EL CIUDADANO DE LATINOAMÉRICA

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Los ciudadanos deben ser individuos con una capacidad crítica de su entorno, deben ser cultos, porque los injustos siempre trataran de sobreponerse sobre la masa que tiene la capacidad de pensar, el inculto no es sensible frente a las situaciones que tiene su pueblo. Tener un sentido sensible frente a la sociedad y hacia su pueblo. Los ciudadanos deben saber que en “Nuestra América” (como la llamaría Martí), los pobladores son mestizos hijos de esta tierra y de otra. Pero es esta condición de mestizo es la que ha hecho que el ciudadano latinoamericano construya libertad y venza al opresor, como primera lucha por independencia.

De la misma forma, el ciudadano debe estar consiente de quien lo dirige y no dejarse tentar por populismos que hacen crear practicas mínimas burguesas que alimentan al fascismo. El ciudadano no puede confiar en las brillantes ideas de cambio que proponen los populistas, debe ser crítico. El populismo racista de derechas es hoy en día la mejor demostración de que la lucha de clases lejos de estar obsoleta está en crecimiento. La lección que debería aprender de aquí la izquierda es la de no cometer el mismo error de la mistificación del populismo racista, el de trasladar el odio a los extranjeros. Este fragmento tomado de Slavoj Zizek : Un gesto leninista hoy. Contra la tentación populista, conecta de manera paralela el sentido multicultural que se construye a partir del ciudadano en Latinoamérica y donde se debe evidenciar que no debe dejarse de lado la idea de una “Patria Grande”, romper con toda clase de banderas que nos dividen y avanzar por un mismo fin para el beneficio común. Dejar de lado los nacionalismos que lo único que traen consigo es odio. SI, hay que querer la tierra que nos vio nacer. No somos ni de aquí ni de allá, somos hijos de una tierra sagrada que tiene que mantener a la ciudadanía unida por la resistencia a la opresión.

Con lo anterior escrito, la identidad con la que uno se identifica es muy diciente. La identidad por la que estoy arraigado es a la del tipo ideal que anteriormente vengo caracterizando, a la del ciudadano latinoamericano. Identidad que recoge distintos factores que determinan el sentido de la vida. Un sentido de vida que se basa en el servicio a la comunidad, el servicio a lo colectivo, un sentido de contener una sensibilidad por la vida y tener conciencia de clase y de multiculturalidad. Una identidad que recoge el sentido de lucha por el bien común y no particular, donde la lucha debe ser racional pero también contiene grandes sentimientos de pasión a lo que se hace.

En este sentido, este ciudadano se debe construir a través de la historia, porque el cambio de espacio y tiempo son constantes y las reivindicaciones que tienen la diversidad de masas va cambiando a medida que se avanza. Hay que estar conscientes de que siempre habrá alguien que se interponga en el camino del ciudadano y hará hasta lo imposible para ser un obstáculo en el camino. Así es el ciudadano opresor, el ciudadano que no quiere aceptar que el sentido de la vida no es pensar a partir de particularidades, sino de la masa que de manera conjunta piensa en el trasfondo político, económico y social por el que atraviesa y como, de manera crítica, se puede enfrentar contra semejantes adversidades sin importar las consecuencias.