Diseño de trabajo de campo.
Enviado por Rebecca • 20 de Abril de 2018 • 3.246 Palabras (13 Páginas) • 266 Visitas
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Dentro de las ideas transmitidas oralmente por pitagoras se pueden destacar aquellas que el emitió con respecto al destino del alma y es la que genera esta dicotomía que divide nuestro trabajo.
Para iniciar este apartado comenzaremos describiendo el pensamiento de pitagoras mediante una anécdota que se le atribuye.
[1]Sobre el tema de la reencarnación atestigua Jenofanes en una elegía, cuyo comienzo es: “Ahora paso a otro tema y mostrare el camino”. Lo que dice sobre Pitágoras es como sigue: “Dicen que al pasar en una ocasión junto a un cachorro que estaba siendo azotado, sintió compasión y dijo: “deja de apalearle, pues es el alma de un amigo la que he reconocido al oír sus alaridos”.
Mediante esta anécdota podemos expresar o explicar el pensamiento pitagórico acerca de la reencarnación.
Este sostenía que el alma era inmortal y que cuando el cuerpo dejaba de funcionar o moría el alma se introducía en otro ser que estaba naciendo y luego de haber completado el ciclo de todos los animales de la tierra se introducía nuevamente en el cuerpo de un hombre al nacer y que este ciclo duraba alrededor de tres mil años. Tal proceso se denominaba transmigración del alma.
Esta doctrina fue primeramente sostenida por los egipcios y se cree que Pitágoras en uno de sus viajes la tomo y la difundió.
Los pitagóricos deben haber esperado conseguir la felicidad para su alma después de la muerte debido a su conducta escrupulosa y a su superior entendimiento de las naturalezas de las cosas.
Le daban un sentido místico a variadas situaciones que ocurrían en la realidad. Relacionaban personajes míticos y sucesos reales como si ambos convivieran de manera conjuntas, concibe un mundo poblado por seres vivos y seres espirituales invisibles pero que se expresan visiblemente como citaremos a continuación.
[2]Pitágoras dijo algunas cosas de un modo místico y simbólico y Aristóteles recogió la mayor parte de ellas, e. g. que llamaba al mar lágrima de Krono, a las Osas manos de Rea, a las Pléyades lira de las Musas, a los planetas perros de Perséfone y al sonido que surgía del bronce golpeado la voz de un ser divino aprisionado en el bronce.
[3]Decía que el origen de los seísmos no era más que una concurrencia de los muertos; el arco iris, el fulgor del sol, y el eco que a veces golpea en nuestros oídos, la voz de seres más poderosos.
[4]Sí truena —si es como dicen los Pitagóricos— es por causa de una amenaza a los que están en el Tártaro, para que tengan miedo.
A continuación citaremos un poema que probablemente fue escrito por pensadores pitagóricos que reflejan claramente las ideas de pitagoras entre la relación juicio castigo y reencarnación.
Según este escrito pitagoras enseño que el alma después de la muerte es sometida a un juicio divino sigue el castigo en el inframundo para los perversos (con la esperanza, tal vez, de una liberación final) y que hay un destino mejor para los buenos quienes si se mantienen libres de maldad en el mundo siguiente y en una reencarnación posterior, pueden alcanzar la isla de los bienaventurados.
[5]Los muertos, cuyas mentes son perversas, pagan inmediatamente su pena aquí (sc. sobre la tierra) —pero las faltas cometidas en el reino de Zeus son juzgadas bajo la tierra por quien pronuncia sentencia con odiosa necesidad. Los buenos, sobre quienes brilla el sol por siempre, con noches iguales y días iguales reciben una vida sin fatiga, sin vejar el suelo con la fuerza de sus manos, ni el agua del mar, a causa de aquel género de vida, más cuantos se complacen en ser fieles a sus juramentos participan de una vida sin lágrimas junto a los dioses llenos de honor, mientras que los otros soportan una terrible fatiga. Cuantos por tres veces se atrevieron a mantener su alma pura de toda clase de maldades, mientras vivían en uno y otro mundo, atravesaron el camino de Zeus hacia la torre de Crono, donde las auras del Océano soplan en torno a ¡a Isla de los bienaventurados; y flores de oro brillan como el fuego, algunas sobre la orilla desde árboles resplandecientes, mientras que otras las nutre el agua; con guirnaldas entrelazan sus manos y con coronas, según los rectos consejos de Radamante, a quien sienta a su lado, a su disposición, el gran Padre, el esposo de Rea, que tiene el trono más alto que todos.
Mediante los acusmata pitagoras transmitió muchas de sus ideas y reglas. Otras muy importantes fueron las llamadas reglas de abstinencia
[6]Aristóteles dice, en su obra Sobre los Pitagóricos, que Pitágoras prescribió la abstención de habas, o porque eran parecidas a ¡as partes pudendas, o porque se parecían a las puertas del Hades (pues ésta es la única planta que no tiene ángulos), o porque son destructoras, o porque son similares a la naturaleza del universo, o porque son oligárquicas (pues se usan en la elección del gobernante a sorteo). Se les prohibía recoger la comida caída de la mesa para acostumbrarles a comer con moderación, o porque tales hechos indicaban la muerte de alguien. También Aristófanes dice que las cosas que caen pertenecen a los héroes, cuando, en los Héroes, dice: "No pruebes lo que cae dentro de la mesa". No deben tocar a un gallo blanco, porque este animal está consagrado al Mes y es un suplicante y la súplica es una buena cosa. El gallo está consagrado al Mes, porque anuncia las horas; también lo blanco es de la naturaleza de lo bueno y lo negro de la naturaleza de lo malo. No debían tocar peces que estuvieran consagrados, porque no era correcto que a los dioses se sirvieran los mismos platos que a los hombres, como tampoco se hacía entre los hombres libres y los esclavos. No debían quebrar el pan (porque, sobre un pan, se encontraban los amigos en los tiempos antiguos, como todavía hoy hacen los bárbaros), ni tampoco deben dividir el pan que les une. Otros explican la norma, por referencia al juicio en el Hades. Otros dicen que la división causaría cobardía en la guerra; otros dan la explicación de que del pan comienza el universo.
Se podrían hacer muchas observaciones sobre estas reglas de abstinencia adjudicadas a pitagoras.
Una de ellas es que ninguna de estas reglas prescribe el vegetarianismo total que es un corolario de la transmigración. Lo que es curioso ya que no hay prueba alguna de la renuncia de pitagoras al sacrifico animal.
Hay otras prohibiciones que se le atribuyen a Pitágoras las cuales se expresan en
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