Donde hay educación...no siempre hay criterio

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Para reafirmar esta posición, se acude por la ayuda de la ponencia “El poder de la educación para transformar la sociedad”, en la que Daniel Jover nos manifiesta que “tenemos el deber ético de buscar el conocimiento mas allá de la superficialidad virtual que tergiversa y manipula los datos de la realidad para presentarla edulcorada y cosmética” lo que significa que una educación transformadora determina e incorpora las actitudes, los valores, las convicciones, las vidas, las emociones, los principios, el bagaje cultural del que el educando está armonizado; y eso se puede lograr con una lectura crítica, y a tiempo, de autores determinantes que han sido influencia global y local, para luego tener las armas suficientes para interpretar nuestra realidad, y entorno, con criterio formado y no solo aceptar la que los maestros nos “enseñan”; es simple contemplar que por más de que seamos bastantes los escolares y colegiales que asistimos a asimilar el conocimiento día a día, casi ninguno de nosotros tenemos el mismo talante de percibir las cosas, los actos, las consecuencias, las causas y las situaciones que vienen a la temática en cada sesión de clase. Cada uno tiene su propia guisa de ver al mundo, y sobre todo a nuestra situación en cada ámbito, tanto económico como social, ya que la mente tiene infinito contenido que podrá ser útil con la adecuada educación; cada uno tiene su forma de ser y solo logrará exprimir su rendimiento al máximo si es que se alimenta con la sabiduría adecuada su forma de pensar, para formar o comprender el concepto, y su definición, de lo que es bueno, lo que es digno, lo generoso, la honesto y lo que es justo; cuando una persona no tiene claras las nociones de los valores morales, familiares, cívicos, etc. de una manera profunda, no sabrá en su futuro lo que la desarrollará como un ser humano íntegro en lo público y en lo privado.

En colofón, se puede manifestar que mediante la comprensión crítica de la propia educación, individual y colectiva, se alimentará la creatividad y formará criterio, o punto de vista, concreto de los pensamientos de los estudiantes en nuestra nación. Ya somos el presente del país y tenemos la ambición de poder avanzar en el área científica, económica, política, social y cultural, entendiendo que un pueblo educado jamás será dominado, ni oprimido, por un gobierno tirano o por alguna nación con fines de conquista. Si es que mediante la lectura o comprensión critica, logramos infundir un cambio en la mentalidad juvenil, se observarán avances a mediano y a largo plazo, porque lo que hace valiosa a nuestra nación para que avancemos colectivamente, es su tipo de gente, la diversidad que el extranjero puede contemplar aquí, su multiplicidad, que no es únicamente en flora y fauna, sino también en cada habitante del pueblo ecuatoriano, Abrir nuestra mente a las ideas de cada uno, ya que nunca se puede saber de qué mente o persona puede surgir un nuevo designio, que será, en conjunto con otras, el futuro y la innovación en el área infantil, juvenil, universitaria y profesional de lo que es el Ecuador. No solo se busca que se manifieste con criterio y de distintas maneras las ideas de los jóvenes, promulgando la tolerancia hacia todos y todas, sino también de los docentes o maestros que ejercen su profesión a diario, que la lleven a cabo pensando en el individuo, pero de manera colectiva, para asegurar un progreso significativo a nivel nacional e internacional. Tomando las palabras de un sabio proverbio: “Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque forjará tu destino. Y tu destino será tu vida”.

Fuentes bibliográficas:

Estaún, S. (2014). Transformar la sociedad mediante la educación: un reto o una quimera. Recuperado de http://goo.gl/WpEjiZ

Jover, D. (2010). El poder de la educación para transformar la sociedad. Recuperado de https://www.educacionsinfronteras.org/files/515984

Cabrol M. y Székely M. (2012). Educación para la transformación. Recuperado de http://www10.iadb.org/intal/intalcdi/PE/2013/11771.pdf

Aubert, A., Duque, E., Fisas, M., y Valls, R. (2006). Dialogar y Transformar. Recuperado de https://goo.gl/KYEY9r

Mella, E.M. (2003). La educación en la sociedad del conocimiento y del riesgo. Recuperado de http://goo.gl/DLv5WO