Cuento sobre la comunicación verbal y no verbal: “Mi Nuevo Amigo”

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Sergio estaba nefelibato; tan concentrado pensando en el suceso de la mañana que no escuchaba a nadie alrededor de él.

-¡Sergio! ¡¿Estás escuchándome?!- le reclamó su maestra, lo que hizo que de un salto se callera de su asiento.

-¡Ay!- sollozó Sergio sobándose a sí mismo, mientras sus compañeros se reían.

-Silencio todos, más atento a la próxima Sergio- Dijo su maestra.

El tiempo en el colegio transcurrió y al tocar el timbre de salida Sergio regresó al bosque, esta vez se percató de que una personita azul estaba arreglando el helicóptero.

-¿Quién eres?- Dijo Sergio un poco temeroso

La personita al verlo dio un brinco, se miraba muy asustado

-¿Me tienes miedo? No temas, no te haré daño- Le respondió Sergio al ver su reacción

La personita hacía señas con sus brazos y sus manos mientras pronunciaba algo como un “Bip”

¿Es ese el lenguaje ese el lenguaje de señas y signos? ¡Yo aprendí la dactilología con mi primo! Pero no sé qué querrás decir con ese Bip.

A través de señas Sergio le dijo: -“Hola amiguito, no te haré daño, dime en que te puedo ayudar”

Su nuevo amigo al ver que Sergio entendía todo lo que le decía saltó de alegría y le dio un abrazo. Este le respondió con sus manos:-“¿Tienes un Flupi?”-

Sergio no entendía lo último, ¿Qué significarán esos gestos?, se preguntaba. Le preguntó a la personita: -“¿Qué quieres decir?”- Entonces este utilizando una imagen proyectada por su reloj le mostró algo similar a un taladro

-¡Ah un taladro!, ven a mi casa yo te puedo auxiliar con eso- Le dijo moviendo los brazos

-¡Bip Bip!, dijo alegre

De casa, llevaron el taladro, un martillo, tornillos, tenazas, cinta aislante y otros materiales que podrían usar.

Juntos pudieron arreglar el transporte dañado.

-¿De dónde vienes?- Le preguntó Sergio a través de señas.

-Vengo de un planeta de Andrómeda, mi nave tenía ruidos extraños y tuve que aterrizar forzosamente aquí. ¡Me has ayudado y todavía no sé tu nombre! Me llamo Bip.

-Con que por eso haces ese ruidito- se dijo Sergio –Soy Sergio, me alegró haberte conocido y ayudado-. Le dijo con gestos

-Muchas gracias por todo Sergio, debo irme pero siempre te recordaré como mi nuevo amigo- le respondió –Por cierto, coméntale a tu mamá y papá tus molestias y verás que todo se solucionará.

Sergio asombrado y extrañado porque su amigo sabía todo lo que le pasaba le respondió con señas: -¡Gracias y hasta pronto mi nuevo amigo!

Al ver que su amigo partió a su destino, Sergio fue corriendo a su casa para hablar con su mamá.

-Mamá necesito decirte algo- Empezó –No me gusta que tú y mi papá se peleen, mucho menos que estén separados, creo que todo esto me ha tenido distraído y casi no le tomo importancia a mis estudios, por favor arreglen las cosas.

La mamá al escuchar todo aquello que le dijo su hijo recapacitó –justo ahora iremos a donde él- dijo decidida

Los dos fueron al apartamento en donde se estaba quedando el padre de Sergio, platicaron para solucionar los problemas que tenía esa pequeña familia: -Desde ahora en adelante debemos pasar más tiempo juntos, hacer espacio en nuestras agendas para pasar tiempo de calidad, y decir siempre las cosas que nos hagan sentir mal; mejorar la comunicación recíproca-

-¡Así es papá!- Sergio y sus padres se dieron un fuerte abrazo.

Desde ese día Sergio puso todo el empeño en sus estudios, pues ya no tenía nada que lo pusiera mal, y en cuanto a sus padres, mejoró la comunicación en su hogar.

Sergio aprendió una gran lección, los problemas se resuelven siempre que haya buena comunicación; pues fue que comunicándose pudo ayudar a su pequeño amigo, la relación con sus padres mejoró y volvió el interés en sus estudios.

FIN