Administración, Técnica, Ciencia y Tecnología

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El autor “Mario Bunge” considera a la administración cómo una tecnología debido a la necesidad de contar con un conocimiento experto para resolver los problemas de una organización debido a los avances que se tienen día con día y que con ello se incrementa su complejidad para manejarla, así como también ante un surgimiento de grandes empresas se origina la creación de las ciencias de la administración y que al llamarle tecnología administrativa incluye una contabilidad, análisis estadísticos, pronósticos y simulaciones de acuerdo a modelos matemáticos, lo cual lleva a una metodología compleja en la que se aplican una variedad de indicadores, planes de acción en base a la estadística y a la contabilidad, y que su estudio no es una ciencia, pero puede lo puede llegar a ser cuando una rama de la sociotecnología saca provecho de la Psicología, la economía y las ciencias políticas,

El autor “Miguel Ángel Quintanilla” nos establece que la técnica está vinculada con las prácticas artesanales precientíficas y la tecnología hace referencia a técnicas industriales relacionadas con el conocimiento científico y que la técnica es un sistema de acciones humanas intencionalmente orientado a la transformación de objetos concretos para conseguir de forma eficiente un resultado, y las acciones que constituyen a una técnica están intencionalmente sistematizados para conseguir los objetivos o resultados, es decir sistematizar acciones para conseguir un resultado determinado es lo que esencialmente proporciona el carácter técnico y que los métodos que se emplean para resolver los problemas de tipo práctico son llamados técnicas y este autor también en base a las ideas de “Mario Bunge” se inclina que la administración se puede definir cómo una ciencia ya que se incluyen técnicas que incorporan conocimientos y métodos científicos aplicando las técnicas antes mencionadas en dónde se incluye la aplicación de contabilidad, análisis estadísticos, modelos matemáticos refinados y así como también planificación, pronósticos y simulaciones, aun así, deja dicho que la administración puede ser tecnológica también.

El Autor “Eduardo Nicol” no considera que los datos que se pueden encontrar en algunas estadísticas no tienen algún valor en sí mismo, sino que adquieren sentido en función de un trabajo de mayor reflexión teórica y se puede decir que el empleo de herramientas estadísticas y el uso de modelos matemáticos, así como la planeación y la predicción no son estrictamente conocimientos científicos que estén respaldando al saber tecnológico de la administración, y plantea que no son suficientes estos elementos de orden matemático para determinar la existencia de tecnología administrativa y cuando se habla del empleo de conocimientos de tipo psicológico, económico o de tipo político en la elaboración de un modelo administrativo podría considerarse la posibilidad de hablar de un conocimiento tecnológico de la administración.

Conclusiones

De acuerdo al análisis se puede concluir que se entiende que a la disciplina administrativa, no se le puede otorgar un status epistemológico de ciencia y que para poder hablar de tecnología administrativa tendría que fundarse su saber en verdaderos conocimientos científicos, en cambio sí se puede hablar de técnicas administrativas muy concretas que resuelven problemas prácticos de gran importancia para todas las empresas y organizaciones, ya sean gubernamentales, privadas o sociales, se puede decir que el valor de la administración como profesión, está precisamente para desarrollar modelos que ayudan a resolver los problemas que enfrentan cotidianamente las empresas, sin embargo existe la demanda de que el conocimiento que desarrolle las disciplinas administrativas cuenten con un sólido cuerpo teórico y que su compromiso al querer sustentarse como una disciplina científica, sea verdaderamente la búsqueda de conocimientos genuinamente teóricos y no continúe con ambigüedades en el manejo de los conceptos “técnica” “tecnología” y “ciencia”

Trabajos citados

Padrón Martínez, C. L. (2002). Administración, ciencia, técnica y tecnología. Contaduría y Administración, 27a 35.