Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Enviado por Albert • 31 de Enero de 2018 • 5.188 Palabras (21 Páginas) • 427 Visitas
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Debemos primeramente ver, así como lo hicimos en el apartado anterior, el contexto y los factores que dieron origen para que los pensadores modernos comenzaran a considerar esta idea. Comencemos recordando que durante la Edad Media y en el Renacimiento la mayor autoridad era la Iglesia católica, no sólo en materia social, sino intelectualmente. Es por esto que durante todo este tiempo la actitud que la Iglesia tomaba respecto de la ciencia era hostil, por lo tanto esto puede verse desde dos distintas perspectivas; la primera es que la hostilidad por parte de la Iglesia hizo que la ciencia se estancara y que su avance fuera lento, en comparación con el avance de la antigüedad; y la segunda es que el progreso de la ciencia creció gracias a la hostilidad de la Iglesia. No fue hasta el siglo XI, la actitud de la Iglesia cambio respecto de la ciencia, ahora era un tanto más permisiva, la ciencia (e incluso la astronomía) dejó de ser una amenaza, siempre y cuando la Iglesia pudiera estar encargada del liderazgo intelectual, es por esto que en este mismo siglo, las ciencias encargadas del estudio del cielo y de la tierra pasaron a ser nuevamente consideradas entes de estudio.
Para autores contemporáneos a Copérnico, y para él mismo, la astronomía planetaria era algo nuevo. Con el paso del tiempo, los hombres comenzaron a darse cuenta de lo equivocadas que eran las antiguas descripciones, por eso mismo Copérnico con su obra “De Revolutionibus Orbium Caelestium” plantará en el hombre renacentista la idea de un cambio en el pensamiento astronómico, a este cambio se le nombró “la revolución copernicana”.
Lo que primeramente Copérnico hace es quitar a la Tierra del centro del universo, y colocar en su lugar al Sol. Esta idea hará que el mundo concebido por él sea de la siguiente manera: “aunque el mundo copernicano no esté ya estructurado jerárquicamente (al menos no plenamente: posee, por así decirlo, dos polos de perfección, el Sol y la esfera de las estrellas fijas, con los planetas en medio), con todo, viene siendo un mundo bien ordenado. Así además, es aún un mundo finito.”[3]. Con esto podemos decir que es un defensor de la infinitud del universo, pues planteará el problema de la posible extensión espacial al infinito. Sin embargo no nos dirá que se trate de algo infinito, sino más bien que es inmedible, el universo de Copérnico es entonces finito, se trata de una esfera inmedible, pero finita, cuyo centro será el Sol, y rodeándolo encontraremos a las demás estrellas fijas. Gracias a Copérnico el universo sufrirá una expansión, pero esto no quiere decir que nos estemos aproximando al universo infinito por el puro hecho de aumentar las dimensiones de nuestro universo, pues, podemos aumentar el tamaño de éste todo lo que queramos y aún así esto no nos conducirá a encontrarlo. Sin embargo, este punto referente a la expansión del mundo es muy importante y podemos ponerlo en relación análoga de la siguiente manera: si tomamos al universo como una burbuja y la expansión de esta burbuja aumenta, llegará el momento en el cuál tendrá que reventar por la presión ejercida dentro de ésta y así liberará la presión mediante una explosión donde se “regará al infinito”; de esta forma, si el universo sigue en expansión, acabará explotando de la misma manera (pero no en sentido literal), y regándose por todos los rincones del espacio y así tendiendo al infinito.
Lo que será de estas nuevas concepciones, puestas en panorama por Copérnico, apuntarán a que la actitud intelectual del hombre moderno se enfoque en dos aspectos; el primero de estos es la destrucción del cosmos, pero no tomándola en el sentido literal de la expresión, sino más bien significará la destrucción de una idea y en este sentido, la idea que debemos destruir es la de un universo finito; y el segundo es la geometrización del espacio, de la cual se derivará entonces la geometrización de la naturaleza y de la ciencia misma. Lo que nos importará de esto anterior es el primero de los dos aspectos, gracias a la destrucción de la idea de un universo finito, se nos dará la posibilidad de pensar en un universo abierto, indefinido, y por lo tanto infinito. Es por esto mismo que los pensadores modernos no sólo debían criticar y combatir las ideas que, dentro de este marco intelectual, eran erróneas, sino que debían destruir un mundo y sustituirlo por otro.
Hay que darle importancia a Galileo también, pues su invención del telescopio ayudó a la ciencia astronómica, que se encontraba en auge, a ampliarse bastante, pues esta ciencia se fundamenta en la observación, y esto facilitó al hombre mirar más allá de lo que era posible por el ojo humano, podemos decir entonces que fue una extensión del ojo del hombre.
En lo que respecta a Galileo, sus aportaciones serán vistas en el siguiente apartado mediante la ayuda de Kepler, quien niega esta nueva concepción infinita del universo y dará sus razones para no apropiarse de ésta.
Discusión: Universo Finito VS. Universo Infinito.
Ya hemos puesto en panorama ambos universos, uno finito y determinado y otro infinito y sin determinaciones, ya vimos cómo es que se dio el cambio en el concepto de universo a través del tiempo, comenzando por Grecia, pasando por la Europa Medieval y terminando en una Europa Moderna, así como de manera breve pusimos arriba la invención del telescopio. Ahora lo que nos importará será la discusión que generó la concepción de un universo abierto e infinito.
En el siglo XVI, Giordano Bruno dio un paso decisivo para creer en un universo infinito, pues nadie antes había hablado de manera tan abierta acerca de este tema, en el caso de Copérnico, que vimos en el apartado anterior, es fácil darnos cuenta de que lo hecho por él fue sólo poner ciertas bases para una nueva concepción del universo y apuntar el camino a seguir por sus contemporáneos y posteriores, pero no habló de esto de manera explícita; en el caso de Bruno, es el principal representante de un universo descentralizado e infinito, se dice “ni la Tierra ni ningún otro mundo está en el centro… esto es verdadero para todos los demás cuerpos. Desde puntos de vista diferentes, todos pueden ser vistos como centros o como puntos de la circunferencia, como polos o como zenit.”[4], y es esta idea la que dará un golpe tajante en lo que respecta a la centralización de cualquier estrella, así sin más hablamos de la pérdida del centro, dirá Nicolás de Cussa que el universo es equiparable a “una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna”[5] .
Bruno dirá también que Dios es el creador de este universo infinito, y siendo un universo infinito cabe la posibilidad
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