EL PROCESO CEREBRAL DE LA ESCRITURA

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La realización concreta del gesto grafico se efectúa mediante la actividad del hemisferio izquierdo, la corteza recibe la información del estado en ejecución mediante las aferencias que proceden de los músculos, mientras que el control visual evita y corrige de manera secundaria lo errores que se presenten. El neuro anatomista Jill Taylor hace referencia a “la asignación de la ruta izquierda como la representación fonológica, las relaciones sintácticas y lógicas”. Se entiende además que la comprensión de palabras, frases dependen del hemisferio derecho, sobre lo mencionado Taylor argumenta que “la ruta derecha opera más directamente con la representación semántica relacionada con el mundo que nos rodea”. De esta manera la información escrita se procesa mediante la visión con la interrelación de la audición.

Existen varias posturas sobre la denominada área motora suplementaria en el movimiento grafico que recurre al concepto de inicio y programación de la escritura, como indican los autores Serratrice y Habib en libro Escritura y cerebro: Mecanismos Neurofisiológicos, “la calificación de suplementaria da una connotación de accesoria mientras que esta es una región de precisión e inicio del movimiento en la escritura”. (Serratrice, 1997)

La palabra escrita, se relaciona con las diferentes posibilidades graficas del niño según las etapas de adquisición de la habilidad de escribir. En referencia a lo dicho anteriormente, existen posturas que conciernen al desarrollo del presente ensayo. Serratrice y Habib que indican que existen tres etapas para desarrollar la habilidad de la escritura:

“La pre-caligrafía que inicia en los niños/as entre los cinco a seis años de edad donde se pueden observar variabilidad de errores sin ninguna anomalía. La caligráfica infantil donde el niño de ocho y nueve años de edad asemeja un modelo adquirido de escritura que varía según su país y cultura. La pos caligrafía que se ubica en la adolescencia luego de los doce años de edad donde se presenta una escritura normal y sin esfuerzo y se denota el estilo personal y grafismo autónomo” (Serratrice, 1997)

Las posibilidades cognoscitivas como los mecanismos especiales para ubicar el papel y organizar trazos, para que se presente una escritura regular y legible. El niño debe controlar sus praxis para coordinar los movimientos voluntarios para la escritura, para Alexander Luria postula que “controlar los mecanismos motores que permite realizar trazos suaves, coordinados y entrelazados, como un proceso mediado como los sistemas propios de la composición contextual” (Christensen, 1975)

En conclusión, es importante resaltar que el tema El proceso cerebral de la escritura tiene una incidencia de gran magnitud en lo que corresponde a la carrera de Educación Parvularia por cuanto su tratamiento a través de la academia sería aplicable en el ejercicio de la profesión. De esta manera sería viable trascender a través de foros o mesas redondas con profesores que proporciones de alguna manera capacitación en torno al tema.

Bibliografía

Christensen. (1975). Investigacion de Neuropsicologia de Luria. Nueva York: Spectrum.

Serratrice, M. H. (1997). Escritura y cerebro: mecanismos neurofisiológicos. BARCELONA: MASSON.

Vygotski, L. (1979). El desarrollo de los procesos psicologicos superiores. Barcelona: Critica.