EL CONCEPTO DE COMPETENCIAS

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La aplicación de un nuevo enfoque en el sistema educativo denominado por competencias no solo se ha hecho presente en México, sino en la mayoría de países de América Latina. Aunque distintos estudios han demostrado la falta de aplicación del mismo, ya que aún existe una serie de elementos que han obstaculizado su puesta en marcha, que van desde el contenido de los planes y programas de estudio, la formación de los profesores, el material, entre otras cosas más.

Ante estas situaciones los países latinoamericanos se han apoyado de documentos internacionales emitidos por la UNESCO, en donde no solo se contempla las corrientes (pedagógicas, políticas y pedagógicas), sino también propone diferentes líneas de acción con las que se busca conocer la esencia de las actividades educativas para un mejor desarrollo de las personas en el planeta, además cuentan con los elementos necesarios para que los estudiantes sean capaces de enfrentar los retos del futuro y alcancen un desarrollo pleno para vivir en sociedad. “La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), propone cuatro pilares de la Educación. Englobándolos en las competencias que recogen en una totalidad, conocimientos, atributos personales, convivencia y ejecuciones que logran resultados, así estos sean de tolerancia, democracia, paz, satisfacción y plenitud humanas.” (Fernández, J. M. (s/f).)

De cada uno de los documentos e informes internacionales organizados y emitidos por la UNESCO José Fernández integra una matriz sobre el concepto de competencia, tomando de dichos documentos algunos elementos relevantes para integrar el concepto, entre estos están los atributos personales; la actividades exitosas, la integración de conocimientos y atributos, y el logro de resultados en la vida de las personas. Cada uno de estos elementos son indispensables para el logro de competencias en las personas, sin alguno de los elementos no hay competencias.

La educación basada en competencias es el enfoque que pretende dar respuesta a las necesidades individuales y sociales que exige la actual sociedad del conocimiento. El concepto de competencia, hasta cuando se implementó como enfoque dentro de la educación, específicamente en América Latina y en México no era muy certero, puesto que se aplicaba de tal forma que sólo diera respuesta a las necesidades del contexto en el cual el alumno se desenvolvía, además de que estaba estrechamente ligado con lo laboral. Llegando a caer en muchas ocasiones en la confusión, al entender a las competencias como el desarrollo de una habilidad o la adquisición de un conocimiento, es decir, se centraban en un solo elemento.

Es este uno de los aportes significativos de Subirían, el señalar las diferencias entre una competencia y una habilidad, entendiendo a la primera como la integración de las partes de un todo (conocimientos, habilidades y actitudes); y la segunda solo como el desarrollo de solo uno de los tantos elementos que integran la competencia. Según Subiría: “Las competencias, por la definición que hemos adoptado desde el desarrollo humano, son integrales; es decir, que involucran la dimensión cognitiva, valorativa y práxica. Por oposición, las habilidades son específicas y vinculan exclusivamente a una dimensión, ya sea bien cognitiva, valorativa o práctica” (De Subiría Samper Julián, 2012 p. 16) Dicho enfoque va más allá de habilidades o destrezas, de la adquisición de conocimientos y valores.

Es por ello que también se denomina a las competencias como aprehendizajes de carácter integral, general, contextual, que se expresan en relaciones idóneas; garantizando así el aprendizaje de tal forma que se pueda aplicar en diferentes medios. Porque de alguna manera el individuo se va apropiando de todo, desde los conocimientos, habilidades, valores y la forma en que aplica cada uno de ellos. Acciones que no se pueden efectuar de forma individual, sino mediante la integración de las mismas. Y al efectuarse se debe llevar a cabo desde una forma holística, debido a que el alumno está en constante interacción con otros sujetos y objetos.

El concepto de competencia es muy complejo, debido a que no lo podemos entender como algo estático, sino como una revolución de conocimientos, saberes, habilidades, actitudes, valores, entre otros elementos; que conforme van evolucionando las sociedades estos se van incorporando. Es de suma importancia recordar que las competencias no dejan a un lado los sentimientos y pensamientos de las personas, ya que son elementos indispensables para su desarrollo.

Es Villarini, quien en los últimos años nos presenta una definición más completa sobre el concepto competencia. Donde involucra los estudios y análisis realizados por investigadores de la educación. Para él significa: “Competencia humana como una habilidad general, producto del dominio de conceptos, destrezas y actitudes, que el estudiante demuestra en forma integral y a un nivel de ejecución previamente establecido por un programa académico que la tiene como su meta. Ser competente significa que la persona tiene el conocimiento declarativo (la información y los conceptos); es decir, sabe lo que hace, por qué lo hace y conoce el objeto con el que actúa. Ser competente, también significa,,,” (De Subiría Samper Julián, 2012 p. 27)

Ante este concepto es necesario considerar la integralidad, puesto que el individuo debe entender lo que está aprendiendo, hacerlo y comunicarlo; además de valorarlo, en términos de que relacione lo anterior y lo lleve a la práctica; todo ello se debe realizar de manera simultánea. Por tal razón se debe trabajar de manera integrada, no de manera aislada.

Para finalizar es necesario mencionar que el enfoque por competencias en la integración de todos los enfoques educativos anteriores, que en épocas anteriores se trabajaban de forma individual.