ELECCIONES ADELANTADAS EN REINO UNIDO: LA LIEBRE Y LA TORTUGA

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A pesar de progresivos avances de los laboristas, estos eran insuficientes en el tiempo, pues a falta de dos semanas de la fecha electoral, la ventaja de los conservadores en las encuestas era todavía abismal, de más de dos dígitos; para quienes conocen el sistema electoral británico entenderán que 3% de diferencia entre el primero y el segundo puede significar 100 diputados. Luego todo sucedió muy rápido: la bomba en el concierto de Manchester, la negativa de May en asistir a un debate real de confrontación cara a cara con Corbyn, los atentados en el puente de Londres, el cuestionamiento a la política de seguridad del gobierno del Partido Conservador, las críticas a las reveladoras cifras de fuertes y continuas reducciones del presupuesto de la policía británica, de quien May fue directa responsable al ser desde 2010 hasta 2016 ministra del Interior (equivalente a ministro de Gobierno).

Todo lo mencionado provocó que la liebre despertase abruptamente. Con algunas encuestas mostrando empate técnico o ligera ventaja conservadora, otras apuntando a la pérdida de la mayoría de los conservadores en la Cámara de los Comunes, y alguna que otra encuesta señalando a una ligera victoria laborista. Theresa May decidió levantarse y seguir corriendo, multiplicó sus apariciones públicas y endureció su discurso para captar el voto conmocionado y horrorizado por los atentados, apelando a la lucha contra el terrorismo y seguridad nacional -recordándonos a un tal W. Bush- llegó a sugerir que habría que analizar si se debe aplicar los derechos humanos de los “sospechosos” de terrorismo con la misma proporción de los ciudadanos comunes, materializándose en su frase “shoot to kill” (tirar a matar).

Mientras tanto, Corbyn trata de agilizar su paso en la recta final, acusa a May de demagoga y oportunista, propone un modelo distinto para la lucha contra el terrorismo, vinculando este mal a la irresponsable, abusiva y torpe política intervencionista de las potencias occidentales en oriente medio, que viene acompañada de las consecuencias negativas de un proceso de globalización excluyente; por lo tanto concentra sus últimas horas en redoblar su apuesta por su mensaje de denunciar, combatir y resarcir la desigualdad económica que afecta a los ciudadanos.

Aun sin saber los resultados se pueden ya diagnosticar algunas consideraciones:

1.- Las voces que pronosticaban una derrota histórica del laborismo, basadas en que los postulados de Corbyn eran muy de izquierda y populistas, hoy saben que sea cual sea el resultado, los laboristas tendrán fuerte representación y apoyo; esto en contraposición a el resto de partidos de línea socialdemócrata en Europa que vieron reducido su apoyo considerablemente a razón de ser responsables de haber compartido el poder con las élites económicas cuando les tocó gobernar.

3.- Existe todavía un manifiesto descontento social, producido por un fuerte deterioro de los derechos sociales de la población, tal descontento fue herramienta política para los promotores del Brexit hace un año, que hábilmente asociaron la situación de desigualdad culpando a los inmigrantes; hoy parece que se clarifica las causas y soluciones para abordar ese descontento social.

3.- No hay efecto Macron o desideologización en la sociedad. Los ejes de izquierda-derecha, conservador-progresismo mantienen su vigencia, lo que sí hay es una crisis de las instituciones partidarias por no haber sido consecuente con sus postulados políticos, por lo tanto, las posturas ideológicas y políticas deben ser asumidas sin complejos para efectivizar el mensaje, y los mensajeros deben ser genuinos.

4.- El discurso por mayor seguridad y lucha contra el terrorirmo sigue siendo rentable electoral y políticamente; y los grupos de poder no dudarán en utilizarlo de forma cínica y reiterativa para seguir reproduciendo sus ventajas y privilegios; el alineamiento de fuerzas económicas y mediáticas es elemental para este objetivo.

En pocas horas sabremos cómo termina esta carrera, a pesar de haber sido corta, no dejó de ser apasionante y sorpresiva. La tortuga aprendió que, si bien su paso es lento, llegará a cruzar la meta, su problema está en que debe hacerlo antes que lo haga la liebre. La liebre en cambio ya aceleró el paso, su problema es otro, su problema es que solo le queda ganar la carrera, porque el rumbo ya lo perdió hace mucho.