COMO PERDER UNA ELECCION

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en la contienda. Esta inequidad no solo esta determinada por la cantidad de recursos materiales y humanos que cada uno utiliza en su campaña, y que son connaturales al tamaño e influencia de los contendientes; sino por la aplicación de las reglas con dos raseros diferentes.

Es común saber que quien controla los órganos electorales y aún los jurisdiccionales en sus manos puede violar las normas internas sabedor de que no será castigado. Esta inequidad e injusticia trasciende a la ausencia de legitimidad del electo. A mediano y largo plazo esta situación provoca el rechazo, la división, el sabotaje, la simulación o por lo menos la inacción de los militantes. Lo que se ha denominado “el cobro de facturas”siempre hallaron razones o pretextos en los medios utilizados para hacerse de las candidaturas.

Durante mucho tiempo el PRD lucho por dar autonomía a los órganos electorales y a la plena separación de poderes, sin embargo a nivel interno un grupo político puede detentar la dirección ejecutiva y los órganos electorales y jurisdiccionales sin sonrojarse. Muchos no hallan contradicción en ello. Si bien es cierto que la legalidad estatutaria lo permite, se ha demostrado el terrible desaseo y los vicios que acarrea mantener este estado de cosas. Construir un partido democrático entraña, no solo enmarcarnos dentro de la legalidad estatutaria, sino aplicarla con criterios de equidad y justicia.

LA CONTIENDA

El desarrollo del proceso no debe ser, como definición, una guerra enemiga y justificarse con el lema “el fin justifica los medios”. Para un partido como el PRD los medios son a su vez el fin.

El proceso puede variar de un partido a otro y cada uno de ellos defenderá con bastantes elementos los medios y mecanismo de elección como los más viables y que le garantiza mayor certeza de legitimidad. Estos son, a final de cuentas, producto de su historia y de su praxis política y esta no esta desligada del contexto político en que se mueve el partido.

En el PRI por mucho tiempo el proceso se limito a dotar de la facultad de decisión al gran elector que era el jefe político de un municipio, estado o del país en turno. Este medio a pesar de todo lo que se diga les funciono bien por mucho tiempo. Sin embargo llego a desgastarse cuando la cantidad de candidatos fue mayor de lo esperado y no hubo espacios que repartir o bien las fidelidades personales eran más importantes que las capacidades o bien por la suma de ambas. También la pérdida de la categoría de gran elector derivada de la pérdida de gubernaturas, presidencias municipales y de la presidencia de la republica. El PRI ha cambiado sus métodos ante sus desastres electorales, cuando se halla en la oposición o cuando sus contradicciones internas no se pueden resolver más que a través de la evaluación de los pesos específicos de cada grupo interno.

El proceso interno de elección del PRI no tiene que ser aseado para ser legitimo, a pesar de que públicamente se demande que así sea, toda vez que su costumbre (o cultura) es la imposición y la antidemocracia, el valor fundamental es ganar sea cual sea el método, dicha situación facilita posteriormente su proceso de integración, las fidelidades, aún a este costo, serán premiadas.

En el PAN el proceso interno de selección de candidatos se ha dado a través de Convenciones Electorales que, cada vez con mayores conflictos, le dotan de candidatos a los diversos puestos de elección popular. En los últimos años, e inicialmente dentro del PAN (aunque posteriormente otros partidos lo han retomado) estos eventos han estado permeados del poder de las encuestas de popularidad. No podemos dejar de mencionar que su método, ante la opinión pública, ha provocado menos controversias que otros procesos.

El PRD ha transitado por diversas experiencias para la elección de sus candidatos, los partidos que le dieron origen desarrollaron métodos de selección que les permitieron contar con candidatos con ascendencia electoral y legitimidad interna. Y debemos señalar que fue el PRD el partido que invento para la política mexicana los procesos de elección interna por el voto directo y secreto de los militantes y aún de la población abierta, sin embargo más tardamos en implantarlo que en corromperlo con las artimañas que nos heredo la cultura priísta y otras que nosotros mismos inventamos.

Todo proceso electoral siempre es perfectible y esta demanda de perfección tiene como origen la capacidad de manipulación del proceso, en sus diferentes fases, por parte de los contrincantes. Los perredistas hemos aprendido, que ante una regla limitante se pueden crear medios que permitan su omisión o violación, todo con la intención de lograr el triunfo del candidato del grupo que no es afín, sabedores de que el otro grupo hará lo mismo o algo peor para lograr lo mismo. Esta es una de las justificaciones para el uso de los métodos mas ruines contra los adversarios trasladando al PRD la cultura priísta, con la salvedad de que los procesos de reacomodo posteriores son mucho más difíciles dado que muchos de nuestros militantes asumen al PRD como un partido verdaderamente democrático.

Las repercusiones negativas en la opinión pública sobre los procesos internos del PRD ha sido y seguirá siendo bastante importante, toda vez que el PRD tiene un “aura” democrática y todo aquello que vaya contra esta imagen recibirá el rechazo inmediato producto de la falta de congruencia entre el decir y el hacer.

LA NECESIDAD DE LA RECOMPOSICION INTERNA

Una vez conocido el resultado, no podemos esperar más que dos reacciones: de contento de un bando y de descontento del otro. Y solo podríamos esperar del candidato una sola postura la de mesura y la sensatez para restañar las heridas.

Sin embargo contrario a ello el revanchismo y la eliminación del adversario (que a veces se considera enemigo) es la actitud que prevalece. El trabajo fundamental en esta etapa no solo esta en manos del candidato ganador, sino de manera fundamental en sus equipos de apoyo y en sus aliados.

Los rompimientos a nivel de las cúpulas son más fáciles de restañar dado el nivel de información y entendimiento de quienes se encuentran en estos espacios y son mucho más insalvables en los niveles medio y bajo, producto de la excesiva contaminación a la que han sido expuestos los miembros de base del partido con discursos y actitudes altisonantes y hostiles contra el adversario. Se termina por forjar odios y rencores en las bases que los hacen más papistas que el papa.

CONCLUSIONES