De adentro hacia afuera del clóset

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Días después de que esto sucediera, Annika aún seguía considerando que lo que leyó era muy interesante, de hecho, quizá era posible que se estuviese convirtiendo en algo más que interés. La verdad era que la muchacha había analizado mucho lo que había leído en internet y esto la llevó a dudar con respecto a su orientación sexual, pues desde entonces, pensaba en que podía pasar si por un momento ella decidiera que le atraerían las mujeres sin importar lo que los demás dijeran, incluyendo sus padres, y cómo se sentiría ella con sí misma al respecto. Lo cierto es que finalmente, luego de tomar mucho tiempo de meditación, llegó a la conclusión de que sin duda alguna estaba destinada a ser homosexual.

Sin embargo había un gran problema a considerar al tomar esta nueva decisión en su vida, y es que ¿cómo iba ella a decirle a sus padres y a sus “perfectos” hermanos que ahora le atraían las mujeres? Bueno, ella podía dejar eso de lado por el momento. En una ocasión estaba a punto de salir de clases, entonces pensó que era buena idea decirle a sus amigas que tomaran el camino largo para llegar a casa y así poder comentarles de su nueva disposición, porque ya no podía mantener el secreto para ella sola; les dijo a las chicas y ellas aceptaron con gusto, pero les pidió que por favor no le dijeran a Alejandro, pues quería hablarles de un tema un poco delicado y no quería que él se diera cuenta. Al salir de clases e iniciar el tramo por el bosque, Agnes le preguntó a Annika la causa de su deseo de hablar, a lo que ella respondió

- Tengo algo muy importante que decirles…

- ¿Qué es? –Dijeron ambas con cara de impresión y preocupación.

- Es que… he decidido que no siento atracción hacia los hombres, y que las mujeres son las que realmente me gustan.

- ¿Y una de nosotras te gusta? – Respondieron en son de broma.

- Es en serio. – Dijo Annika. – Díganme si ustedes creen que debería de decirle a mis padres esto.

- Pues la verdad es que si yo fuera tú les diría de inmediato, no me gustaría guardar ese secreto. –Comentó Agnes.

- Yo digo que no se lo digas a nadie nunca y que finjas ser heterosexual el resto de tu vida. –Le aconsejó Ingrid de forma seria.

Annika, no sabía qué hacer en ese momento, por lo trató de desviar un poco la temática con sus amigas, mientras en el camino decidía a cuál de las dos amigas debería escuchar. Pensaba lo difícil que sería mencionar si quiera la palabra homosexual en la presencia de sus familiares y especialmente en la de su padre, que no era muy abierto ni tolerante con respecto a estos temas, y no podía imaginar la reacción que iba a tener o lo que iba a hacer al respecto para tratar de que abandonara su nuevo pensamiento. Pero por otro lado, no podía concebir una vida con una personas que no amara y además del género que no le atraía, para cubrir una mentira que la protegería de sus padres y de las críticas de las demás personas, por el resto de su vida. Cuando estaba cerca de su casa, creyó que sería buena idea consultarlo con la almohada y no apresurarse a decidir qué haría. Se despidió de sus amigas, que vivían más lejos de su casa y entró a la suya; cuando entró, todos estaban reunidos en el comedor muy exaltados y Annika se preguntaba a qué se debería eso. Cuando se percataron que ella se encontraba ahí le llamaron y le pidieron a Steven (el mayor de los hermanos) que le dijera la buena noticia a su hermana menor, ella intrigada miró a su hermano para que le dijera y él dijo “¡me voy a casar!”, Annika pensó inmediatamente que ese sería un factor que probablemente complicaría más las cosas en caso de seguir el consejo de Agnes, lo que la desanimo bastante, pero debía fingir felicidad por su hermano, por lo que le contestó “¡felicidades!”, como una formalidad ante la situación en la que se encontraba. Luego dijo que iba a su cuarto, porque tenía muchos deberes del colegio por hacer, pero realmente quería analizar su situación a fondo y decidirlo después de que a su familia se le pasara la conmoción por la noticia de su hermano mayor.

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Cuando amaneció, Annika se encontraba más tranquila, pero casi no pudo descansar por pensar en lo que haría al respecto, ya fuera que le comunicara a sus padres o decidiera quedarse con el secreto de por vida solo para ella. Pero definitivamente, ella no iba a estar en paz hasta no haber hecho una elección de lo que ella considerase como lo mejor para su vida; y en efecto, aunque se levantó un poco dudosa, mantenía la idea de seguir el consejo de decirles a sus padres que ella iba a seguir su vida de una forma no convencional, esperando que su madre Clarisa y su padre David, reaccionaran de la mejor forma posible y no la arremetieran o reprimieran. Tomó una bocanada de aire, unió todo el coraje que pudo, salió de su habitación con la esperanza de que sus padres hubieran amanecido con el mejor humor para decirles una noticia de esa índole; se encontraban desayunando, sus hermanos se habían ido temprano a cumplir con sus responsabilidades. Annika los miró a los ojos y les pidió que se sentaran pues debía mencionarles algo nada fácil de entender; sus padres alarmados acataron la petición de su hija y tomaron asiento. En ese momento la muchacha, sentía un terror grandísimo, pero de forma valiente les dijo a sus padres que después de haberlo meditado mucho tiempo y sentirse realmente bien identificada con ello, de ahora en adelante ella optaría por ser homosexual y les dijo que sabía que eso era lo que quería gracias a que había investigado del tema en internet luego de que ellos se negaran a instruirla y se sintió identificada pues compartía sentimientos similares a los de algunas personas en foros en línea. Después de haber confesado eso a sus padres solo se quedó ahí sentada esperando alguna reacción de reprobación o en un caso idóneo de aprobación por parte de sus padres; pero en cambio solo existía un silencio frívolo en el gran ambiente de tensión que había en el comedor… David Castañeda lo rompió con un grito que estremeció la casa.

- ¿¡De qué demonios estás hablando Annika Castañeda!?

- Lo siento pero así es como he decidido que va a ser mi vida y la quiero vivir con una mujer como mi compañera de vida. No hay nada que puedan hacer para cambiar mi pensar.

- Solo tienes quince años, tú