Ay de vosotros los abogados

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Los abogados han hecho tal lio con el juego de palabras que llaman razonamiento legal, que todo esfuerzo por disecar aun su menor porción, a fin de poner en evidencia la farsa que es la realidad, tropieza con grandes dificultades., Se cree desde hace mucho tiempo, que los abogados con sus grandes frases no hacen otra cosa mas que practicar el charlatanismo al por mayor. Pero los jueces que toman decisiones en justicia muy raramente están interesados en el resultado de los casos que resuelven, y en muchas ocasiones deciden primero, y justifican después de haber decidido. En los casos en que le son ajenos los individuos involucrados, muy raramente al juez le interesa quien pueda ser el ganado o la solución en sí. Si al abogado en determinado caso le interesa la solución o conocen la sentencia por anticipado, no es de esperarse que acomode todas las circunstancias para poder llegar a la sentencia previamente conocida por él.

Durante muchas situaciones que se presentan en la vida diaria, es de especial atención el notar como las situaciones que se presentan en la vida para resolver conflictos, muy rara o tal vez nunca exista una semejanza de situaciones o coincidencias al presentarse alguna disputa, los abogados alegaran infinidad de situaciones que pueden ser diferentes de un caso a otro. La presencia de estos casos se ve en cierta medida sujeta a que cuando los individuos quieren establecer, o aclarar que se sienten víctimas de abusos, esta persona se presentara ante la justicia para hacer valer sus derechos, presentando los documentos necesarios que tal vez sean redactados por un abogado, en los lenguajes que los demás abogados o jueces puedan entender, ya que esta redactado en su términos entendibles. La realidad nos hace pensar que los abogados en ves de disminuir los pleitos, hacen que aumenten las cifras. Si se utilizaran términos simples e inteligentes, tal vez existirá la manera de que los involucrados encuentren la forma mas rápida y satisfactoria para resolver sus diferencias. Pero como las leyes están redactadas en cierta manera, esto hace que se tenga “variedad de interpretaciones” de tales leyes, aumentando con ello la duda de si se aplica o no, a tal caso o situación de hechos concretos que se presenten.

La concentración de derecho en su colección predilecta de conceptos y principios ha traído como consecuencia la lamentable desintegración de la anticuada y no jurídica idea de “justicia”. Los abogados están siempre tan absortos en la idea de comparar abstracciones legales que se han olvidado por completo de la única abstracción que sirve de excusa para el mantenimiento del derecho. Dan por hecho la existencia de la “justicia”, pero bajo los términos de “contratos” y “daños”. Es por esto que el lenguaje jurídico, en un último análisis, es tan intrínsecamente carente de sentido. Por una parte procura de manera general, adaptarse a situaciones de hechos especificas. Por otra parte, procura de manera también general adaptarse a la gran abstracción llamada “justicia”. El derecho solo ha conseguido desarrollar una liturgia de principios demasiado alejados de los hechos como para tener relación alguna con estos, y demasiado alejados de la abstracción para que pueda significar algo desde el punto de vista de la “justicia”

Hubo un tiempo en que el derecho, lo mismo que otros más importantes y útiles negocios, eran aprendidos en la tienda de un practicón bien establecido. Un aspirante a abogado estudiaba sus normas y principios mientras trabajaba durante un periodo como empleado o ayudante de algún miembro del foro. Ahora en la actualidad los negocios han cambiado, ahora los negocios han cambiado, los encargados de preparar a los abogados en esta tenebrosa doctrina, reposa en las escuelas, en estas reposa la esperanza del derecho. Para enseñar a estos aprendices la escuela de derecho ha dividido en grandes sectores todos los principios del derecho, teniendo entonces una gran variedad de campos donde es aplicado el derecho, por ejemplo, derecho penal, derecho constitucional, derecho laboral, entre otros. En la modernidad del derecho hay una parte que se encarga de preparar a estos futuros abogados en una disciplina que muchas veces no tiene nada que con el concepto mismo de la justicia, esta es el derecho procesal. El derecho procesal está encargado de adecuar las mentes de los futuros abogados para que puedan conocer y obtener la habilidad de los trucos de la profesión. Los métodos consisten en presentar a los estudiantes casos prácticos. Dándoles a conocer las sentencias dadas de estos casos, y los estudiantes comienzan a encontrar los métodos por el cual se llego a la resolución del caso. Haciendo uso de sus principios y de esta manera el estudiante se enfocaba en estudiar los principios controlantes de los casos. Los resultados de estos métodos de enseñanza, hacen que los novatos tarden en entender los principios que se necesitan, a diferencia del pasado donde se presentaban mas enfáticamente los principios propios a ser cuestionados.

El objeto de la investigación expresada en “ay de vosotros abogados”, es mas bien demostrar que los involucrados en el derecho son un fraude. El decir el alarde de “justicia para todos”, debe ser analizado primeramente consultando el nivel económico de quien solicita los servicios de un abogado, un practicante del derecho. Es innegable que entre mas poder adquisitivo tenga una persona puede obtener a los mejores maestros del derecho, y esto deja en clara desventaja a los sectores mas vulnerables, y de tal manera, esto ocasiona que la balanza de justicia se incline hacia el lado mas rico, económicamente hablando. Muchos individuos que siente que están siendo afectados injustamente, no pueden ejercer protesta alguna ente los tribunales, ya que no cuentan con el dominio de las técnicas del lenguaje usado por lo abogados, y para ello necesitan de los servicios de los abogados, los cuales no regalaran nada de sus conocimientos de sus técnicas para ayudar a estos individuos carentes de dinero, pero sin embargo serán fieles corderos a las necesidades de las personas que si lo tenga, de tal manera que la gente menos beneficiada de riqueza, no podrá comprar su parte de derecho. Es por eso que el derecho en su conjunto es un fraude. Oculto detrás de todas las desigualdades y las injusticias. Es valioso para quienes tienen dinero suficiente para adquirir consejo previo y patrocinio en un juicio. Porque si el derecho fuera la ciencia exacta e imparcial que pretende ser, en lugar de ser la incierta e imprecisa magia dedicada al solemne manejo de una gran cantidad de tontas abstracciones, ninguno de tales fundamentos de injusticia o desigualdad existiría.

Expulsar a los abogados y todos los involucrados en el sistema de repartición de justicia,