CRITERIOS DE CALIFICACIÓN DE TA2.
Enviado por Christopher • 13 de Marzo de 2018 • 3.361 Palabras (14 Páginas) • 290 Visitas
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Tomando en cuenta lo antes mencionado, el objetivo de este trabajo es investigar la discriminación laboral hacia a las personas con VIH/SIDA. Por lo tanto, se desea dar respuesta a la siguiente interrogante ¿Cuál es la Situación de la Discriminación Laboral hacia personas con VIH/SIDA en Latinoamérica entre los años 2000 y 2016? Para poder realizar este análisis tomaremos como referencias diversas investigaciones publicadas relacionadas con el tema en análisis.
En Latinoamérica desde la aparición del VIH/SIDA es una realidad que las personas portadores de este virus son marginados por los empleadores sin justificación alguna para no contratarlos en un trabajo[3]. Es por ello, que se sienten marginadas, porque no tienen las mismas oportunidades de ser contratados por una empresa como trabajador por motivos de contagio, añadiendo a lo mencionado Di Pillo y Ramírez señalan que.
" El VIH/SIDA constituye una amenaza mayor para el mundo del trabajo: afecta al sector más productivo de la población activa, reduce los ingresos e impone costos elevados a las empresas de todos los sectores como consecuencia de la disminución de la productividad, del aumento del costo de mano de obra y deja perdida de trabajadores calificados” (Di Pillo y Ramírez 2006: 5-6)
Según los autores, se muestra que la mayor parte de los infectados con este virus son personas que están en edad de trabajar y ven afectados directamente la canasta familiar puesto que un gran porcentaje es el sustento de una familia. Además, entre los infectados con el virus se encuentran también profesionales que no pueden desempeñarse en sus respectivas ocupaciones, por el hecho de que hay empresas que realizan exámenes médicos con el pretexto de prevención que son mecanismos para excluir del campo laboral a los infectados con el VIH/SIDA[4]. Asimismo, no hay un documento o reglas que sancionen a las empresas que niegan el ingreso o las despiden arbitrariamente del centro de trabajo[5]. Al respecto Baires, Canizalez y Romero indican que:
“[El país] El salvador tampoco escapa de esas prácticas discriminantes hacia las personas con VIH/SIDA, son mucho los casos que se manejan en silencio sin que se pueda llevar a buscar una tutela jurídica efectiva, dado que las personas afectadas prefieren callar las violaciones a sus derechos laborales antes de poner en evidencia sus estado de salud ante la sociedad”. (Baires, Canizalez y Romero 2005: 43)
Como se puede apreciar – de la cita anterior- los portadores del VIH/SIDA mantienen en privado su estado de salud para no ser marginados en la sociedad. Por lo tanto, aún se debe trabajar en reconocer al VIH/SIDA como un problema social en el ámbito laboral, y ser tratado como tal. Que se puede tratar dentro de la organización social dando lugar a un buen funcionamiento central en la lucha contra la propagación y afectación de la epidemia. Asimismo, plantear nuevas estrategias orientadas a prevenir el SIDA y la prohibición de la discriminación en el centro de trabajo[6]. Además, la mala información sobre el contagio es una causa de discriminación y rechazo por parte de los empleadores[7].
La Organización Internacional de Trabajo OIT, en una de sus recomendaciones, dice prohibir el examen médico para detectar el VIH/SIDA como un requisito para poder seguir trabajando en la misma empresa[8]. Por lo que el desconocimiento y el miedo que se tiene sobre el contagio generan un rechazo por parte de los empleadores y compañeros de trabajo. Por ello, los autores Baires, Canizalez y Romero indican que.
“Hoy en día uno de los obstáculos que más daño está causando es la falta de conciencia de los empleadores, quienes a través de discriminaciones infundadas coartan el derecho al trabajo que las personas seropositivas poseen, justificándose en el derecho de la libertad de contratación que estos poseen, según el Art. 23 de la constitución de la República de el Salvador.” (Baires, Canizalez y Romero 2005:44)
Por tanto las dimensiones de la discriminación se reflejan a nivel de la estructura organizacional (empresarios, gerentes, jefes, etc.) y a nivel de los propios compañeros de labores.
Bresly
Si bien es cierto que la discriminación, la negación y el perjuicio, primaron con mayor intensidad en las primeras reacciones a la enfermedad, también existieron casos admirables de empatía con los enfermos y de lucha contra las adversidades biológicas, sociales y políticas. Científicos, médicos, investigadores, activistas, pacientes, familiares y funcionarios del Estado y de organizaciones internacionales, tuvieron el coraje de decir que era una enfermedad grave que existía en el Perú y sobre la cual era urgente hablar y en voz alta promover la prevención y la protección de la comunidad así como la solidaridad con los pacientes y familiares[9].
Según el autor Marcos Cueto, a través de la aparición del SIDA en nuestro país y en busca de respuestas a muchas interrogantes sobre esta epidemia llegamos a relacionar al SIDA con la pobreza, dando pie al desarrollo de la prostitución y la promiscuidad, que en la mayoría de los casos son los jóvenes desempleados quienes optan por estas alternativas de vida.
Actualmente, a nivel mundial, los derechos humanos declaran la igualdad de condición para todos los habitantes de la sociedad, de este modo no deberíamos de considerar ningún tipo de discriminación, esto no es ajeno al Perú y al respecto Cueto señala lo siguiente:
“Uno de los hechos más transcendentales de la época del PECOS (Programa Especial de Control del Sida) fue la promulgación, el 24 de julio de 1990, de la Ley N°25275, donde se declaró de interés nacional y prioritario dentro de la política nacional de salida la prevención y lucha contra el Sida”. Mediante esta Ley se obligó a notificar los casos del Sida diagnosticados por los profesionales médicos que laboran en el sector público y no público”. (Cueto 2011:54)
Con respecto a la Ley, los propios miembros de PECOS no estaban advertidos de antemano de su contenido, ni estuvieron de acuerdo posteriormente con sus enunciados. Una interpretación de lo que llevó al gobierno de García a dar la Ley fue intervención de un grupo de médicos conservadores católicos en un momento de desconcierto en la administración pública y cuando algunos funcionarios del régimen saliente tenían la intención de dejar obstáculos al nuevo gobierno. Sin embargo como lo señala el funcionario del Ministerio, la Ley “felizmente nunca se puso en práctica, quedó ahí flotando, mas como referente de lo que no debe hacerse”. Aunque es cierto que la Ley nunca fue cumplida en su integridad, alentó
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