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Cuentos historicos Una vez hace muchos años, había un negrito que se llamaba Motitas.

Enviado por   •  7 de Enero de 2019  •  5.340 Palabras (22 Páginas)  •  361 Visitas

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...

Cuando llegaron a ese campo, los señores se miraron, miraron ese campo grande, grande y dijeron:

- ¿Qué les parece este lugar para vivir?

Miraron para todos lados, y como vieron que era un lindo lugar dijeron que sí, que estaban de acuerdo. Entonces se reunieron y decidieron que en ese lugar levantarían casas, calles y plazas.

- ¡Acá vamos a hacer casas, por allá más casas, en el medio una calle; y más lejos, lejos la Plaza y se llamará Ciudad de Buenos Aires.

Así, poco a poco, armaron casitas una al lado de la otra. Entre la fila de casas y la fila de de casas de enfrente, quedaba la calle. El lugar donde se habían reunido fue la Plaza principal. Y alrededor de la Plaza fueron poniendo negocios, la casa de gobierno, donde iba a vivir el Virrey, el teatro y muchas cosas más.

Las calles de esta ciudad eran de tierra porque en la época de mi cuento no había calles asfaltadas ni con adoquines como ahora, eran de tierra.

Las casas eran bajitas, con ventanas grandes, patio y aljibe. No vivían muchas personas en esa ciudad, era una ciudad chiquita.

En esa ciudad vivía una señora que hacía pasteles. Se llamaba Dominga y salía a vender pastelitos por las calles de la ciudad.

Salía muy temprano. Claro, la gente comía pastelitos con el desayuno, y Dominga pregonaba con su canto:

Pastelitos ricos como ninguno

Para los que toman desayuno

Y así se abrían las ventanas y salían las niñas y las mucamas negras para comprarle. Una negrita gritaba:

- ¡Eh…! ¡Dominga…! ¡Quiero comprarle los pastelitos para mi ama!. Rápido el mate se enfría…

En eso, se abría una puerta y una niña llamaba a Dominga:

- ¡Buenos días te da Dios, Dominga!...¡Apúrate que mi tatita quiere probar pasteles…

Y la pastelera iba de una vereda a otra, saltando entre el barro y las carretas que pasaban, porque en esa época no había ni autos ni colectivos. Y así seguía hasta vender toda su mercadería.

Entonces volvía a su rancho, a preparar más. Y a las once de la mañana ya estaba otra vez pregonando su nuevo canto:

Para endulzar el pico

Después de un almuerzo rico

Y volvían a abrirse otras ventanas…

Después, a eso de las cuatro de la tarde, pasaba Dominga la pastelera, pregonando:

Para el chocolate de las visitas

Pastelitos armados como estrellitas…

Y otra vez se abrían puertas y ventanas para comprar pasteles. Al final, la pobre Dominga llegaba muy cansada a su rancho. Cuando contaba las monedas que había ganado pensaba:

- ¡Me falta poco para comprar mi vaquita!

¿Por qué quería tener una vaquita, Dominga, la pastelera?

Porque cuando la ordeñase, con la leche iba a poder hacer un dulce de leche que nadie había probado nunca.

- ¿Qué vas a hacer con la vaquita? Preguntaban a Dominga

- ¡Ah!, ¡ah!,¡ah!, misterio.

Pero de tanto preguntarle Dominga contestaba:

- Buah…voy a hacer dulce de leche

Y la gante se reía mucho.

Una tarde Dominga contó sus monedas. ¡Era justo lo que necesitaba. ¡Entonces salió con sus monedas atadas a un pañuelo. Cuando llego a lo del carnicero dijo:

- ¡Buenas tardes le de Dios!

- ¡Buenas tardes Dominga! ¿Qué te trae por aquí? Contesto el carnicero.

- Quiero comprar una vaquita que de leche. Claro en esa época en la parte de atrás de las carnicerías había un establo con vacas.

- Y…¿para que quieres la leche?

- Bueno, voy a hacer dulce de leche.

Entonces el carnicero la llevó a Dominga hasta el corral y le preguntó:

- ¿Cuál te gusta?

- Esa blanca con manchas negras, dijo Dominga.

- Muy bien, cuenta hasta diez patacones (en esa época la plata se llamaba patacones), contestó el carnicero.

Dominga contó otra vez sus ahorros, pero no le alcanzaban… entonces se puso a llorar.

- No llores Dominga. Si te falta dinero, págame con pasteles; pero que sean rellenos de dulce de leche, eh?

Así Dominga pudo llevar su vaca. La ordeñó y puso la leche a hervir en una cacerola grande, le hecho azúcar y revolvió, revolvió hasta que por fin!!! Hizo dulce de leche… (pasar este párrafo a estilo directo)

Después lavo unos frasquitos y… cuando el dulce de leche se enfrió lo coloco en los frascos y le puso una tapa bien ajustada a cada uno.

A partir de ese momento Dominga vendía dulce de leche y pastelitos, algunos rellenos con membrillo y otros con dulce de leche…

Recreación realizada por la Prof. Carmen Bártolo para la cátedra Narración del Prof. De Educación Preescolar.

CARLOS J. DURÁN

SIMÓN SE VA DE VIAJE

Había una vez hace mucho, mucho tiempo un nene que se llamaba Simón. Era muy negrito, por eso se llamaba negrito Simón.

Una vez su papá estaba trabajando y decía:

- ¡Cuánto trabajo tengo!, no voy a poder llevarle la carta a mi hermano Juan.

Simón que estaba jugando cerquita del papá lo escuchó.

- No te aflijas papá,

...

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