Desarrollo psicosexual.
Enviado por Jerry • 12 de Marzo de 2018 • 1.427 Palabras (6 Páginas) • 459 Visitas
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A medida que el mundo exterior se constituye como unidad y el objeto adquiere poco a poco existencia en su totalidad, el niño establece con el relaciones progresivamente más estables. El desarrollo de la líbido entra en la ETAPA ANAL que comporta dos fases:
- Fase anal primaria o expulsiva: el niño obtiene el máximo placer por el pasaje de la materia fecal por el año. Desde el punto de vista psíquico significa la destrucción de las mismas obedeciendo a un propósito placentero hostil.
- Fase anal secundaria o retentiva: el placer esta principalmente determinado por la retención. El acto de excreción es la preocupación dominante.
La sexualidad infantil continúa su desarrollo apoyándose en funciones orgánicas, de alimentación primero y luego de evacuación. Así en sus relaciones con el ambiente, a propósito del control de esfínteres, el niño las considera como un regalo que le sirve para probar si lo da y si lo rehúsa. Amor y agresividad se acompañan con frecuencia de sentimientos de satisfacción o de culpabilidad. El niño concede gran valor a sus heces como producción personal.
El Yo se forma definitivamente y comienza a afirmarse, frente al Ello se hace capaz de demorar la satisfacción de las pulsiones y de apartar algunas siendo el intermediario entre el Ello y el mundo exterior.
Por las imposiciones de la educación el niño comienza a interiorizar algunas prohibiciones parentales, de esa interiorización surgirá el Súper Yo, los mecanismos de funcionamiento y de la formación del Yo son los mismo que en la etapa oral: introyección, proyección y negación. Esta última se transforma en una negación en actos y palabras. El 3er organizador que habla Spitz (se establece en el segundo año), el niño se hace capaz de responder a las solicitudes del ambiente mediante el NO que expresa y manifiesta su rechazo a algo. Decir No indica la emergencia de conductas autónomas. Indica un reforzamiento del Yo.
Entre los 2 y 3 años, es capaz de querer y poder hacer las cosas solo. Reconoce la diferencia entre madre y padre, varones y mujeres; toma consciencia de sí mismo como ser sexuado. Estamos en el Complejo de Edipo, en la 3era etapa – de los 3 a 5 años – que Freud llama ETAPA FALICA. Marca el apogeo de la sexualidad infantil y presenta como zona erógena dominante los órganos genitales. El descubrimiento del pene como fuente de placer provoca en el varón un sentimiento de orgullo, pero al observar su ausencia en la nena, no tarda en surgir en él un sentimiento de angustia y cae bajo el “complejo de castración”. Los mismos descubrimientos llevan a la nena al deseo de ser hombre y al sentimiento penoso de haber sido castigada. La sexualidad infantil se hace en adelante objetal: la libido comienza a cargarse sobre los padres. El niño entra en competencia con el personaje del mismo sexo. La identificación con el padre presenta un carácter de hostilidad, engendra el deseo de eliminarlo y de reemplazarlo en la relación con su madre.
Bajo la influencia del miedo a la castración, el niño renuncia a la posesión de la madre y abandona la actitud hostil hacia el padre. Da nacimiento a la identificación del niño con el padre y la niña con la madre. El Súper Yo constituye la fuente de todo lo que detiene la libre expansión de la sexualidad.
Se abren las perspectivas del futuro que coinciden con el periodo escolar, llamado periodo de LATENCIA. Entre los 6 y 8 años se produce una disminución de la fuerza pulsional determinada más por la cultura que por el crecimiento biológico. El Yo se ha hecho fuerte y con la ayuda del Súper Yo, trabaja en dominar las pulsiones utilizando mecanismos de defensa. Las energías del Ello son así desviadas de su fin sexual, dirigidas hacia la adquisición de la cultura y hacia el establecimiento de las relaciones amistosas en los medios familiares y escolares.
En la última etapa – la GENITAL, que se inicia con la pubertad, un fin sexual es dado mientras que las zonas erógenas se subordinan al primado de la zona genital. Esta última se convierta en la zona erógena dominante en esta etapa y con unión heterosexual señala la madurez sexual normal.
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