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ACTIVIDAD DE APLICACIÓN “LOS HIJOS DE SANCHEZ”

Enviado por   •  28 de Marzo de 2018  •  3.082 Palabras (13 Páginas)  •  365 Visitas

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Dentro de la vecindad de Bella Vista se encuentran dos largos patios pavimentados que se alinean frente a 157 apartamentos de una sola habitación. Durante el día, junto a la mayor parte de las puertas pueden verse fuertes escaleras de madera que conducen a los techos planos, de poca altura, correspondientes a la parte superior de la cocina de cada vivienda. En estos techos puede verse una multitud de sogas para colgar la ropa, jaulas de gallinas, tiestos con flores o plantas medicinales, tanques de gas combustible para la cocina y alguna antena de televisión.

Durante el día, los patios están llenos de gente y de animales. Los niños juegan allí porque es más seguro el patio que las calles. Las mujeres forman filas cuando van en busca de agua o conversan entre sí mientras ponen a secar al sol su ropa, y los vendedores ambulantes entran para vender sus mercancías.

Por la tarde, las pandillas de muchachos de mayor edad con frecuencia se apoderan de un patio para jugar algo que se asemeja al futbol soccer. Los domingos por la noche se celebra, por lo general, un baile al aire libre.

La mayor parte de las familias han vivido en la vecindad de quince a veinte años, y algunos hasta treinta. Más de la tercera parte de las familias tienen parientes directos dentro de la vecindad y aproximadamente la cuarta parte se han relacionado por matrimonio o por compadrazgo. Estos vínculos, además del bajo importe de la renta mensual y la escasez de casas habitación de la ciudad, contribuyen a la estabilidad de los inquilinos. La mayoría están contentos de vivir en Bella Vista y hasta se muestran orgullosos por ello.

El sentimiento de comunidad es muy fuerte en la vecindad, particularmente entre los jóvenes que pertenecen a las mismas pandillas, entablan amistades que duran toda la vida, asisten a las mismas escuelas, se reúnen en los mismos bailes celebrados en los patios y con frecuencia contraen matrimonio con otras personas de la vecindad. Los adultos también tienen amistades a las cuales visitan, con las cuales salen y a las que piden dinero en préstamo. Grupos de vecinos organizan rifas y tandas, participan juntos en peregrinaciones religiosas, y juntos también celebran los festivales de los santos patronos de la vecindad y las posadas de Navidad, así como otras festividades.

Los Habitantes de Bella Vista se ganan la vida de diferentes maneras, algunas dentro de la vecindad, algunos otros salen a trabajar en fábricas o talleres. Los niveles de vida son bajos, pero de ninguna manera son los más bajos de la ciudad de México, y la gente que vive en las cercanías considera a Bella Vista como un lugar elegante.

Las vecindades de Bella Vista y Magnolia son muy diferentes u contrastantes dentro de la cultura de la pobreza. En Magnolia a diferencia de Bella Vista, no existen cuartos de baño interiores ni agua entubada. Dos lavaderos públicos y dos cuartos de baño arruinados, de ladrillo desmoronado y adobe y con cortinas hechas de arpilleras deshilachadas, sirven a los ochenta y seis habitantes.

Al trasladarse de la vecindad de Magnolia a la de Bella Vista, puede encontrarse con más personas que cocinan con gas en lugar de petróleo y carbón, más personas que comen regularmente tres veces al día, compran de preferencia muebles y ropa nueva y celebran el Día de los Muertos asistiendo a misa en la iglesia en lugar de dejar las tradicionales ofrendas de incienso, veladoras, alimento y agua en sus casas. La tendencia se mueve del adobe al cemento, de las vasijas de barro al equipo de aluminio, de las hierbas medicinales a los antibióticos, y de los curanderos locales a los médicos.

En Bella Vista el ingreso mensual por habitante variaba de 23 a 500 pesos. En Magnolia más del 85 por ciento de las casas tenían un ingreso mensual promedio de menos de 200 pesos, ninguno tenía más de 200 pesos y el 41 por ciento percibían menos de 100 pesos.

La renta mensual por una vivienda de una habitación en Bella Vista variaba de 30 a 50 pesos; en Magnolia iba de 15 a 30 pesos. Muchas familias formadas por el marido, la esposa y cuatro niños pequeños se las arreglaban para vivir con una cifra entre 8 y 10 pesos al día para alimentos. Su dieta consistía en café negro, tortillas, frijoles y chile.

En Bella Vista el nivel educativo variaba ampliamente, desde 12 adultos que nunca habían asistido a la escuela hasta una mujer que estudió en las aulas durante once años. El número promedio de asistencia escolar anual fue de 4.7. Sólo el 8 por ciento de los residentes eran analfabetos.

En Magnolia, el nivel de asistencia escolar era de 2.1 años; no había ni un solo graduado de escuela primaria; el 40 por ciento de la población era analfabeta.

La familia Sánchez fue seleccionada al azar de setenta familias seleccionadas en Bella Vista para fines de estudio.

Por el tiempo en que el autor realizo su investigación, vivía con su esposa Dalila, su favorita, más joven que él, en un cuarto de la calle de Niño Perdido; la sostenía a ella, a los dos niños que con ella tenía, al hijo de su primer marido, a su madre y a los cuatro niños de su hijo Manuel. La esposa de más edad de Jesús, Lupita, sus dos hijas y dos nietos, a todos los cuales sostenía él, vivían en una casita que Jesús había construido en la colonia El Dorado, situada en los suburbios de la ciudad. Jesús también sostenía la habitación ubicada en Bella Vista, donde vivían su hija Marta con sus hijos, su hija Consuelo y su hijo Roberto.

Por lo regular había bastante comida y la familia podía jactarse de tener una educación más amplia que cualquiera de sus vecinos. Jesús había asistido a la escuela sólo un año, pero Manuel, su hijo mayor, terminó los seis años de instrucción primaria. Consuelo también terminó su instrucción primaria y completó, asimismo, dos años de estudios en una escuela comercial. Roberto se salió de la escuela al tercer año; Marta terminó el cuarto año.

Fue presentado a la familia Sánchez por uno de mis amigos de la vecindad. El autor les explico que él era un profesor y antropólogo norteamericano y que había vivido varios años en una aldea mexicana para estudiar sus costumbres. Ahora se ocupaba de comparar la vida de las familias que vivían en las vecindades de la ciudad con la de las que vivían en la aldea y que buscaba en Bella Vista gente que quisiera ayudarme.

Para comenzar, les pregunto dónde pensaban que la gente vivía mejor, si en el campo o en la ciudad. Después de hacerles unas cuantas preguntas de esta clase, que en otras entrevistas le habían sido muy útiles, comenzó en seguida con algunas de las preguntas que contenía su primer

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