ENSAYO: HACIA LA EDUCACIÓN SUPERIOR

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necesidades de aprendizaje, durante tanto tiempo descuidadas por la escuela.

Juan Amos Comenio decía “que la didáctica se estableció como el arte de enseñar” y Juan Pestalozzi decía que “La enseñanza parte de la observación directa y de la experiencia como base de la instrucción, por lo que considerase una enseñanza activa que se mostraba contraria a la memorización”.

Estos aportes han sido importantes nos permiten como docentes comprender que los contenidos que impartimos a nivel superior no deben basarse en la memorización del estudiante sino en la construcción de su propio aprendizaje. Debemos comprender que el docente tiene un rol importante en el desarrollo de la enseñanza tomando en consideración las estrategias y herramientas necesarias para lograr el éxito de la misma no sólo respondiendo a la demanda de los contenidos sino proporcionando de forma contextualizada aquellos saberes que se consideren necesarios para el desarrollo de los procesos de aprendizaje aplicando la didáctica.

El docente actual debe tener alta autoestima, con disposición de aprender constantemente, tener la capacidad de comunicarse para que la información no se distorsione, trabajar en equipo, brindar la correcta orientación y guía, tener dominio del tema y estar completamente claro en el mensaje que desea trasmitir a los estudiantes quienes deben culminar el curso con éxito de haber adquirido un aprendizaje significativo.

Las instituciones de educación superior afrontan muchos desafíos, considero que uno de los principales es: la saturación o sobrepoblación en las aulas universitarias, ha producido que cada vez lleguen más estudiantes a la Universidad, con lo que se ha dado el fenómeno de masas en las aulas universitarias. Esto, desde luego plantea nuevos retos al profesorado que tiene que lidiar con aulas saturadas, heterogéneas y diversas, lo que requiere un cambio importante en las formas de organizar y conducir el proceso de enseñanza.

Con aulas sobrepobladas es difícil implementar metodologías que propicien una atención personalizada del estudiante; el apoyo y el tiempo que el profesor puede dedicar a cada uno de sus estudiantes se verán limitados, por lo que tiene que recurrir a propuestas más convencionales, tales como: tutorías, clases tipo conferencia, exposiciones orales, trabajo en grupos, exámenes escritos, etc.

Pero la comunicación docente-estudiante no puede ser un obstáculo insuperable para el cambio, habrá que buscar un balance entre una educación frontal y una educación horizontal, como lo señala la andragogía.

De esta forma, nos encontramos con el rol que deben asumir tanto el estudiante como el docente en el proceso de enseñanza, el primero no debe comportarse como un mero espectador del proceso y el segundo como un dador solo de conocimientos, teorías o técnicas, el acto didáctico por sí mismo es comunicativo, ejemplo de ello cuando entramos al aula de clase el primer día de inicio del año escolar, en ese momento se marca una ruta que si bien puede ser mal entendida también puede ser muy beneficiosa para ambos.

Si no existe un acto comunicativo constante desde el primer encuentro hasta el último solo haremos el papel de meros instructores y no de facilitadores del conocimiento. Como docentes planificamos una serie de actividades que van en función de contenidos, pero estas actividades no solo deben pensarse de esa forma sino al contrario deben interrelacionarse con las necesidades reales de los estudiantes.

El rol del docente, debe estar orientado a: considerar las características de los estudiantes, tomar en cuenta las motivaciones e intereses de ellos y proporcionar estrategias que ayuden a descubrir su aprendizaje, esto por supuesto enmarcado en un sentido social que involucre los factores no solo internos de la institución educativa sino de todo su contexto incluyendo la familia, la comunidad entre otros.

El contexto educativo de la Educación Superior es muy variado y lleno de una gama de posibilidades que nos permite como docentes, proponer estrategias didácticas, que nos permiten no solo saber enseñar, sino hacer saber, que existen formas variadas para lograr el conocimiento.

Es un gran reto como docentes no porque seamos malos didactas sino que muchas veces no brindamos los espacios suficientes para comunicarnos dentro o fuera del aula de clase, creemos que a los estudiantes hay que tratarlos aun como simples espectadores y que nosotros somos los que sabemos más, o que el estudiante universitario ya sabe de lo que estamos hablando, olvidando que trabajamos con personas que han cursado diferentes carreras que no precisamente se relacionan con lo que están estudiando a nivel universitario.

La realidad educativa nos invita a ser investigadores y descubridores de nuestro propio conocimiento a través de formas creativas y novedosas que reflejen el verdadero sentido de la vida que es el fin último para el cual enseñamos y aprendemos, creando un pensamiento complejo.

Se trata de un cambio sustancial que busca pasar de un concepto de aprendizaje, entendido como la capacidad que tiene un individuo para almacenar en su memoria conocimientos, datos e información, a concebir el aprendizaje como un proceso de adquisición y desarrollo de capacidades; transitar de una educación unidireccional a una educación bidireccional o multidireccional, de un trabajo focalizado en la figura del docente a un trabajo centrado en el grupo, donde el aprendizaje cooperativo ocupe un lugar relevante.

Este tránsito también implica dejar de concebir a la enseñanza como transmisión de información y entenderla como un proceso encaminado a promover la comprensión y el aprendizaje profundo del educando.

Al actuar como tutor y gestor en el proceso enseñanza aprendizaje, en la construcción de nuevos saberes, nos estamos conduciendo dentro de los paradigmas de la sociedad del conocimiento, es importante considerar que no todos los estudiantes aprenden de la misma forma y al mismo tiempo.

Utilizar esquemas de trabajo colaborativo, dando solución a problemas planteados por los mismos estudiantes, en relación a situaciones reales que les han sucedido a familiares o conocidos, utilizando la investigación como estrategia didáctica, aprendiendo, haciendo, buscando, dialogando confrontando y comunicando mediante diversas técnicas.

La estrategia didáctica permite que el estudiante construya su conocimiento y adquiera las habilidades necesarias para desarrollarse en un ámbito profesional y personal. Es importante promover el desarrollo de la creatividad y la innovación en las actividades que