EL PARAMILITARISMO FENOMENO COLOMBIANO.
Enviado por klimbo3445 • 24 de Marzo de 2018 • 2.217 Palabras (9 Páginas) • 275 Visitas
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Bajo diversos programas institucionales de apoyo social y económico promovidos por la Presidencia de la República al amparo de la denominada Política de Seguridad Democrática, desde el 2002 estos beneficios y subsidios comenzaron a entregarse a familias e informantes desempleados. Esta nueva forma de reconstrucción social originó un crecimiento inusual de esa nueva matriz de control social, que terminó sometiendo la autonomía política y laboral de los sujetos, así como la de sus familias, y los convirtió en una cavidad de “favores y donativos” entregadas por el Estado como sustituto de los derechos sociales y la seguridad social, que tendieron a desaparecer bajo el sistema de la llamada flexibilización laboral.
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4. M.G. Magil. Crónica oculta del conflicto. Estrategias de impunidad en la narcoparapolítica. El Acuerdo Humanitario, los desaparecidos… y el fin de la guerra. Bogotá: Ediciones Desde Abajo, 2008, págs. 61, 62.
5. Habla Vicente Castaño. El verdadero jefe de las autodefensas le da la cara al país por primera vez. Entrevista exclusiva de Revista Semana, junio 6 al 13 del 2005, edición 1205, pág. 30.
En este orden de ideas, Durante mucho tiempo en donde los intereses del paramilitarismo se encontraban enfocados a las necesidades de unos pocos que fueron dando todo su apoyo a la creación de este grupo de quien fue dicho apoyo en primer lugar de la fuerza pública, el alto gobierno, los terratenientes esmeralderos , y los más grandes comerciantes quienes querían protección y si se podía aumento de su capital y como se lograría esto a la fuerza porque muchos de los campesinos fueron sacados de sus tierras y otros obligados a trabajar; al hablar los políticos involucrados con este movimiento se sobreentiende las ayudas directas que recibían como el hecho de amedrentar a sus homólogos y no sólo eso desaparecerlos también , además de contar con un financiamiento para sus campañas políticas, y la fuerza pública aumentándose su campo de acción y recibiendo también dinero del llamado narcotráfico. debe tenerse en cuenta que es así que el paramilitarismo y las autodefensas cobran fuerzas pues desde su comienzo cuenta con el más grande apoyo; sin olvidar que entran a formarse de una manera legal, que fueron creadas por el propio Estado a través de un marco jurídico especial contenido en el decreto 3398 de 1965, el cual fue adoptado como legislación permanente con la ley 48 de 1968, normatividad contra la insurgencia que permitió que los civiles se armaran, incluso con armas de uso privativo de las Fuerzas Militares, tal como lo recuerda la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuando en su Tercer Informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, dice: el Estado ha jugado un papel importante en el desarrollo de los llamados grupos paramilitares o de autodefensa a quienes permitió actuar con protección legal y legitimidad en las décadas de los sesenta y ochenta y es responsable de manera general por su exigencia y fortalecimiento; Como resultado de su motivación adversa y rebelde, los paramilitares establecieron lazos con el Ejército Colombiano que se fortalecieron durante más de dos décadas.
Finalmente el 25 de mayo de 1989 la Corte Suprema de Justicia declaró la inconstitucionalidad de la normativa referida, quitando el respaldo legal a su vinculación con la defensa nacional. A pesar de esto, el Estado hizo poco para desmantelar la estructura que había creado y fomentado, particularmente cuando aquellos grupos llevaban a cabo actividades de contrainsurgencia y, de hecho, los lazos permanecieron a diferentes niveles… aprovechando el poder de las armas y el velo que a sus actividades ilegales les había proporcionado el Estado, se orientaron por la incursión en actividades ilícitas tan productivas como el narcotráfico, el secuestro, el desplazamiento forzado, la extorsión, lo que les ha significado un inmenso poder económico y permitido el control militar de zonas específicas del territorio, el despliegue de acciones en las que se vincula como víctima del conflicto a la población civil, sometiéndola a prácticas de terror que se traducen en violaciones graves masivas, sistemáticas y reiteradas de Derechos Humanos y de las reglas del Derecho Internacional Humanitario6.
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6.Mora Insuasty, Socorro. La Ley de Justicia y Paz en el marco de la Convención Americana de Derechos Humanos. Bogotá: Ediciones Nueva Jurídica, 2008, págs. 18-20.
La cooperación internacional aportó dineros para este tipo de proyectos, que fueron entregados entre otros por los Estados Unidos a través del Plan Colombia, el Plan Patriota, y otros acuerdos de cooperación suscritos con la Unión Europea, recursos destinados a erradicar las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)7 y a retomar el control de la sociedad mediante la repartición de sumas de dinero entregadas a manera de donación a través de proyectos como Familias Guardabosques, que se convirtieron, además, en estrategia política electoral. Esa táctica que se incrustó en todos los espacios de la vida cotidiana y se constituyó en una forma de vida, fue la base sobre la que se sembró la cultura de muerte y de sospecha sobre las personas y colectivos que se oponen y denuncian este tipo de políticas.
Al encontrarse así ante tanta injusticia y ante un país donde la mayoría de autoridades competentes para combatir el fenómeno se encuentran a disposición de un grupo como las autodefensas no es bueno el panorama al que nos vemos enfrentados los colombianos, sin embargo hay que buscar las vías que nos puedan llevar a posibles soluciones, ya que por lo general Colombia es un país de muchas leyes, decretos reformas y gran normatividad pero de aplicación poco es lo que se tiene porque no hacer efectivas esas leyes que atacan al paramilitarismo y no aplicar esas que de cierta manera lo apoyan, realizar realmente esas capturas por los actos delictivos de este grupo, y tratar de desmontar esa política corrupta que se encuentra a favor de los ya mencionados, no es cuestión de unos días o de unos cuantos hechos pero si de empezar a desmontar de todas las maneras posibles con estos grupos que sólo realizan daño a nuestro país como consecuencia más grande que trae este fenómeno destrucción no solo material sino también humana; y que quienes deben velar por nuestra protección no sean quienes indirecta o directamente ataquen contra nuestro bienestar sino que aporten y nos unan a todos que también debemos estar dispuestos a luchar por un cambio.
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