EL USO DE LOS RELATOS EN EDUCACIÓN.

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EL RELATO COMO ESTRATEGIA DIDÁCTICA EN LAS AULAS

La literatura es una experiencia estética y, como señalan Brioschi y Girolamo “el lector aprenderá tanto a moverse con independencia, cuanto haya elaborado criterios de gusto, fundados no en el simple me gusta o no me gusta, sino en una curiosidad más amplia y una apertura intelectual menos práctica”. La literatura nos permite acerca y a educar al alumno en el ámbito literario, lo lleva a conocer sus gustos y preferencias en una cuestión artística y literaria.

Emplear la literatura, y en este caso los relatos en clases, no permite acercar al alumno a desarrollar sus competencias literarias y de lenguaje. Estos espacios en donde la literatura y el relato están presente nos permitirá que el alumno emplee mejor su lenguaje oral y se acerque a la lectoescritura. Los relatos tienen la utilidad de posibilitar la toma de conciencia por parte de los alumnos y del docente de todo lo que saben sobre el enseñar y el aprender y el modo singular en que lo saben (Bruner, 2003).

Un ejemplo de cómo emplear el relato en educación es emplear las historias. Las historias pueden servir a otra función que va más allá de la clase, vinculan a los estudiantes de hoy con las tradiciones y personas del pasado. El relato lo que hace es dar estructura, formar la imagen del mundo que estamos creando. Cuenta lo que pasa en un orden, relación y en un mundo determinado. Digamos que el relato, es un pensamiento del autor. Tanto el orden, como la relación y la visión del mundo lo piensa el autor.

Para Bruner (2003) los relatos son moneda corriente de una cultura. En ese sentido, muchas veces pareciera que el acto de relatar o de narrar es algo “natural”, que desarrollamos tempranamente, incluso desde niños. En educación, y sobre todo en preescolar, los relatos abren espacios para que los niños desarrollen su lenguaje, son relatos de su vida diaria, de su contexto y su imaginación, lo cuales permiten el enseñar a través de una conversación y que el alumno aprenda a comunicarse.

HABLAR Y ESCUCHAR RELATOS

Ahora bien, si la narración es creadora de nuestro Yo, debe convencernos de que tenemos una capacidad propia y voluntad de decidir; también el relato sirve para relacionarnos con las otras personas: familia, amistades, instituciones, grupos a los que pertenecemos, etc. (Bruner, 2003). Para comunicarnos es necesario establecer tres aspectos en cuanto a la utilización de los relatos en cualquier ámbito educativo o social.

Dialogar: Al aprender a dialogar los niños desarrollan otras capacidades complementarias, como aprender a escuchar, esperar su turno para hablar, ordenar secuencias de hechos, negociar, observar el tono y los gestos del otro para evaluar sus intenciones y su estado de ánimo, identificar problemas o fuentes de conflicto y proponer soluciones, mostrar acuerdos y desacuerdos, ceder y negociar, describir objetos, personas, situaciones y sentimientos y hacer contribuciones nuevas frente a un tema.

Escuchar y seguir narraciones: En la vida cotidiana los niños escuchan lo que les sucedió a otros de manera informal; escuchan anécdotas, sucesos, noticias de la comunidad, narraciones reales o ficticias (como noticias, cuentos y relatos). Desarrollar la capacidad de escuchar, seguir y entender narraciones significa también avanzar en otros conocimientos: como imaginar los sucesos y los lugares a partir de lo que se cuenta. Escuchar narraciones también da pie para comentar y compartir impresiones sobre los sucesos y los personajes.

Narrar: escuchar narraciones exige conocimientos y habilidades distintas a narrar. No es lo mismo seguir y entender una historia que ser capaz de contar la historia. La persona que narra debe elegir qué decir, en qué orden decirlo y cómo ligar los hechos para que el otro pueda seguir la lógica de la historia; debe hacer las descripciones necesarias de los personajes y los lugares y dar pistas del orden temporal de lo que sucedió; debe ajustar su lenguaje a partir de las reacciones de sus escuchas y ser capaz de mantener el interés de los otros, de crear suspenso.

Para concluir este trabajo, citaré los siguiente: Wolter (1992) demuestra que el uso de pequeños grupos y la necesidad de flexibilidad del maestro a la hora de leer historias en un grupo. Se ofrecen sugerencias para seleccionar materiales, presentarlos, involucrando a la audiencia, y preparando la selección para la lectura. Emplear los diversos géneros literarios en la educación no permite elaborar o mantener un espacio propio e íntimo, en la que el estudiante crea, imagina y comparte su creación, es por ello que, el uso de los géneros literarios en el aula escolar permite enseñar a leer literatura, a transformarla y darle el lugar que cada manifestación artística merece.

La escuela desempeña una labor decisiva en la transmisión del patrimonio literario, en este sentido tienen una mayor responsabilidad, por lo que a la comunicación y sobre todo en cómo se va a adquirir una adecuada educación literaria, se necesitan determinadas estrategias que están en relación con la experiencia vivida por el estudiante en clase, experiencia que puede ser juzgada como digna de ser vivida o, por el contrario, como una actividad académica más, cuya utilidad, a veces, resulta dudosa para los alumnos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- Anónimo.2011,08. Ejemplo de Relato. Revista Ejemplode.com. Obtenido 08, 2011, http://www.ejemplode.com/12-clases_de_espanol/1716-ejemplo_de_relato.html

- Barthes Roland. “Introduction à l’analyse structurale des récits”. Communications, Nº 8,1966. Por Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1977. Traducido por Dorriots Beatriz.

- BRIOSCHI, Franco y GIROLAMO, Constanzo di: Introducción al estudio de la literatura, con la colaboración de Alberto Blecua, Antonio Gargano y Carlos Vaíllo, traducción de Carlos Vaíllo, Ariel, Barcelona, 1988.

- Brunner Jerome. 2003. La fábrica de historias. derecho, literatura, vida. S.L. Fondo de cultura económica de España.

- PARSELIS, VERÓNICA El final del relato. Arte, historia y narración en la filosofía de Arthur C. Danto Diánoia, vol. LIV, núm. 62, noviembre, 2009, pp. 91-117 Universidad Nacional Autónoma de México Distrito Federal, México

- Rodríguez, M. (2003). Hablar es crear. El poder de las palabras. México.

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