios, en particular los que tienen que ver con automatización como el ahorro energético, seguridad y el acceso a la información” (Sotelo, Olivo y Rodríguez, 2015, p. 29).

Nos referimos a la domótica como una solución del futuro pero que ya comienza a estar presente en nuestras vidas. En los últimos años se están produciendo algunos cambios muy significativos e interesantes, que afectan sobre todo a los hogares en los que residimos, pero también a aquellos lugares en los que trabajamos o pasamos nuestros ratos de ocio. Estos cambios tienen un impacto muy positivo en nuestra comodidad y seguridad, pero además nos permiten estar en permanente comunicación, la automatización y el control remoto de múltiples aparatos y el ahorro energético al hacer un uso más eficiente de los diferentes dispositivos a nuestra disposición. (Torres, 2014).

Se espera que en los siguientes años los métodos y equipamientos de la domótica lleguen a ser una notable evolución, que los sistemas empleados se incorporen de una manera más eficiente en las viviendas de un modo que las grandes residencias pasen a ser un hogar básico con mejor alcance. El objetivo es que estos sistemas beneficien al usuario sin su requerida intervención. Por ello es de suma importancia el desarrollo de sistemas inteligentes (López, 2007).

Referente a estas nuevas tecnologías, los sistemas domóticos deben contar con ciertas características, por mencionar algunas están:

- Integración: todo el sistema funciona bajo el control de un ordenador personal.

- Interrelación: vincular diferentes herramientas.

- Facilidad de uso: con simples operaciones se puede