CULTURA MEXICANA Y SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO I

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Para nosotros como mexicanos muerte y vida se alían en nuestros festejos, ya que la noche de fiesta a la vez también es noche de duelo. Cada vez que nos queremos expresar para lograrlo nos tenemos que romper nosotros mismos, y las festividades solo son un ejemplo de cómo nos rompemos para expresarnos y ser en dicha forma escuchados. Otra cosa que menciona el autor es que hay algo que no nos deja ser y por lo cual no podemos enfrentarnos contra nosotros mismos y eso ocasiona que recurramos a las fiestas.

En este capítulo también se habla sobre la muerte y dice que es un tránsito, un salto mortal que se da entre dos vidas, la temporal y la ultraterranea; bueno esto es lo que decían nuestros antepasados. En la actualidad la muerte no tiene ningún significado tan importante que la trascienda o refiera a otros valores. Lo único que se puede decir es que la muerte habita en todo lo que emprendemos.

Lo más curioso que se menciona es que nadie piensa en su muerte porque nadie vive una vida personal sino mas bien todos quieren vivir la vida de todos menos la de unos mismo y por eso nadie puede pensar en su muerte a lo mejor podrán pensar en la muerte del otro pero de uno mismo no.

A parte de que el mexicano solo se burla, duerme con ella y la festeja; es su amor mas permanente. No que en otros lugares si se le da el lugar que ocupa la muerte porque para ellos si es importante porque nosotros también lo tomamos como un juego y no nos importa nada de eso solo seguir con nuestras vidas y con las fiestas sin pensar en cierto modo en la consecuencias que dichas actitudes nos puede traer en un futuro.

Cuando se niega a la muerte en una civilización, no importa que religión, ni que nivel económico tiene dicha civilización se niega a la vida propia ya que si se da un lugar a la vida también se le tiene que dar a la muerte ya que ambas son indispensables.

“Para Gorostiza la vida es una muerte sin fin, un nuevo desempeñarse en la nada, para villaurrutia la vida no es más que nostalgia de la muerte.”[1]

En general el mexicano no puede trascender su soledad por lo cual llegamos a habitar nuestra soledad temiendo volver al mundo. No nos gusta la presencia de otras personas, somos muy cerrados. Por eso siempre la vida de recubre con la máscara de la muerte.

Aun así por cualquiera de los dos caminos el mexicano se encierra al mundo específicamente a la vida y a la muerte.

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