Conceptos básicos de la semiótica
Enviado por tomas • 4 de Diciembre de 2017 • 3.502 Palabras (15 Páginas) • 347 Visitas
...
La semiótica se ocupa no solo de un catálogo predeterminado de SIGNOS organizados en sistemas codificados de mayor a menos complejidad, sino de cualquier COSA en la medida en que funciona como sustituto significante de OTRA COSA en algún aspecto o capacidad.
Entre esas COSAS significantes están tanto las que nos damos los seres humanos de manera INTENCIONAL (las palabras y frases...) como aquellas otras que CARECEN DE INTENCIONALIDAD porque su fuente es natural (la nube negra que cubre el cielo). También los OBJETOS que nos rodean (significan a través del diseño que tienen, el uso para el que fueron creados...).
TIPOLOGÍA DE LOS SIGNOS I: por su fuente
[pic 1]
Naturales
Expresivos: Humanos pero no voluntarios ni intencionales: gestos involuntarios, síntomas médicos, lapsus, indicios raciales, regionales, de clase social... Un estornudo es un signo natural y expresivo involuntario que da a entender que me estoy constipando.
Inorgánicos
Síntomas (humo > fuego)
Indicio (nube > lluvia)
Huellas (charco > lluvia)
Artificiales: fabricados específicamente para comunicar (semáforo, código de barras...). Los que no se fabrican para comunicar específicamente también son signos que comunican.
Específicos: producidos sólo para significar (palabras, señales de tráfico, señales militares, formas de cortesía...)
No específicos: Producidos para otros fines, no específicamente comunicativos.
Valor de uso → para qué sirve
Valor de signo → qué significan
Borrosidad de los límites I y II
Los signos producidos por una fuente humana plantean la cuestión de los límites borrosos entre esas categorías: hay sin duda gestos convencionalizados, pero hay gestos que podemos clasificar de espontáneos, naturales, y sin embargo se un acto consciente, que escamotea su propa condición – construye la espontaneidad – para resultar más efectivo. O al revés: podemos sobreinterpretar un gesto y tomarlo por voluntario cuando no lo ha sido.
Dentro de los signos artificiales, los límites también son borrosos: los signos artificiales específicos (construidos para comunicar y significar) también pueden ser usados para fines no comunicativos (como objetos inespecíficos en lo que a comunicar y significar se refiere).
Por ejemplo, pueden ser usados como objetos para determinados usos prácticos: el semáforo en que me apoyo para atarme el cordón del zapato, la ópera que adormece...
Y al revés: todo objeto tiene, en correspondencia con el uso para el que ha sido concebido, varios sentidos: su diseño significa ese uso previsto, exhibe para qué o cómo se utiliza, o lo disimula.
SEMIOTIZACIÓN DEL USO
Todo cuanto usamos, además de servir para ese uso, se convierte en un signo de ese uso, aunque no lo estemos usando en ese momento: el paraguas significa “lluvia”, los libros o apuntes significan “estudiante”...
Semiotización universal del uso: de la función (utilitaria, práctica: sirve para algo) a la función-signo (significa, al menos, para qué sirve). Cada objeto utilitario comunica, como mínimo, para qué sirve, y en manos de su poseedor, comunica la intención de utilizarlo o la posibilidad de hacerlo, eso es lo que hemos llamado “semiotización universal del uso”.
SEMIOTIZACIÓN DEL CONSUMO
Todo cuanto usamos, como producto de una sociedad e consumo, adquirido en el mercado por un precio y “ marcado” por la marca del anunciante y por los valores en ella inoculados por el diseño y la publicidad, se convierte en signo que vehicula esos valores que no son estrictamente utilitarios, sino simbólicos: el “status symbol”, los “estilos de vida”, la ideología incluso son significados por los objeto en su uso público (para significar necesitan visibilidad social), pero no por su mero uso, sino por los valores que le desbordan y lo vuelven incluso secundario.
Semiotización universal del consumo: de una función-signo primaria (significa para qué sirve) a una función-signo secundaria (significa otras cosas: status, estilo de vida...).
En una sociedad industrial avanzada, de consumo y de casi infinita diferenciación ente los productos pensados para cumplir funciones utilitarias, la función primaria se mantiene, pero se vuelve secundaria con respecto a la que se descubre verdaderamente determinante: la de comunicar.
OBSOLESCENCIA PROGRAMADA
La “sociedad de consumo” precisamente tiende a volver consumibles todos los bienes usables, en el sentido de acelerar su obsolescencia programada: que los objetos están diseñados para dejar de funcionar al cabo de un tiempo y obligarnos a comprar otros. Pero mucho más “generalizada” y mucho más acuciante que esa obsolescencia programada es la obsolescencia de los valores simbólicos, semióticos (del valor de signo). Las necesidades, desde comer o beber hasta alojarse o vestirse, que en tanto tales podrían ser satisfechas largamente por objetos o por bienes de los que nos surte el mercado, se vuelven, en usa sociedad de consumo, deseos.
¿Qué significan las cosas que usamos más allá de ese uso?
Esos “modos de vestir” (o de comer, conducir...) están en cierto modo representados o encarnados en “marcas”. Las marcos, los logos, son, artificios semióticos en primera instancia (están hechos para comunicar: no tienen función utilitaria). Incluyen a menudo el propio nombre, la tipografía, formas... Suelen aparecer adheridos al objeto, al bien producido. Marcan el objeto por la marca.
Las marcas son capaces de condensar una constelación de significaciones, que no sólo ni principalmente están determinadas por la utilidad del producto al que remiten ni por su precio, sino por variables más complejas que ha ido cargando de contenido la publicidad y en general las estrategias de comunicación de la empresa.
TIPOLOGÍA DE LOS SIGNOS II: por la relación entre el signo y su objeto
MotivadosPor semejanza (ICONO de Peirce) → signo que guarda una semejanza con su
...