Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios en Pequeñas Especies.
Enviado por Sara • 29 de Marzo de 2018 • 23.434 Palabras (94 Páginas) • 328 Visitas
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- ANTIRRETROVIRALES
Los inhibidores de la transcriptasa inversa (enzima que se encarga de pasar el ARN viral al ADN) también son conocidos como inhibidores nucleósidos análogos, que son una versión defectuosa del nucleósido natural, sustituyen al nucleósido que la transcriptasa necesita para terminar la cadena, con lo que se impide la replicación viral. El AZT (Zidovudina) Retrovir (Lab. Wellcome) es el antiviral más utilizado en gatos y la dosis es 5-10 mg/Kg cada 12 horas por vía oral durante 6 semanas. Se debe vigilar la posibilidad de desarrollo de anemia, citopenias y hepatotoxicidad. El compuesto PMEA (9-(2-fosfonilmetoxiletil) adenina) es el mejor inhibidor in vitro de la replicación de los retrovirus, pero su alta hepatotoxicidad y la depresión linfoide que provoca le hacen por ahora poco útil en gatos. Ambos han demostrado ser efectivos para mejorar los síntomas, pero no varían el estatus viral del gato. Además no se recomienda un tratamiento más allá de 3 semanas, para evitar efectos iatrogénicos irreversibles.
- INHIBIDORES NO NUCLEOSIDOS DE LA TRANSCRIPTASA INVERSA. Estos son compuestos que actúan combinándose directamente con la transcriptasa inversa para bloquear su acción. Son inhibidores no nucleósidos el Delavirdin, Lovarid y Nevirapin.
- INHIBIDOR DE PROTEASA. Estos bloquean la acción de la proteasa, una de las cuatro enzimas de los retrovirus, logrando de esta manera que se impida la producción de partículas virales maduras.
Los inhibidores de la proteasa (IP) son una clase de medicamentos antivirales. Al combinar un IP con otros medicamentos antiviral (generalmente un total de 3 medicamentos), en los humanos esta terapia combinada bloquea la multiplicación del VIH en la sangre de una persona.
Los inhibidores de la proteasa evitan que las células T que ya están infectadas con el VIH, produzcan nuevas copias del virus.
Cuando un retrovirus infecta una célula del cuerpo, hace una copia de su código genético dentro del ADN de la célula. De esta manera la célula queda "programada" para crear nuevas copias del virus. Una vez que el material genético (ARN) se inserta dentro del ADN de la célula, la misma produce una larga hebra de material genético, que deberá ser cortada y armada correctamente para formar nuevas copias del virus. La enzima proteasa hace las veces de una "tijera" y corta estas hebras de material genético. Los IP bloquean esta enzima y evitan que la célula produzca nuevos virus.
Un ejemplo comercial de este tipo de productos es: Lexiva®, de laboratorios GlaxoSmithKline. Como ya se mencionó, todavía no se usa en gatos, pero puede ser una futura herramienta si se realiza investigación al respecto. La exploración experimental de este fármaco en gatos ha dado resultados alentadores, sobre todo cuando se ha empleado en pacientes en fase temprana de enfermedad, donde eliminó los cambios en el sistema nervioso central de pacientes con el VIF.
Otro grupo de medicamentos que puede aumentar la capacidad de defensa del organismo contra las infecciones asociadas a la LVF y SIDAF son los inmunomoduladores, que se describen a continuación.
INMUNOMODULADORES:
En la LVF, se utilizan desde la primera prueba ELISA + y en cualquier grado de viremia. Mejoran la respuesta inmune y previenen infecciones oportunistas. Mejoran además la actitud del animal y el apetito. En el SIDAF se emplean ante la manifestación clínica de enfermedad, o cuando se detecte una baja en el número de leucocitos circulantes durante la etapa de latencia y previo a la etapa crónica, específicamente se deberían emplear como en los humanos infectados con el VIH, cuando disminuyen los linfocitos CD4, que son los responsables de la respuesta inmune.
Como en los gatos es difícil realizar técnicas de citometría de flujo para medir poblaciones específicas de linfocitos, sobre todo con fines diagnósticos y terapéuticos (se realiza más con fines experimentales), generalmente se recomienda el uso de inmunomoduladores antes de las manifestaciones clínicas y cuando se detecte linfopenia en los exámenes hematológicos de control (que se realizan cada 3 meses en animales seropositivos asintomáticos). Son medicamentos inmunomoduladores el interferón, el levamisol, acemannan, y Propionibacterium acnes.
- INTERFERÓN (IFN). En 1957 Isaacs y Lindemman, dos investigadores, de nacionalidad inglesa y suiza respectivamente, al realizar estudios sobre la reproducción del virus de la influenza en embriones de pollo, descubrieron una proteína que interfería con la formación de nuevos virus, lo que motivo que la llamaran Interferón. Los interferones constituyen una familia de proteínas naturales, entre 20 ó 15, producidas localmente por células específicas del organismo cuando hay un ataque por infecciones virales y que permiten que una célula se convierta en resistente a una amplia variedad de virus; constituyen una defensa temprana e inespecífica contra dichas infecciones. Los interferones tienen actividad antiviral, antiproliferativa e inmunomoduladora. Hay tres clases de interferones: Alfa, Beta y Gamma.
- INTERFERÓN ALFA. Es una de las tres principales clases de interferón que muchas células del cuerpo producen en respuesta a infecciones virales. Es secretado por leucocitos infectados para reforzar las defensas de las células cercanas no infectadas; existen más de catorce subclases de Interferón Alfa humano. En el SIDA pueden producirse interferones anormales, como el Interferon Alpha ácido lábil, cuyos índices elevados pueden ser signos de la progresión de la enfermedad. El Alpha interferón o Interferón alfa, producido mediante ingeniería genética - tecnología recombinante del ADN - se usa en dosis millonarias para tratar el sarcoma de Kaposi, verrugas anales y hepatitis B y C; también se ha estudiado su administración a dosis bajas y en combinación con AZT como un tratamiento contra el VIH ya que tiene efecto inmunomodulador. Algunos de los efectos colaterales más frecuentes producidos por el Interferón alfa pueden ser fiebre, fatiga, escalofríos y dolores de cabeza, que son también síntomas de la gripe.
En los gatos, el interferón alfa ha probado su eficacia en el tratamiento de infecciones contra LVF y VIF. Su eficacia se ha observado al incrementarse la actividad y apetito del gato infectado, por la resolución de las anormalidades hematológicas, eliminación de la viremia (en gatos con LVF) y supervivencia prolongadas. Cantidades pequeñas pero óptimas de interferón alfa pueden unirse a macrófagos, linfocitos u otras células de la mucosa que a su vez
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